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La Ciudad Vieja de Praga tiene todo el encanto de los cascos históricos de las ciudades europeas. Nosotros preferimos centrarnos en la parte antigua de la ciudad porque solo teníamos un día de vacaciones.
Empezamos nuestro recorrido visitando la famosa iglesia gótica Nuestra Señora. Nos llegó mirarla por fuera. Afortunadamente, era un viaje de pareja y podíamos pasar del turismo de iglesias que tanto gusta a la madre de mi marido y a mi hija mayor.
Nos dirigimos hacia la Torre del Ayuntamiento Viejo. Estremece ver la fachada rota por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. No volvieron a levantar el viejo ayuntamiento. En el sitio plantaron árboles. Ahora tienen un pequeño parque con árboles que me pareció triste.
Mi marido estaba muy interesado en el reloj astronómico creado por el maestro relojero Hanus. Es todo un espectáculo. Los doce apóstoles salen por la ventana y cuatro muñecos evocan cuatro pecados temidos en la ciudad: la vanidad, la lujuria, la muerte y la usura. No me extraña que digan que el reloj da mala suerte. De hecho estuvo muchos años sin arreglar porque no había relojero que quisiera ponerle las manos.
Por una de las calles aledañas llegamos al Teatro Estatal donde Mozart estrenó Don Giovanni en 1787. Nada del otro mundo. Un teatro más.
En la Plaza Wenceslao tienen una estatua del señor que le da nombre y es allí donde se encuentra el Museo Nacional. Fue una plaza que en su día tuvo un mercado de caballos. Separaba la ciudad vieja de la ciudad nueva mediante un pequeño puente que cruzaba un foso.
Es una plaza con mucha historia. Todas las manifestaciones y demás movidas del personal se producen allí. En 1989 hacen en esta plaza una manifestación que inicia la Revolución de Terciopelo que lleva a la caída del comunismo.
Seguimos andando y encontramos la Torre de la Pólvora una torre de estilo gótico que fue una de las puertas de entrada de la Ciudad Vieja. Necesitaba un retoque la pobre torre. La tenían bastante descuidada. En cambio, la Casa Municipal estaba brillante. Están unidas por un puente cubierto.
Fue una pena no tener más tiempo disponible. Me hubiera gustado asistir a alguno de los conciertos que acoge la Casa Municipal.
Os recomiendo visitar la ciudad Vieja de Praga. Sus calles están cargadas de historia. También tiene cositas un poco fuertes como el brazo momificado que conservan en la iglesia de San Jacobo. Dice la leyenda que es de un campesino al que cogió la Virgen robando.
Empezamos nuestro recorrido visitando la famosa iglesia gótica Nuestra Señora. Nos llegó mirarla por fuera. Afortunadamente, era un viaje de pareja y podíamos pasar del turismo de iglesias que tanto gusta a la madre de mi marido y a mi hija mayor.
Nos dirigimos hacia la Torre del Ayuntamiento Viejo. Estremece ver la fachada rota por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. No volvieron a levantar el viejo ayuntamiento. En el sitio plantaron árboles. Ahora tienen un pequeño parque con árboles que me pareció triste.
Mi marido estaba muy interesado en el reloj astronómico creado por el maestro relojero Hanus. Es todo un espectáculo. Los doce apóstoles salen por la ventana y cuatro muñecos evocan cuatro pecados temidos en la ciudad: la vanidad, la lujuria, la muerte y la usura. No me extraña que digan que el reloj da mala suerte. De hecho estuvo muchos años sin arreglar porque no había relojero que quisiera ponerle las manos.
Por una de las calles aledañas llegamos al Teatro Estatal donde Mozart estrenó Don Giovanni en 1787. Nada del otro mundo. Un teatro más.
En la Plaza Wenceslao tienen una estatua del señor que le da nombre y es allí donde se encuentra el Museo Nacional. Fue una plaza que en su día tuvo un mercado de caballos. Separaba la ciudad vieja de la ciudad nueva mediante un pequeño puente que cruzaba un foso.
Es una plaza con mucha historia. Todas las manifestaciones y demás movidas del personal se producen allí. En 1989 hacen en esta plaza una manifestación que inicia la Revolución de Terciopelo que lleva a la caída del comunismo.
Seguimos andando y encontramos la Torre de la Pólvora una torre de estilo gótico que fue una de las puertas de entrada de la Ciudad Vieja. Necesitaba un retoque la pobre torre. La tenían bastante descuidada. En cambio, la Casa Municipal estaba brillante. Están unidas por un puente cubierto.
Fue una pena no tener más tiempo disponible. Me hubiera gustado asistir a alguno de los conciertos que acoge la Casa Municipal.
Os recomiendo visitar la ciudad Vieja de Praga. Sus calles están cargadas de historia. También tiene cositas un poco fuertes como el brazo momificado que conservan en la iglesia de San Jacobo. Dice la leyenda que es de un campesino al que cogió la Virgen robando.
Moda de barrio: Carburantes caros para vacaciones por la Bretaña Francesa
Blog de economía española, europea y mundial. Análisis de la evolución económica con explicación de conceptos por la economista María Rey. modadebarrio.blogspot.com |
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La Bretaña francesa es una de las zonas más bonitas de Francia. Nosotros hicimos una ruta por el norte de Bretaña inolvidable. Ir en el coche viendo una sucesión de pueblos medievales es como realizar un viaje al pasado. En la costa ves el granito rosa, las mareas que suben o bajan y esa parte verde que enamora.
Nuestras vacaciones en la Bretaña francesa fueron muy tranquilas. Utilizamos como base nuestro alojamiento en Saint Michel en Grève, una población en el norte de Bretaña. Tuvimos la gran suerte de poder alquilar un pequeño apartamento con vistas al mar en este pueblo marinero que tiene una playa espectacular.
Poco cocinamos. Decidimos disfrutar la gastronomía de la Bretaña. Es de lo mejorcito. Los productos del mar, los embutidos, quesos, los dulces elaborados con mantequilla... son exquisitos. De bebida no puedes decirle no a la sidra, la bebida nacional. Pero no todo es sidra, también tienen buenas cervezas. Los bretones también se sienten muy orgullosos de su cerveza.
Tomé nota de su receta de mejillones con patatas. Estaban muy ricos cocinados al vapor. Cuando les ponían salsas me gustaban menos. Los tienen en todas partes: Rennes, Saint Malo, Lanion o Paimpol fueron las ciudades donde estaban más buenos.
Nuestras vacaciones terminaron convirtiéndose en unas vacaciones gastronómicas. Bretaña nos conquistó más con la comida que con sus bonitos pueblos. Comimos mucho pescado. Por ejemplo, las vieiras que en casa casi nunca se comen a no ser que las traiga mi suegra y las prepare ella. Las vieras son típicas de Erquy, cerca de Saint-Brieuc. Cada pueblo tiene su especialidad culinaria. Así las ostras más famosas son las de Cancale. La caballa es uno de los pescados más típicos en los restaurantes de Paimpol.
Llama la atención lo bien cuidados que tienen sus pueblos, incluso los más rurales. Trèguier, Roscooff y Pontrieux en el norte de Bretaña son un ejemplo de ello. Las ciudades con más patrimonio arquitectónico también se ven muy bien. Nosotros visitamos Saint Malo, Rennes, Lannion, Dinan, Nantes y Fougères en nuestro viaje de mirar en global, sin parar mucho en cada localidad. Queríamos que nuestras hijas tuvieran una visión general de la Bretaña francesa.
Espero volver pronto a Bretaña. Quiero volver a recorrer sus canales. Por ejemplo, los de Prontieux. Me llamaron mucho la atención también las piscinas naturales en el mar.
Os recomiendo visitar la Bretaña francesa. De su Costa Rosa me quedo con el tramo conocido como la Costa d´Armor. Las formas de las rocas te hacen soñar. Mis hijas jugaban a imaginar que eran aquellas formas rocosas.
Rennes, la capital, tiene mucho encanto. Es una ciudad de solo 210.000 habitantes, de los que casi setenta mil son estudiantes.
Nuestras vacaciones en la Bretaña francesa fueron muy tranquilas. Utilizamos como base nuestro alojamiento en Saint Michel en Grève, una población en el norte de Bretaña. Tuvimos la gran suerte de poder alquilar un pequeño apartamento con vistas al mar en este pueblo marinero que tiene una playa espectacular.
Poco cocinamos. Decidimos disfrutar la gastronomía de la Bretaña. Es de lo mejorcito. Los productos del mar, los embutidos, quesos, los dulces elaborados con mantequilla... son exquisitos. De bebida no puedes decirle no a la sidra, la bebida nacional. Pero no todo es sidra, también tienen buenas cervezas. Los bretones también se sienten muy orgullosos de su cerveza.
Tomé nota de su receta de mejillones con patatas. Estaban muy ricos cocinados al vapor. Cuando les ponían salsas me gustaban menos. Los tienen en todas partes: Rennes, Saint Malo, Lanion o Paimpol fueron las ciudades donde estaban más buenos.
Nuestras vacaciones terminaron convirtiéndose en unas vacaciones gastronómicas. Bretaña nos conquistó más con la comida que con sus bonitos pueblos. Comimos mucho pescado. Por ejemplo, las vieiras que en casa casi nunca se comen a no ser que las traiga mi suegra y las prepare ella. Las vieras son típicas de Erquy, cerca de Saint-Brieuc. Cada pueblo tiene su especialidad culinaria. Así las ostras más famosas son las de Cancale. La caballa es uno de los pescados más típicos en los restaurantes de Paimpol.
Llama la atención lo bien cuidados que tienen sus pueblos, incluso los más rurales. Trèguier, Roscooff y Pontrieux en el norte de Bretaña son un ejemplo de ello. Las ciudades con más patrimonio arquitectónico también se ven muy bien. Nosotros visitamos Saint Malo, Rennes, Lannion, Dinan, Nantes y Fougères en nuestro viaje de mirar en global, sin parar mucho en cada localidad. Queríamos que nuestras hijas tuvieran una visión general de la Bretaña francesa.
Espero volver pronto a Bretaña. Quiero volver a recorrer sus canales. Por ejemplo, los de Prontieux. Me llamaron mucho la atención también las piscinas naturales en el mar.
Os recomiendo visitar la Bretaña francesa. De su Costa Rosa me quedo con el tramo conocido como la Costa d´Armor. Las formas de las rocas te hacen soñar. Mis hijas jugaban a imaginar que eran aquellas formas rocosas.
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Vejer de la Frontera es uno de los pueblos blancos de Cádiz más bonitos. Además, estás casi en familia. Tiene unos 13.000 habitantes que se multiplican en verano con los turistas. Por eso prefiero ir cuando pasa la temporada alta. Está todo más tranquilo.
Es un pueblo con mucha Historia. Por allí estuvieron las civilizaciones fenicia, cartaginesa, romana, musulmana, judía y cristiana. La arquitectura del pueblo guarda vestigios de sus antiguos habitantes en sus casas blancas con vestigios de la antigua muralla y el castillo. Tiene mucho encanto.
Lo que más me gustó fueron sus estrechas callejuelas que contrastan con la antigua fortaleza y con puertas de acceso que se remontan al siglo X. En nuestros paseos por Véjar siempre descubrimos nuevas piedras antiguas.
Es una pena que muchos de los rincones más interesantes de Vejer de la Frontera pertenezcan a viviendas privadas. Nosotros tuvimos la suerte de poder ver algunos hermosos patios nazaríes privados por mediación de unos amigos nuestros que residen en el pueblo.
La última vez que estuvimos en Vejer se sumó mi suegra a la excursión. Nos arrastró a su turismo de iglesias. Empezamos el recorrido en la Iglesia del Divino Salvador, construida sobre una antigua mezquita musulmana. Un puro reciclaje de piedras. Deberíamos tomar nota. El medio ambiente lo agradecería. En el templo se ven el gótico-mudéjar y el románico. También fueron cambiando los gustos según iban reutilizando los pedruscos de la vieja mezquita. Es el monumento más importante de Vejer.
Miras hacia arria, a los azulejos del pináculo y ves una imagen del Cristo Salvador. Por allí arriba estuvo en su día el minarete árabe. Casi me puse mística mirando aquella maravilla arquitectónica llena de rezos pasados y antiguos.
Por la zona están el Museo de Vejer y el Callejón Oscuro de Vejer de la Frontera. Dejé a mi suegra en el museo con mi marido y me llevé a las niñas de tiendas. Encuentras muchas tiendecitas interesantes para comprar recuerdos del pueblo.
Muchas casas se han adosado a las viejas murallas. Otro ejemplo del apaño urbanístico. Y les quedó bonito. Llenaron los patios de macetas con flores dándoles mucha belleza.
No debes perderte las torres, desde las que se tienen vistas espectaculares del pueblo y el valle. Nosotros fuimos a la de la Casa del Mayorazgo, del siglo XVIII, con un patio colmado de flores. Nos dijeron que había 450 macetas.
Mi suegra se quedó con ganas de visitar el castillo. Lo tenía difícil porque es privado y, encima, lo estaban restaurando. Seguimos andando y llegamos a la plaza de España. En el pasado toreaban allí mismo los toros. Fue hasta el siglo XIX, momento en el que le plantan una bonita fuente y se acaban los toros en aquel arenal.
En el Convento de los Concepcionistas, del siglo XVI, hoy el Museo de las Tradiciones y Costumbres de Vejer, pudimos ver un traje de cobijada, la vestimenta tradicional de la zona. Me recordó el de la Cobijada, una escultura de mujer con este traje típico. Es en el convento donde está el famoso Arco de las Monjas.
Os recomiendo visitar Vejer de la Frontera. Vuelvo a decir que es una pena que muchos patios de flores sean privados y no se puedan visitar.
También hay playa. Sales del casco histórico, cruzas parte del Bosque de Barbate y llegas al arenal de El Palmar. Es una playa muy animada, pero con un viento de Levante que mete miedo.
Es un pueblo con mucha Historia. Por allí estuvieron las civilizaciones fenicia, cartaginesa, romana, musulmana, judía y cristiana. La arquitectura del pueblo guarda vestigios de sus antiguos habitantes en sus casas blancas con vestigios de la antigua muralla y el castillo. Tiene mucho encanto.
Lo que más me gustó fueron sus estrechas callejuelas que contrastan con la antigua fortaleza y con puertas de acceso que se remontan al siglo X. En nuestros paseos por Véjar siempre descubrimos nuevas piedras antiguas.
Es una pena que muchos de los rincones más interesantes de Vejer de la Frontera pertenezcan a viviendas privadas. Nosotros tuvimos la suerte de poder ver algunos hermosos patios nazaríes privados por mediación de unos amigos nuestros que residen en el pueblo.
La última vez que estuvimos en Vejer se sumó mi suegra a la excursión. Nos arrastró a su turismo de iglesias. Empezamos el recorrido en la Iglesia del Divino Salvador, construida sobre una antigua mezquita musulmana. Un puro reciclaje de piedras. Deberíamos tomar nota. El medio ambiente lo agradecería. En el templo se ven el gótico-mudéjar y el románico. También fueron cambiando los gustos según iban reutilizando los pedruscos de la vieja mezquita. Es el monumento más importante de Vejer.
Miras hacia arria, a los azulejos del pináculo y ves una imagen del Cristo Salvador. Por allí arriba estuvo en su día el minarete árabe. Casi me puse mística mirando aquella maravilla arquitectónica llena de rezos pasados y antiguos.
Por la zona están el Museo de Vejer y el Callejón Oscuro de Vejer de la Frontera. Dejé a mi suegra en el museo con mi marido y me llevé a las niñas de tiendas. Encuentras muchas tiendecitas interesantes para comprar recuerdos del pueblo.
Muchas casas se han adosado a las viejas murallas. Otro ejemplo del apaño urbanístico. Y les quedó bonito. Llenaron los patios de macetas con flores dándoles mucha belleza.
No debes perderte las torres, desde las que se tienen vistas espectaculares del pueblo y el valle. Nosotros fuimos a la de la Casa del Mayorazgo, del siglo XVIII, con un patio colmado de flores. Nos dijeron que había 450 macetas.
Mi suegra se quedó con ganas de visitar el castillo. Lo tenía difícil porque es privado y, encima, lo estaban restaurando. Seguimos andando y llegamos a la plaza de España. En el pasado toreaban allí mismo los toros. Fue hasta el siglo XIX, momento en el que le plantan una bonita fuente y se acaban los toros en aquel arenal.
En el Convento de los Concepcionistas, del siglo XVI, hoy el Museo de las Tradiciones y Costumbres de Vejer, pudimos ver un traje de cobijada, la vestimenta tradicional de la zona. Me recordó el de la Cobijada, una escultura de mujer con este traje típico. Es en el convento donde está el famoso Arco de las Monjas.
Os recomiendo visitar Vejer de la Frontera. Vuelvo a decir que es una pena que muchos patios de flores sean privados y no se puedan visitar.
También hay playa. Sales del casco histórico, cruzas parte del Bosque de Barbate y llegas al arenal de El Palmar. Es una playa muy animada, pero con un viento de Levante que mete miedo.
Moda de barrio: La lotería te hace pobre
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Salzburgo es una ciudad de postal que está en Austria. Tiene un castillo, muchas iglesias con bonitos campanarios, enormes palacios con jardines espectaculares y un río. Pero no se la conoce por su castillo ni por ninguna de sus múltiples iglesias. Es una ciudad mundialmente famosa por ser la ciudad de Mozart. Nosotros la visitamos en invierno, cuando tenía montados los mercadillos navideños.
Mi marido se cansaba de ver a Mozart por todas partes. Tuve que insistir para que nos acompañara a ver las dos casas del músico: la natal y otra más espaciosa, en la que el genio vivió cuando empezaba a ganar más dinerito con sus primeras partituras.
Aproveché para comprar unos bombones que se vendían en una pastelería cerca de la casa grande. Fue el suvenir que le llevé a mi suegra y no estuve muy acertada porque no me salieron nada ricos. Menos mal que llevaban la cara de Mozart y me sirvió de excusa para justificar su compra.
Nuestra siguiente parada fue el jardín botánico Furtwänglerpark. Lo tienen muy bien cuidado. Mi marido tuvo el antojo de ir a comer cuando se cansó de ver plantitas. Elegimos el restaurante más caro de la ciudad: el Stiftskeller St. Peter. Dicen que es el restaurante más antiguo de Europa. Cristobal Colón fue uno de los ilustres comensales. Otro fue Mozart. Cuando fue haciéndose famoso podía permitirse los restaurantes caros.
No nos perdimos unas buenas cervezas. Te las sirven en la cervecería Augustiner Bräu. Es una cerveza sabrosa que sienta muy bien porque no lleva conservantes. La fabrican allí mismo. En mi vida había bebido una cerveza tan fresquita.
en esta ciudad apuestan mucho por la cultura. Siempre tienen eventos interesantes para toda la familia, sobre todo en las fechas navideñas. Nosotros asistimos a espectáculos de teatro, marionetas, ópera, conciertos… Mi marido y yo queríamos que este viaje fura inolvidable para nuestras hijas.
Lo que más les gustó a nuestras princesitas fue subir en a la Fortaleza Hohensalzburg en teleférico. También puedes ir andando, pero es mejor el teleférico para evitar el cansancio de subir la cuesta en el centro de la ciudad.
Te cobran entrada. Existen diferentes entradas y los precios varían en función de la hora. Nosotros hicimos el recorrido por las torres, el patio de armas y luego subimos al punto más alto de esta fortaleza.
Yo quería haber esperado hasta las ocho de la tarde A partir de las 20 horas la entrada es gratuita pero no tienes acceso a la torre porque cierra a esa hora. Mi marido dijo que era mejor pagar y ver la torre por dentro. Lo dejé pagar.
A las ocho estábamos en el restaurante cenando salchicha con patatas y unas cervezas. Fue muy romántico ver el anochecer en Salzburgo mientras cenábamos.
Nuestro segundo día en esta maravillosa ciudad austriaca lo dedicamos a visitar el DomQuartier o barrio de la Catedral. Es el casco histórico de Salzburgo. El conjunto está formado por la Catedral, la Alte Residenz, el Monasterio de San Pedro y la Iglesia Franciscana. Pagas una entrada y vas de edificio a edificio. Los tienen interconectados.
Os recomiendo visitar Salzburgo, la ciudad donde nació y vivió Mozart. No debes perderte Getreidegasse, la calle con mayor afluencia de turistas de la ciudad. En el número 9, se encuentra la casa donde nació Wolfgang Amadeus Mozart. La convirtieron en un museo dedicado a su vida, lleno de documentos personales, retratos, instrumentos musicales, etc, etc, etc. No creo que todo lo que había allí hubiera sido de Mozart.
Para disfrutar las mejores vistas de la ciudad tienes que subir a una pequeña colina que se llama Kapuzinerberg. Mi marido sacó muchas fotos desde allí.
Otra visita obligada es el Palacio Mirabell, declarado Patrimonio de la Humanidad, es uno de los edificios más famosos del país. Es una construcción de estilo barroco con bellísimos jardines de 1690. Vimos la Fuente de Pegaso, el Heckentheater o Teatro de los setos, el jardín de las rosas y el de los enanos. Fueron el escenario en la película Sonrisas y lágrimas. Paseando por estos jardines con mis hijas y mi marido tenía la sensación de haber estado anteriormente. Los escenarios de las películas no se olvidan, enseguida los reconoces.
Espero volver pronto a esta bonita ciudad. Me supieron a poco los dos días que pasamos en ella. Sé que nos quedaron muchas cosas por ver y disfrutar. Tal vez regresemos este verano. Sería una visita complementaria al Salzburgo que vimos en invierno.
Mi marido se cansaba de ver a Mozart por todas partes. Tuve que insistir para que nos acompañara a ver las dos casas del músico: la natal y otra más espaciosa, en la que el genio vivió cuando empezaba a ganar más dinerito con sus primeras partituras.
Aproveché para comprar unos bombones que se vendían en una pastelería cerca de la casa grande. Fue el suvenir que le llevé a mi suegra y no estuve muy acertada porque no me salieron nada ricos. Menos mal que llevaban la cara de Mozart y me sirvió de excusa para justificar su compra.
Nuestra siguiente parada fue el jardín botánico Furtwänglerpark. Lo tienen muy bien cuidado. Mi marido tuvo el antojo de ir a comer cuando se cansó de ver plantitas. Elegimos el restaurante más caro de la ciudad: el Stiftskeller St. Peter. Dicen que es el restaurante más antiguo de Europa. Cristobal Colón fue uno de los ilustres comensales. Otro fue Mozart. Cuando fue haciéndose famoso podía permitirse los restaurantes caros.
No nos perdimos unas buenas cervezas. Te las sirven en la cervecería Augustiner Bräu. Es una cerveza sabrosa que sienta muy bien porque no lleva conservantes. La fabrican allí mismo. En mi vida había bebido una cerveza tan fresquita.
en esta ciudad apuestan mucho por la cultura. Siempre tienen eventos interesantes para toda la familia, sobre todo en las fechas navideñas. Nosotros asistimos a espectáculos de teatro, marionetas, ópera, conciertos… Mi marido y yo queríamos que este viaje fura inolvidable para nuestras hijas.
Lo que más les gustó a nuestras princesitas fue subir en a la Fortaleza Hohensalzburg en teleférico. También puedes ir andando, pero es mejor el teleférico para evitar el cansancio de subir la cuesta en el centro de la ciudad.
Te cobran entrada. Existen diferentes entradas y los precios varían en función de la hora. Nosotros hicimos el recorrido por las torres, el patio de armas y luego subimos al punto más alto de esta fortaleza.
Yo quería haber esperado hasta las ocho de la tarde A partir de las 20 horas la entrada es gratuita pero no tienes acceso a la torre porque cierra a esa hora. Mi marido dijo que era mejor pagar y ver la torre por dentro. Lo dejé pagar.
A las ocho estábamos en el restaurante cenando salchicha con patatas y unas cervezas. Fue muy romántico ver el anochecer en Salzburgo mientras cenábamos.
Nuestro segundo día en esta maravillosa ciudad austriaca lo dedicamos a visitar el DomQuartier o barrio de la Catedral. Es el casco histórico de Salzburgo. El conjunto está formado por la Catedral, la Alte Residenz, el Monasterio de San Pedro y la Iglesia Franciscana. Pagas una entrada y vas de edificio a edificio. Los tienen interconectados.
Os recomiendo visitar Salzburgo, la ciudad donde nació y vivió Mozart. No debes perderte Getreidegasse, la calle con mayor afluencia de turistas de la ciudad. En el número 9, se encuentra la casa donde nació Wolfgang Amadeus Mozart. La convirtieron en un museo dedicado a su vida, lleno de documentos personales, retratos, instrumentos musicales, etc, etc, etc. No creo que todo lo que había allí hubiera sido de Mozart.
Para disfrutar las mejores vistas de la ciudad tienes que subir a una pequeña colina que se llama Kapuzinerberg. Mi marido sacó muchas fotos desde allí.
Otra visita obligada es el Palacio Mirabell, declarado Patrimonio de la Humanidad, es uno de los edificios más famosos del país. Es una construcción de estilo barroco con bellísimos jardines de 1690. Vimos la Fuente de Pegaso, el Heckentheater o Teatro de los setos, el jardín de las rosas y el de los enanos. Fueron el escenario en la película Sonrisas y lágrimas. Paseando por estos jardines con mis hijas y mi marido tenía la sensación de haber estado anteriormente. Los escenarios de las películas no se olvidan, enseguida los reconoces.
Espero volver pronto a esta bonita ciudad. Me supieron a poco los dos días que pasamos en ella. Sé que nos quedaron muchas cosas por ver y disfrutar. Tal vez regresemos este verano. Sería una visita complementaria al Salzburgo que vimos en invierno.
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Los Universal Studios Hollywood es el primero de los parques temáticos Universal Studios. Los otros son Florida, Japón, Singapur y Pekín. Mi marido quiere visitarlos todos, pero yo no sé si estaré por la labor. Quedé un poco defraudada de lo que vi en el de Hollywood.
Mi decepción, posiblemente, se debió a la idea preconcebida que levaba. Es como si entras en la cocina de un restaurante y esperas encontrar el comedor. Aquello es un lugar de trabajo, el lugar donde se cocinan las películas que vemos en las pantallas de los cines y de nuestros televisores y demás dispositivos.
Mis hijas le encontraron más gracia que yo. Todo me parecía poco glamuroso. Mi marido les contaba a las niña que allí se habían rodado películas como Tiburón, E.T. o Regreso al futuro. Recorrimos todo el recinto, cosa que es agotadora. Es enorme.
Finalmente nos fuimos para las atracciones. Yo me subía todo para descansar. Estaba tan agotada que se me había pasado el miedo a cualquier atracción que pudiera darle vértigo a una persona normal.
Tienen atracciones de todo tipo y para todas las edades, algo que lo convierte en una opción perfecta para toda familia que busque una jornada de diversión.
En la visita incluyen también un recorrido en tren llamado Studio Tour. El tren va pasando por sets de rodaje de series y películas famosas mientras vas recibiendo las explicaciones de un guía que habla en inglés.
El parque e divide en dos zonas separadas que se unen por unas escaleras mecánicas:
Mi decepción, posiblemente, se debió a la idea preconcebida que levaba. Es como si entras en la cocina de un restaurante y esperas encontrar el comedor. Aquello es un lugar de trabajo, el lugar donde se cocinan las películas que vemos en las pantallas de los cines y de nuestros televisores y demás dispositivos.
Mis hijas le encontraron más gracia que yo. Todo me parecía poco glamuroso. Mi marido les contaba a las niña que allí se habían rodado películas como Tiburón, E.T. o Regreso al futuro. Recorrimos todo el recinto, cosa que es agotadora. Es enorme.
Finalmente nos fuimos para las atracciones. Yo me subía todo para descansar. Estaba tan agotada que se me había pasado el miedo a cualquier atracción que pudiera darle vértigo a una persona normal.
Tienen atracciones de todo tipo y para todas las edades, algo que lo convierte en una opción perfecta para toda familia que busque una jornada de diversión.
En la visita incluyen también un recorrido en tren llamado Studio Tour. El tren va pasando por sets de rodaje de series y películas famosas mientras vas recibiendo las explicaciones de un guía que habla en inglés.
El parque e divide en dos zonas separadas que se unen por unas escaleras mecánicas:
- -El Upper Lot. Es la parte de las atracciones relacionadas con Los Minions, Los Simpsons y Harry Potter.
- -El Lower Lot. Está dedicado a Jurassic Park, Transformers y La Momia.
Parece enorme, pero en un día lo recorrimos todo. Fuimos en un coche de alquiler que dejamos aparcado en el parking del parque. También había aparcamientos en los alrededores.
Os recomiendo visitarlo sin llevar ideas preconcebidas. Vas a ver un lugar de rodaje de las películas y los sets de rodaje puede que te parezcan unos apaños.
La mejor entrada es la Universal Express. Fue la que cogimos nosotros. Además de la entrada general, nos permitió un acceso exprés a cada atracción y espectáculo. Ahorras mucho tiempo. No es necesario reservar una hora para entrar en la atracción en cuestión porque te evitas toda la cola. Es una entrada más cara, pero merece la pena. De no haber cogido esta entrada hubiéramos perdido mucho tiempo esperando en las colas de las atracciones. No me quiero ni imaginar lo que sería aguantar a las niñas en las colas kilométricas que tenían algunas atracciones.
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Regalos inolvidables: Siéntete afortunad@ al recibirlos
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