Una de las rutas de senderismo que más desierta encontré fue la Ruta a las Ermitas, Córdoba. Me llamó la atención que no hubiera casi gente porque el senderismo está muy de moda. A mí no me gusta, pero a mi marido y ami suegra les encanta. Por eso, de vez en cuando, me apunto a esto de andar por el monte con las niñas.
La Ruta a las Ermitas, Córdoba, es de unos 9 kilómetros, un trayecto que te da para andar y para cansarte, sobre todo si eres tan urbanita como servidora. Cansa bastante su subida, sobre todo si llevas dos niñas como las mías que no quieren dar un paso. Lo que casi me mata fue la cuesta del Rebentón, un desnivel horrible que hay antes de alcanzar Las Ermitas. Encima, en esa zona el camino está lleno de piedras.
Cuando hicimos nosotros esta ruta, había más ciclistas que gente andando. Bueno, por haber hasta había un señor que iba a caballo. Mi suegra decía que parecía don Quijote. Lo vimos en la Cuesta de los Pobres.
Tardamos unas seis horas largas en hacer los 9 kilómetros. Yo estaba a punto de llamar un taxi. No podía con mis pies. Mi marido quería ir a ver Las Ermitas. Le dije que ni hablar. Necesitaba ir al hotel y descansar. Marché con mis hijas. Mi santo y su señora madre quedaron haciendo fotografías de toda la ciudad de Córdoba que se veía desde allí arriba.
Ellos regresaron por un sendero alternativo a lo que es la ruta en sí. Les encanta andar.
No os la recomiendo ni os la dejo de recomendar. Si eres católico de esos que van a misa, te viene bien la ruta. Puedes aprovechar para ir a la misa del domingo en las Ermitas. Fue lo que hizo mi suegra.
La Ruta a las Ermitas, Córdoba, es de unos 9 kilómetros, un trayecto que te da para andar y para cansarte, sobre todo si eres tan urbanita como servidora. Cansa bastante su subida, sobre todo si llevas dos niñas como las mías que no quieren dar un paso. Lo que casi me mata fue la cuesta del Rebentón, un desnivel horrible que hay antes de alcanzar Las Ermitas. Encima, en esa zona el camino está lleno de piedras.
Cuando hicimos nosotros esta ruta, había más ciclistas que gente andando. Bueno, por haber hasta había un señor que iba a caballo. Mi suegra decía que parecía don Quijote. Lo vimos en la Cuesta de los Pobres.
Tardamos unas seis horas largas en hacer los 9 kilómetros. Yo estaba a punto de llamar un taxi. No podía con mis pies. Mi marido quería ir a ver Las Ermitas. Le dije que ni hablar. Necesitaba ir al hotel y descansar. Marché con mis hijas. Mi santo y su señora madre quedaron haciendo fotografías de toda la ciudad de Córdoba que se veía desde allí arriba.
Ellos regresaron por un sendero alternativo a lo que es la ruta en sí. Les encanta andar.
No os la recomiendo ni os la dejo de recomendar. Si eres católico de esos que van a misa, te viene bien la ruta. Puedes aprovechar para ir a la misa del domingo en las Ermitas. Fue lo que hizo mi suegra.
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