Estando en Francia descubrí en la televisión una serie titulada Candice Renoir que se rueda en Sète, una ciudad muy poco conocida.
Convencí a mi marido para subirnos al coche e ir a dar una vuelta. Reconozco que me decepcionó un poco. Nos encontramos una ciudad con un puerto muy concurrido, pero sin nada de turismo. Aquello era un mundo aparte.
Conocida como la "pequeña Venecia del Languedoc" por los muchos canales que la atraviesan no te deja indiferente. Nosotros nos hicimos fotos en el Canal Du Midi que muchos amigos piensan que son de Venecia.
Recorrimos la ciudad a pie, paseamos por sus callejuelas, visitamos su puerto... El puerto está muy céntrico. De hecho, toda la vida de la ciudad gira entorno al puerto. Ves muchos barcos de pesca, pero también se ven cada vez más barcos turísticos.
Por eso llama la atención que los turistas no sean muy visibles por las calles de Séte. Decía mi marido que eran turistas de no bajar de los yates. Tal vez tuviera razón.
Se perdían ver estatuas como la Mamma de Di Rosa en la Plaza Hospitalet, el "Poufre" de Nocca en la Plaza León, o la Dama de Hierro de Szabo frente a la mediateca. Nosotros no nos perdimos este placer. Me gustan las estatuas. Es como si hicieran eterna a la persona que representan.
Convencí a mi marido para subirnos al coche e ir a dar una vuelta. Reconozco que me decepcionó un poco. Nos encontramos una ciudad con un puerto muy concurrido, pero sin nada de turismo. Aquello era un mundo aparte.
Conocida como la "pequeña Venecia del Languedoc" por los muchos canales que la atraviesan no te deja indiferente. Nosotros nos hicimos fotos en el Canal Du Midi que muchos amigos piensan que son de Venecia.
Recorrimos la ciudad a pie, paseamos por sus callejuelas, visitamos su puerto... El puerto está muy céntrico. De hecho, toda la vida de la ciudad gira entorno al puerto. Ves muchos barcos de pesca, pero también se ven cada vez más barcos turísticos.
Por eso llama la atención que los turistas no sean muy visibles por las calles de Séte. Decía mi marido que eran turistas de no bajar de los yates. Tal vez tuviera razón.
Se perdían ver estatuas como la Mamma de Di Rosa en la Plaza Hospitalet, el "Poufre" de Nocca en la Plaza León, o la Dama de Hierro de Szabo frente a la mediateca. Nosotros no nos perdimos este placer. Me gustan las estatuas. Es como si hicieran eterna a la persona que representan.
Mi marido me animó para ir con él de museos. Acepté a cambio de una cena romántica el turismo cultural que tanto le gusta. Fuimos a ver el Espacio Georges Brassens, hijo pródigo de la ciudad, un lugar interesante gracias a las nuevas técnicas de imagen y sonido que le dan vidilla. Nos gustó más que el Museo Paul Valéry.
En Sète no olvidan a sus habitantes famosos. Yo creo que todos sus artistas tienen un museo. El museo que más me agradó fue el Museo de los artes modestos. Fue una pena que no hubiéramos llevado a las niñas para que vieran los juguetes antiguos que alberga este museo.
O recomiendo visitar Sète. No debes perderte la subasta de pescado en el puerto. Es de locura. Con razón Sète está considerado el puerto más importante del Mediterráneo francés. Aquello hay que verlo.
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En Francia estrené este
bañador muy completito
que me queda como un guante
cuando nado en la piscina.
Entra en el link y pide
que a ti te lo envíen:
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