El Hotel Rural Bereau, Lesaka, Navarra, es un dos estrellas que está mejor que hoteles con más estrellas. Está cerca del municipio navarro de Lesaka.
Este pequeño hotel sólo cuenta con once habitaciones. Es, pues, un hotel familiar en el que te sientes como en familia por los pocos huéspedes que pueden alojar. También lo que es el edificio, un caserón de dos platas, parece la casa de una tía del pueblo.
Nosotros nos alojamos en este hotel un par de días coincidiendo con la boda de unos amigos nuestros en Lesaka. Nos dieron una habitación con la misma decoración sencilla que impera en todo el hotel. El único lujo que había era la bañera de hidromasaje del cuarto de baño.
Los muebles de la habitación eran una cama de matrimonio, dos mesillas de noche con sendas lamparitas, una mesa escritorio, una silla, el armario y para de contar. El televisor era demasiado pequeño para mi gusto. Frío no pasamos. Tenían una calefacción central que funcionaba a las mil maravillas.
El personal me pareció bastante profesional. Lo tenían todo muy limpio, pero no eran tan amables como cabría esperar en un establecimiento hotelero rural. Ni siquiera los del bar, que hacía las veces de recepción del hotel.
No nos salió muy barata la estancia. Pagamos 57 euros por noche. Parecía, por el precio, que estábamos en un cuatro estrellas. Deberían bajar un poco el precio. Supongo que no lo hacen porque clientela no le falta. Cuando estuvimos nosotros la nuestra era la única habitación que les quedaba libre. Hay muchas personas que van a hacer excursiones por la zona.
Este pequeño hotel sólo cuenta con once habitaciones. Es, pues, un hotel familiar en el que te sientes como en familia por los pocos huéspedes que pueden alojar. También lo que es el edificio, un caserón de dos platas, parece la casa de una tía del pueblo.
Nosotros nos alojamos en este hotel un par de días coincidiendo con la boda de unos amigos nuestros en Lesaka. Nos dieron una habitación con la misma decoración sencilla que impera en todo el hotel. El único lujo que había era la bañera de hidromasaje del cuarto de baño.
Los muebles de la habitación eran una cama de matrimonio, dos mesillas de noche con sendas lamparitas, una mesa escritorio, una silla, el armario y para de contar. El televisor era demasiado pequeño para mi gusto. Frío no pasamos. Tenían una calefacción central que funcionaba a las mil maravillas.
El personal me pareció bastante profesional. Lo tenían todo muy limpio, pero no eran tan amables como cabría esperar en un establecimiento hotelero rural. Ni siquiera los del bar, que hacía las veces de recepción del hotel.
No nos salió muy barata la estancia. Pagamos 57 euros por noche. Parecía, por el precio, que estábamos en un cuatro estrellas. Deberían bajar un poco el precio. Supongo que no lo hacen porque clientela no le falta. Cuando estuvimos nosotros la nuestra era la única habitación que les quedaba libre. Hay muchas personas que van a hacer excursiones por la zona.
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