El Hotel Las Vegas de Tenerife no resultó ser lo que yo esperaba. Reservé una habitación doble para pasar con mi pareja un fin de semana largo y casi regresamos a casa divorciados. Si no lo hicimos, fue porque servidora se puso los guantes y limpió habitación y cuarto de baño. Aquéllo era un desastre total. La limpieza brillaba por su ausencia.
Había mejores habitaciones, por supuesto. Unos amigos nuestros alemanes tenían una habitación con unas vistas preciosas y que limpiaban mejor que la nuestra. En este hotel se centran mucho en atender muy bien al cliente extranjero y dejan bastante desatendido al cliente nacional.
Lo único que tiene de ventajoso este hotel es su excelente ubicación. Está situado en primera línea de playa, en una zona en la que no te aburres. Hay mucha vidilla en el Paseo marítimo y en los alrededores del Lago Martiánez.
Nuestra habitación era bastante pequeña. Te sentías como una sardina enlatada. Cuando mi pareja estaba trabajando con su ordenador en la mesa que había a los pies de la cama ya ni podías pasar para el cuarto de baño ni para la terraza.
No te explicas cómo el Hotel Las Vegas tiene cuatro estrellas. Le sobran dos estrellas. Las habitaciones son bastante cutres y las estancias comunes no son nada del otro mundo. Ni siquiera las piscinas puedo decir que valieran la pena.
Nosotros no nos quedamos a comer. Cuando estuvimos había ancianos del Imserso y esto no animaba mucho el comedor. Yo no soporto a mi alrededor gente que sólo habla de enfermedades y nietos.
De las estancias comunes me quedo con un patio interior que había. Era el sitio más tranquilo y bonito del hotel. Ideal para bajar a leer.
Había mejores habitaciones, por supuesto. Unos amigos nuestros alemanes tenían una habitación con unas vistas preciosas y que limpiaban mejor que la nuestra. En este hotel se centran mucho en atender muy bien al cliente extranjero y dejan bastante desatendido al cliente nacional.
Lo único que tiene de ventajoso este hotel es su excelente ubicación. Está situado en primera línea de playa, en una zona en la que no te aburres. Hay mucha vidilla en el Paseo marítimo y en los alrededores del Lago Martiánez.
Nuestra habitación era bastante pequeña. Te sentías como una sardina enlatada. Cuando mi pareja estaba trabajando con su ordenador en la mesa que había a los pies de la cama ya ni podías pasar para el cuarto de baño ni para la terraza.
No te explicas cómo el Hotel Las Vegas tiene cuatro estrellas. Le sobran dos estrellas. Las habitaciones son bastante cutres y las estancias comunes no son nada del otro mundo. Ni siquiera las piscinas puedo decir que valieran la pena.
Nosotros no nos quedamos a comer. Cuando estuvimos había ancianos del Imserso y esto no animaba mucho el comedor. Yo no soporto a mi alrededor gente que sólo habla de enfermedades y nietos.
De las estancias comunes me quedo con un patio interior que había. Era el sitio más tranquilo y bonito del hotel. Ideal para bajar a leer.
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