Suiza es un país carísimo y Ginebra es de las ciudades más caras por las que he pasado. Por eso es conveniente elegir alojamientos que estén bien de precio. Nosotros nos alojamos en el Bernina Swiss Quality Hotel, Ginebra, un hotel que no resulta muy cómodo, pero que es aceptable.
Estuve a punto de dar la vuelta cuando vi la rampa pronunciada que había para bajar a recepción. Bien podrían haber puesto la recepción en una planta baja y no en un sótano. Mis ganas de quedar en el hotel vinieron cuando nos dieron unas tarjetas para viajar gratis en transporte público por la ciudad. Los hoteles españoles no tienen ese detalle con sus clientes. También nos dieron una tarjeta para la conexión wi fi gratuita.
Nuestra habitación era muy corrientita. Te hacía recordar que estabas en un tres estrellas suizo. Los hoteles de tres estrellas españoles son mejores. la habitación estaba dividida en dos partes: lo que era la zona de dormir con una cama bastante vieja y una espacie de salita de estar, que era donde estaba el escritorio y el televisor. Podías ver varios canales internacionales. Lo que le gustó mucho a mi chico fue que hubiera una caja fuerte dentro del armario. Él siempre tiene cosas para guardar bajo siete llaves.
Lo que menos me gustó fue la falta de insonorización. Escuchabas a los vecinos de la habitación de alado. Yo le dije que las niñas que no hicieran ruido porque sólo faltaba que nos vinieran a protestar. Los suizos son muy estirados.
Os recomiendo el Bernina Swiss Quality Hotel, Ginebra. Tiene una buena ubicación y no es muy malo para ser un tres estrellas. Podía ser mejor, por supuesto. Por ejemplo, el desayuno, que teníamos incluido en el precio, fue pobretón de todo: un simple chocolate con dos bollitos y un trozo de pan. nada de yogures, fruta, fiambre y demás surtidos de primera hora a los que nosotros estamos acostumbrados en esta España nuestra.
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