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El China Rose es un restaurante de Buenos Aires. Está en su Barrio Chino. Nosotros fuimos por recomendación de un amigo. Nos había dicho que era un restaurante muy elegante. Así es. Da gusto sentarse en una de sus mesas. El restaurante está decorado con muy buen gusto, sin estridencias y primando la comodidad sobre lo superfluo.
El menú de este restaurante es bastante mejor que el menú que tienen los restaurantes de la zona. Es un menú, como decía mi chico, que está acorde con la elegancia del local. Me gustaron tanto sus platos como la variedad de comidas que había. Podías elegir entre muchos platos distintos.
La atención de los camareros es muy profesional. Son amables y te atienden rápido, cosa que yo valoro mucho. No me gusta estar esperando horas ni por la comida ni por la factura.
Mi chico y yo fuimos un sábado. Estaba bastante concurrido, pero no tardamos mucho tiempo en conseguir una mesa libre. La persona que organizaba el tema de las mesas en el restaurante fue muy atenta con nosotros. Nos dijo que en diez minutos teníamos mesa y así fue.
Nos gustó mucho la cazuela de mariscos que nos sirvieron después de unos entrantes de fiambres. Estaba el marisco que te chupabas los dedos. Me recordó en su sabor a los mariscos gallegos. También estaban deliciosos los tallarines de mar.
Nuestra mesa estaba en un patio interior muy mono en el que hay pocas mesas. Te sentías como en casa. Cuando te vas te dan una galleta de la suerte. Mi marido no quería comerla. Es muy maniático en esas cosas. Al final acabé comiendo yo las dos galletas.
Os recomiendo el restaurante China Rose de Buenos Aires. Está limpio, te atienden rápido los camareros, las raciones son abundantes, la comida es sabrosa y el ambiente es tranquilo. Pienso volver cuando regresemos a la capital de Argentina.
El menú de este restaurante es bastante mejor que el menú que tienen los restaurantes de la zona. Es un menú, como decía mi chico, que está acorde con la elegancia del local. Me gustaron tanto sus platos como la variedad de comidas que había. Podías elegir entre muchos platos distintos.
La atención de los camareros es muy profesional. Son amables y te atienden rápido, cosa que yo valoro mucho. No me gusta estar esperando horas ni por la comida ni por la factura.
Mi chico y yo fuimos un sábado. Estaba bastante concurrido, pero no tardamos mucho tiempo en conseguir una mesa libre. La persona que organizaba el tema de las mesas en el restaurante fue muy atenta con nosotros. Nos dijo que en diez minutos teníamos mesa y así fue.
Nos gustó mucho la cazuela de mariscos que nos sirvieron después de unos entrantes de fiambres. Estaba el marisco que te chupabas los dedos. Me recordó en su sabor a los mariscos gallegos. También estaban deliciosos los tallarines de mar.
Nuestra mesa estaba en un patio interior muy mono en el que hay pocas mesas. Te sentías como en casa. Cuando te vas te dan una galleta de la suerte. Mi marido no quería comerla. Es muy maniático en esas cosas. Al final acabé comiendo yo las dos galletas.
Os recomiendo el restaurante China Rose de Buenos Aires. Está limpio, te atienden rápido los camareros, las raciones son abundantes, la comida es sabrosa y el ambiente es tranquilo. Pienso volver cuando regresemos a la capital de Argentina.
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2
El Hotel Tacuabe en Argentina es uno de esos hoteles a los que no me apetece volver. Me decepcionó. Es un hotel que necesita una reforma a fondo, empezando por un aire acondicionado que no funciona ni cuando lo intentan arreglar. A nuestra habitación vinieron dos veces a arreglarlo y, después de cada arreglo, quedaba peor. Casi nos achicharramos de calor.
Nuestra habitación era de las mejores, según los de recepción. No quiero ni pensar como serían las habitaciones peores. Cuando entramos y vi la alfombra sucia que había en el suelo casi me desmayo. Recuperada de mi espanto, enrolle la alfombra y la dejé en una esquina del cuarto.
La limpieza brillaba por su ausencia. habitación sucia y cuarto de baño todavía más sucio. Había una pileta que parecía que nunca en la vida la habían limpiado. Tuve que limpiar yo todo. En este hotel tienen unos empleados que parece que no saben lo que es la limpieza.
No fuimos a desayunar. Después de ver la suciedad en la habitación y en el cuarto de baño no quería ver el desayuno. Mi marido quería ir, pero le dije que mejor desayunábamos en una cafetería.
No os recomiendo este hotel. El Hotel Tacuabe es sucio, está mal organizado y promete cosas que no tiene, por ejemplo, un spa que nosotros no encontramos por ningún lado. Mejor no encontrarlo porque seguro que estaría sucio como estaba todo el hotel.
El trato del personal es muy altivo. Te miran como si tuvieras la obligación de alojarte en su hotel. Encima nunca saben nada. Te dicen que de esto se encarga el dueño y de lo otro también. Ah... y ese dueño que se encarga de todo no está nunca en el hotel. Debe ser un dueño fantasma.
El hotel está en un edificio viejo que parece una casa rentabilizada en alquiler de habitaciones a precios baratos para turistas y no turistas. Cuando estuvimos nosotros muchos de los huéspedes eran argentinos. Deberían reformarlo y contratar otro personal.
Nuestra habitación era de las mejores, según los de recepción. No quiero ni pensar como serían las habitaciones peores. Cuando entramos y vi la alfombra sucia que había en el suelo casi me desmayo. Recuperada de mi espanto, enrolle la alfombra y la dejé en una esquina del cuarto.
La limpieza brillaba por su ausencia. habitación sucia y cuarto de baño todavía más sucio. Había una pileta que parecía que nunca en la vida la habían limpiado. Tuve que limpiar yo todo. En este hotel tienen unos empleados que parece que no saben lo que es la limpieza.
No fuimos a desayunar. Después de ver la suciedad en la habitación y en el cuarto de baño no quería ver el desayuno. Mi marido quería ir, pero le dije que mejor desayunábamos en una cafetería.
No os recomiendo este hotel. El Hotel Tacuabe es sucio, está mal organizado y promete cosas que no tiene, por ejemplo, un spa que nosotros no encontramos por ningún lado. Mejor no encontrarlo porque seguro que estaría sucio como estaba todo el hotel.
El trato del personal es muy altivo. Te miran como si tuvieras la obligación de alojarte en su hotel. Encima nunca saben nada. Te dicen que de esto se encarga el dueño y de lo otro también. Ah... y ese dueño que se encarga de todo no está nunca en el hotel. Debe ser un dueño fantasma.
El hotel está en un edificio viejo que parece una casa rentabilizada en alquiler de habitaciones a precios baratos para turistas y no turistas. Cuando estuvimos nosotros muchos de los huéspedes eran argentinos. Deberían reformarlo y contratar otro personal.
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