Mi hermana me convenció para ir hasta Moguer en Huelva a unas visitas guiadas que hacen en su monasterio. Yo fui por lo bien que se come en Moguer y para pasar con mi hermana un día de chicas como en los viejos tiempos. Venían unas amigas también de tiempos distintos a los de ahora. Fue un reencuentro en una ciudad preciosa, en una ciudad que os recomiendo.
Lo pasé bien en la visita guiada que hicimos por el Monasterio de Santa Clara. El guía era un chico muy majo. Nos explicó todo el arte gótico que había por las viejas paredes del monasterio. Donde más se paró con sus explicaciones fue en el templo. Las monjas tenían una capillita muy chula. Como decía mi hermana, Dios estaba allí fijo. Aquello era pura belleza arquitectónica.
No había menos belleza en la casa museo de Zenobia y de Juan Ramón. Yo soy una enamorada de la mujer del famoso poeta. Gracias a Zenobia Juan Ramón vivió muy bien. Zenobia era una mujer excepcional, era la que organizaba la vida del poeta y la que buscaba dinerito para la familia. El recorrido por la casa fue una experiencia que espero repetir con mis hijas. A las niñas siempre les leo poemas de este poeta y de otros poetas. La poesía es fundamental en el desarrollo emocional de una persona.
Después de la casa de Juan Ramón y de Zenobia nos acercamos hasta el castillo. Yo no hubiera ido, pero mi hermana donde sabe que hay un castillo no se lo pierde. El castillo data del siglo XIV. Es almohade.
Después del castillo mi hermana y sus amigas continuaron la visita a los templos. Yo no podía ni ir a ver una iglesia. Tenía bastante con la capilla del Monasterio de Santa Clara. Lo que me apetecía era comer. Por eso me di un buen homenaje con una raya en pimentón. Estaba que te chupabas los dedos.
Os recomiendo visitar Moguer. No debes perderte la casa de Zenobia y de Juan Ramón. Está llena de objetos que fueron propiedad de esta famosa pareja y de fotografías suyas. Tampoco debes perderte la gastronomía de Moguer, un pueblo blanco andaluz que enamora a todo el mundo con sus pintorescas construcciones de color blanco.
Lo pasé bien en la visita guiada que hicimos por el Monasterio de Santa Clara. El guía era un chico muy majo. Nos explicó todo el arte gótico que había por las viejas paredes del monasterio. Donde más se paró con sus explicaciones fue en el templo. Las monjas tenían una capillita muy chula. Como decía mi hermana, Dios estaba allí fijo. Aquello era pura belleza arquitectónica.
No había menos belleza en la casa museo de Zenobia y de Juan Ramón. Yo soy una enamorada de la mujer del famoso poeta. Gracias a Zenobia Juan Ramón vivió muy bien. Zenobia era una mujer excepcional, era la que organizaba la vida del poeta y la que buscaba dinerito para la familia. El recorrido por la casa fue una experiencia que espero repetir con mis hijas. A las niñas siempre les leo poemas de este poeta y de otros poetas. La poesía es fundamental en el desarrollo emocional de una persona.
Después de la casa de Juan Ramón y de Zenobia nos acercamos hasta el castillo. Yo no hubiera ido, pero mi hermana donde sabe que hay un castillo no se lo pierde. El castillo data del siglo XIV. Es almohade.
Después del castillo mi hermana y sus amigas continuaron la visita a los templos. Yo no podía ni ir a ver una iglesia. Tenía bastante con la capilla del Monasterio de Santa Clara. Lo que me apetecía era comer. Por eso me di un buen homenaje con una raya en pimentón. Estaba que te chupabas los dedos.
Os recomiendo visitar Moguer. No debes perderte la casa de Zenobia y de Juan Ramón. Está llena de objetos que fueron propiedad de esta famosa pareja y de fotografías suyas. Tampoco debes perderte la gastronomía de Moguer, un pueblo blanco andaluz que enamora a todo el mundo con sus pintorescas construcciones de color blanco.
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