Estambul es una ciudad que me encanta para los viajes de pareja, sobre todo para las vacaciones turcas que tanto nos gustan. Mi marido y yo viajamos en muchas ocasiones a esta ciudad diferente a todas las ciudades que conoces. Nuestro alojamiento favorito en Estambul es el Nena Hotel más que nada por lo limpio que está. Cuando estoy en el extranjero me obsesiono con la limpieza.
El Nena Hotel se encuentra en un bonito edificio de arquitectura bizantina y turca en el centro de Sultanahmet. Puedes ir andando a todos los sitios de más interés turístico. Esta posibilidad te hace ahorrar mucho dinero en taxis.
Nosotros aprovechamos para acercarnos a ver a la mezquita Azul, la basílica de Santa Sofía y el Palacio de Topkapi el primer día que pasamos en Estambul. Decidí que el turismo cultural lo haríamos en un único día, lo cual fue un acierto.
Nos dieron una habitación grande y luminosa. Las habitaciones tienen un cuidado suelo de parqué, tapan sus ventajas con cortinas de tejidos en tonos vivos a juego con colchas y sábanas. Los muebles son de estilo antiguo, pero se ven muy bien cuidados.
En limpieza hay que darle un diez. Es un alojamiento que ofrece un servicio de limpieza diario. Yo valoro mucho que se limpie la habitación donde dormimos todos los días.
Estábamos tan contentos en el hotel que hicimos casi todas las comidas en su restaurante. Por las mañanas se sirve un desayuno buffet libre en el jardín cubierto. Es un lujazo. Empezar el día rodeada de plantas y flores muy bien cuidadas te levanta la moral. Todos los días que desayunamos, comimos y cenamos nos encontramos con una rica variedad de cocina turca e internacional. Siempre encuentras comidas que conoces.
Es una pena que no tenga un aeropuerto cerca. Pensé que no llegábamos nunca cuando tuvimos que recorrer un mundo en un taxi que nos salió carísimo. El Hotel Nena se encuentra a 50 kilómetros del aeropuerto de Estambul. Encuentras otro aeropuerto, el Sabiha Gokcen, a unos sesenta kilómetros.
Os recomiendo este hotel. Es una maravilla. Teníamos una habitación tan ideal que hasta disponía de una terracita con mesa y sillas. Pudimos convertir la mesa en nuestro la mesa de nuestro despacho al aire libre aprovechando lo buena que era la conexión wi fi gratuita del hotel.
La terraza y el cuarto de baño eran lo mejor de nuestra habitación. Me encantan los baños con mármol blanco en paredes y suelos. La ducha, con una moderna mampara, funcionaba estupendamente. Y había un espejo ovalado en la pared que le daba un toque chic al aseo.
El Nena Hotel se encuentra en un bonito edificio de arquitectura bizantina y turca en el centro de Sultanahmet. Puedes ir andando a todos los sitios de más interés turístico. Esta posibilidad te hace ahorrar mucho dinero en taxis.
Nosotros aprovechamos para acercarnos a ver a la mezquita Azul, la basílica de Santa Sofía y el Palacio de Topkapi el primer día que pasamos en Estambul. Decidí que el turismo cultural lo haríamos en un único día, lo cual fue un acierto.
Nos dieron una habitación grande y luminosa. Las habitaciones tienen un cuidado suelo de parqué, tapan sus ventajas con cortinas de tejidos en tonos vivos a juego con colchas y sábanas. Los muebles son de estilo antiguo, pero se ven muy bien cuidados.
En limpieza hay que darle un diez. Es un alojamiento que ofrece un servicio de limpieza diario. Yo valoro mucho que se limpie la habitación donde dormimos todos los días.
Estábamos tan contentos en el hotel que hicimos casi todas las comidas en su restaurante. Por las mañanas se sirve un desayuno buffet libre en el jardín cubierto. Es un lujazo. Empezar el día rodeada de plantas y flores muy bien cuidadas te levanta la moral. Todos los días que desayunamos, comimos y cenamos nos encontramos con una rica variedad de cocina turca e internacional. Siempre encuentras comidas que conoces.
Es una pena que no tenga un aeropuerto cerca. Pensé que no llegábamos nunca cuando tuvimos que recorrer un mundo en un taxi que nos salió carísimo. El Hotel Nena se encuentra a 50 kilómetros del aeropuerto de Estambul. Encuentras otro aeropuerto, el Sabiha Gokcen, a unos sesenta kilómetros.
Os recomiendo este hotel. Es una maravilla. Teníamos una habitación tan ideal que hasta disponía de una terracita con mesa y sillas. Pudimos convertir la mesa en nuestro la mesa de nuestro despacho al aire libre aprovechando lo buena que era la conexión wi fi gratuita del hotel.
La terraza y el cuarto de baño eran lo mejor de nuestra habitación. Me encantan los baños con mármol blanco en paredes y suelos. La ducha, con una moderna mampara, funcionaba estupendamente. Y había un espejo ovalado en la pared que le daba un toque chic al aseo.
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Un bikini en Turquía
es siempre un atrevimiento,
pero yo llevo en mi bolsa
el bikini blanco y rojo
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