Hoy tengo que sacar a la calle uno botines de Zara horribles a más no poder. Encima me han mandado un número menos e iré con los dedos apretados como iban las pobres chinas a las que les vendaban los pies en la antigüedad. Los botines combinan fatal con el vestido de La bocoque que llevo.
Soy una esclava de las marcas. Las odio. Si fuera por mí iría desnuda. Estoy cansada de tener que ganarme la vida calzando mis pies en calzado tan horrible como estos botines de Zara con un hierro por arriba y con vestidos azules de La bocoque idénticos a los que ponía mi madre cuando todavía no me había parido.
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