No es grande Ponteceso, al menos en población. Anda por los seis mil habitantes largos. No llega a los siete mil porque la gente se va de las aldeas para las ciudades. Es lo que ha hecho una amiga mía natural de Ponteceso. No le hables de vivir en una aldea. Esta en La Coruña más feliz que una perdiz. A Ponteceso sólo va a las fiestas. El verano pasado nos invitó a nosotros y pasamos un día estupendo en la que fue casa de sus abuelos y ahora es suya.
Aprovechamos para ir a nadar a la Playa de Balarés, una de las más frecuentadas en Ponteceso. Es una playa muy rural. Al fondo del arenal tienes una arboleda que mete miedo. A mí me gustan más las playas urbanas. Esta playa conserva el muelle de una antigua mina de Titanio. Tiempos mejores vio Ponteceso. La mina abasteció a las tropas de la Segunda Guerra Mundial, según nos contó mi amiga. Pasamos de entrar en la cafetería. Estaba hasta los topes. Por suerte no tuvimos problemas para dejar los coches. En el parking había sitio para todos los turistas y no turistas. Mi marido quería ir a pasear por el bosque. Le dije que ni hablar. Como mucho accedí a dar unos paseos sobre las rocas, y eso porque no venían las niñas. No es muy seguro pasear sobre las torres. Se te puede ir un pie y acabas en el agua.
Os recomiendo visitar este municipio que se encuentra entre Cabana de Bergantiños, Coristanco y Carballo. Es un municipio tranquilo, rural, que mira más hacia Carballo, la capital de la comarca de Bergantiños, que hacia sí mismo. Nosotros fuimos a mediados del mes de agosto, cuando celebran un pequeño festival de música en la playa. Estaba bien.
Tras la fiesta nos acercamos al Faro de Roucudo. Mi marido es un apasionado de los faros. Les saca fotos a todos. El Faro de Roucudo está en Corme. No me gustó mucho su entorno. Mientras mi marido y nuestros amigos disfrutaban mirando las estrellas yo me aterrorizaba mirando unas cruces que pusieron allí en recuerdo a los percebeiros muertos. Las estrellas se ven muy bien en este faro porque no hay ninguna contaminación lumínica. Lucen tan bien como luce mi culo en un vaquero.
Aprovechamos para ir a nadar a la Playa de Balarés, una de las más frecuentadas en Ponteceso. Es una playa muy rural. Al fondo del arenal tienes una arboleda que mete miedo. A mí me gustan más las playas urbanas. Esta playa conserva el muelle de una antigua mina de Titanio. Tiempos mejores vio Ponteceso. La mina abasteció a las tropas de la Segunda Guerra Mundial, según nos contó mi amiga. Pasamos de entrar en la cafetería. Estaba hasta los topes. Por suerte no tuvimos problemas para dejar los coches. En el parking había sitio para todos los turistas y no turistas. Mi marido quería ir a pasear por el bosque. Le dije que ni hablar. Como mucho accedí a dar unos paseos sobre las rocas, y eso porque no venían las niñas. No es muy seguro pasear sobre las torres. Se te puede ir un pie y acabas en el agua.
Os recomiendo visitar este municipio que se encuentra entre Cabana de Bergantiños, Coristanco y Carballo. Es un municipio tranquilo, rural, que mira más hacia Carballo, la capital de la comarca de Bergantiños, que hacia sí mismo. Nosotros fuimos a mediados del mes de agosto, cuando celebran un pequeño festival de música en la playa. Estaba bien.
Tras la fiesta nos acercamos al Faro de Roucudo. Mi marido es un apasionado de los faros. Les saca fotos a todos. El Faro de Roucudo está en Corme. No me gustó mucho su entorno. Mientras mi marido y nuestros amigos disfrutaban mirando las estrellas yo me aterrorizaba mirando unas cruces que pusieron allí en recuerdo a los percebeiros muertos. Las estrellas se ven muy bien en este faro porque no hay ninguna contaminación lumínica. Lucen tan bien como luce mi culo en un vaquero.
No comments:
Post a Comment