El Restaurante Ferrador de Noia en A Coruña tiene unos berberechos rellenos deliciosos. Los rellenan con una crema de setas con vino blanco a la que añaden los mejillones.
Están tan ricos estos mejillones que mi suegra quiere ir siempre a comer a este restaurante cuando estamos cerca. Incluso se ha hecho amiga del chef cuando fue a preguntarle la receta de los mejillones.
Igual de ricas son las filloas que rellenan con una bechamel. Te quitan el hambre para todo el día. Mi suegra aún tuvo sitio para una tarta de pera que es un dulce clásico de este local de Noia.
Si vas a comer durante la semana su menú del día seguro que conoces la tarta de pera porque la incluyen mucho en el menú del día. Va mucha gente entre semana a comer porque los menús del día parecen comida a la carta. Ponen siempre lo mejor de lo mejor, cosa que no se puede decir de otros restaurantes de la competencia.
En carta de vinos abundan los blancos. Los tienen buenos. Por ejemplo, el albariño o el ribeiro. Mi marido no pudo dejar de pedir un rosado. El vino blanco como que no le va mucho. Tampoco le fue el rosado. Acabó la cena con un mencía en el vaso, pese a que no es un hombre muy de vinos tintos.
Os recomiendo el restaurante Ferrador de Noia. Su chef es Óscar Fernández, un cocinero que le echa mucha imaginación a sus recetas. Siempre te sorprende. Cada vez que vamos encontramos en la carta del restaurante algún plato nuevo, lo cual es un aliciente para repetir experiencia gastronómica.
La decoración del restaurante es muy rústica: paredes piedra vista, madera en los techos, mesas recias y sillas que cuesta mover por su peso. Las paredes están decoradas con dibujos de los principales monumentos de Galicia.
Igual de ricas son las filloas que rellenan con una bechamel. Te quitan el hambre para todo el día. Mi suegra aún tuvo sitio para una tarta de pera que es un dulce clásico de este local de Noia.
Si vas a comer durante la semana su menú del día seguro que conoces la tarta de pera porque la incluyen mucho en el menú del día. Va mucha gente entre semana a comer porque los menús del día parecen comida a la carta. Ponen siempre lo mejor de lo mejor, cosa que no se puede decir de otros restaurantes de la competencia.
En carta de vinos abundan los blancos. Los tienen buenos. Por ejemplo, el albariño o el ribeiro. Mi marido no pudo dejar de pedir un rosado. El vino blanco como que no le va mucho. Tampoco le fue el rosado. Acabó la cena con un mencía en el vaso, pese a que no es un hombre muy de vinos tintos.
Os recomiendo el restaurante Ferrador de Noia. Su chef es Óscar Fernández, un cocinero que le echa mucha imaginación a sus recetas. Siempre te sorprende. Cada vez que vamos encontramos en la carta del restaurante algún plato nuevo, lo cual es un aliciente para repetir experiencia gastronómica.
La decoración del restaurante es muy rústica: paredes piedra vista, madera en los techos, mesas recias y sillas que cuesta mover por su peso. Las paredes están decoradas con dibujos de los principales monumentos de Galicia.
Nosotros siempre volvemos por sus filloas. Las hacen con un toque original que hay que probar. En postres hay que darles un diez. En el resto de comida le bajo la nota. Es comida buena, pero la haría cualquiera. El chef no se deja llevar mucho por la locura del artista, sino que apuesta más por la técnica de un buen cocinero.
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Aquí tienes la chaqueta
de puro forro polar
que no deja que te pille
el frío de Navidad.
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