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El Museo de los Caminos está en Astorga, en una localidad de la provincia de León, en Castilla-León. Es un museo que recibe su nombre a que esta en lo que fue en su día una encrucijada de caminos.
Nosotros fuimos a verlo porque nos habían dicho que el edificio había sido diseñado por Gaudí, el arquitecto que hizo la Sagrada Familia de Barcelona. Es un edificio de cuatro plantas unidas por una bonita escalera de caracol, que les hizo mucha gracia a mis hijas. A mí me hizo menos gracia por lo que me mareaba subir y bajar por ella.
Tiene cosas de arqueología, restos prehistóricos, tallas anónimas en madera policromada, pinturas, orfebrería religiosa y una interesante exposición de artistas leoneses contemporáneos en la última planta.
Lo que más me gustó de este museo fue el edificio. Parece un castillo por fuera. Gaudí tenía unas ideas muy originales a la hora de hacer todo tipo de construcciones.
Os lo recomiendo. El Museo de los Caminos en Astorga está muy cerca de la catedral de esta bonita ciudad castellana. Merece una visita, sobre todo por fuera. Dentro a mi chico le llamó mucho la atención la colección de esculturas medievales de madera policromada y los cacharros de orfebrería renacentista y barroca. Hubo cosas que le gustaron menos. Por ejemplo los objetos de época romana que se veían muy viejos. A mí me horrorizaron los sepulcros góticos. La gente mete en un museo hasta lo que mete miedo. Por lo menos deberían meter esos ataúdes en una sala en la que estuviera prohibida la entrada para los niños. Mis hijas casi se me traumatizan al ver aquellas cajas. También tienen en este museo muchas cosas relacionadas con el Camino de Santiago, cosas que a nosotros no nos interesaron mucho.
El museo es bastante grande. A mí la escalera de caracol me lo hizo todavía más inmenso. No era para mí aquella escalera imposible.
Nosotros fuimos a verlo porque nos habían dicho que el edificio había sido diseñado por Gaudí, el arquitecto que hizo la Sagrada Familia de Barcelona. Es un edificio de cuatro plantas unidas por una bonita escalera de caracol, que les hizo mucha gracia a mis hijas. A mí me hizo menos gracia por lo que me mareaba subir y bajar por ella.
Tiene cosas de arqueología, restos prehistóricos, tallas anónimas en madera policromada, pinturas, orfebrería religiosa y una interesante exposición de artistas leoneses contemporáneos en la última planta.
Lo que más me gustó de este museo fue el edificio. Parece un castillo por fuera. Gaudí tenía unas ideas muy originales a la hora de hacer todo tipo de construcciones.
Os lo recomiendo. El Museo de los Caminos en Astorga está muy cerca de la catedral de esta bonita ciudad castellana. Merece una visita, sobre todo por fuera. Dentro a mi chico le llamó mucho la atención la colección de esculturas medievales de madera policromada y los cacharros de orfebrería renacentista y barroca. Hubo cosas que le gustaron menos. Por ejemplo los objetos de época romana que se veían muy viejos. A mí me horrorizaron los sepulcros góticos. La gente mete en un museo hasta lo que mete miedo. Por lo menos deberían meter esos ataúdes en una sala en la que estuviera prohibida la entrada para los niños. Mis hijas casi se me traumatizan al ver aquellas cajas. También tienen en este museo muchas cosas relacionadas con el Camino de Santiago, cosas que a nosotros no nos interesaron mucho.
El museo es bastante grande. A mí la escalera de caracol me lo hizo todavía más inmenso. No era para mí aquella escalera imposible.
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Hace unas semanas estuve con mi hermana en el Museo de Santa Clara de Murcia, un museo que está ubicado en un convento. Las monjas necesitaban dinero y se les ocurrió montar este museo en el año 2005, gracias a un convenio entre la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, la Fundación Cajamurcia, el Ayuntamiento de Murcia y la comunidad religiosa de Las Claras.
Además de servirle para ganar un dinerito todos los días, tanto acuerdo como hicieron para organizar el museo les sirvió para restaurar y reconstruir parte del antiguo palacio que mandó construir el emir musulmán Ibn Hud en su día. También se reconstruyeron parte de las estancias que había tenido el Monasterio de Santa Clara, que data desde los lejanos años en los que las tropas castellanas reconquistara la zona.
En el Museo Santa Clara hay varias salas con objetos del pasado andalusí de la ciudad de Murcia, y también hay salas que recogen el patrimonio artístico que poseen las Hermanas Clarisas en Murcia.
Su ubicación es muy buena. Mi hermana y yo estábamos paseando pro el centro de Murcia y nos encontramos con el museo. Yo no quería entrar, pero mi hermana entra en todos los museos y, como no quería esperarla fuera también entré. No me gustó mucho. Es un museo que huele a monjas. me sentí como una pecadora.
Por eso no os lo recomiendo ni os lo dejo de recomendar. Es un museo más. Las monjas son muy listas a la hora de hacer dinero. En el museo tiene esculturas, pinturas, documentos, piezas suntuarias, etc. Lo más bonito es el retablo de Santa Clara, obra del siglo XVI de Jerónimo Ballesteros. Menos em gustaron los retablos de San Juan Evangelista y la Predella de la Última Cena. Mi hermana quedó encantada con las esculturas de Diego de Mora, Francisco Salzillo, Roque López y de todos esos escultores que sólo conocía ella. La gente no se paraba delante de esas esculturas. Lo que más les llamaba la atención a los pocos visitantes que había en el museo era la imagen del Cristo de las Isabelas, obra del famoso Salzillo.
Además de servirle para ganar un dinerito todos los días, tanto acuerdo como hicieron para organizar el museo les sirvió para restaurar y reconstruir parte del antiguo palacio que mandó construir el emir musulmán Ibn Hud en su día. También se reconstruyeron parte de las estancias que había tenido el Monasterio de Santa Clara, que data desde los lejanos años en los que las tropas castellanas reconquistara la zona.
En el Museo Santa Clara hay varias salas con objetos del pasado andalusí de la ciudad de Murcia, y también hay salas que recogen el patrimonio artístico que poseen las Hermanas Clarisas en Murcia.
Su ubicación es muy buena. Mi hermana y yo estábamos paseando pro el centro de Murcia y nos encontramos con el museo. Yo no quería entrar, pero mi hermana entra en todos los museos y, como no quería esperarla fuera también entré. No me gustó mucho. Es un museo que huele a monjas. me sentí como una pecadora.
Por eso no os lo recomiendo ni os lo dejo de recomendar. Es un museo más. Las monjas son muy listas a la hora de hacer dinero. En el museo tiene esculturas, pinturas, documentos, piezas suntuarias, etc. Lo más bonito es el retablo de Santa Clara, obra del siglo XVI de Jerónimo Ballesteros. Menos em gustaron los retablos de San Juan Evangelista y la Predella de la Última Cena. Mi hermana quedó encantada con las esculturas de Diego de Mora, Francisco Salzillo, Roque López y de todos esos escultores que sólo conocía ella. La gente no se paraba delante de esas esculturas. Lo que más les llamaba la atención a los pocos visitantes que había en el museo era la imagen del Cristo de las Isabelas, obra del famoso Salzillo.
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