Doña Manolita no quiere oír hablar de una manifestación para protestar por la ampliación del colegio Miraflores. Dice que ella cree en la libertad de enseñanza. Ena también cree en la libertad, pero de expresión. Hoy viene como una pancarta móvil. El "yo amo la escuela pública" lo escribió en la minifalda, en la camiseta y en un sombrero de paja que no se quiere quitar.
-Pienso pasar los recreos delante de la puerta del Miraflores.
-Comportate, Macarena -le pide doña Manolita-. Recuerda que eres funcionaria. Has jurado la Constitución.
-La juré por imperativo legal.
A la hora del recreo, la profe chachi cruza la calle y se planta delante de la obra de ampliación del colegio Miraflores. Los obreros le silban. Ena les hace un corte de mangas. Los niños del privado imitan su corte de mangas. Practican el feo gesto. ¿Y aquel no es Pablito? ¡Claro que es! Saca de su mochila caramelos y los reparte entre los alumnos del privado. ¡Qué generoso! Ah... parece que de generosidad nada. Ahora cobra los caramelos regalados. Pablito non ha salido capitalista.
-¡Sophia!
-¿Qué ocurre, doña Manolita?
-Han llamado las monjas del Miraflores.
-Me lo imagino, doña Manolita. Ena le ha enseñado a sus alumnos bien a hacer cortes de manga con estilo proletario, y Pablito los está haciendo consumistas.
-Tráemelos aquí ahora mismo.
Obedecí a medias. Fui hasta el Miraflores, pero no les dije nada. Yo vivo y dejo vivir.
Thursday, May 03, 2007
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