El Hotel Novavila en Meis, Pontevedra es un hotel familiar muy recomendable para los amantes del buen vino. Tienen una bodega propia de albariño.
Este hotel está a unos 14 kilómetros de Pontevedra. Su ubicación me parece muy buena, muy tranquila.
Nosotros fuimos a par un fin de semana porque unos amigos nuestros nos habían hablado maravillas del hotel. Todo lo que nos dijeron fue poco. Allí te encuentras como en un paraíso gallego.
Me llamó la atención que pudieras comprar de todo en el hotel, desde botellas de vino hasta el mobiliario. Yo les compré las sábanas de nuestra cama. Me encantaron. Eran unas sábanas de algodón egipcio. Me quedé con ganas de comprar también la colcha, una colcha de cachemir preciosa.
La decoración del hotel es un tanto ecléctica tanto dentro como fuera, en el jardín. Pese a ser una mezcla surtida no desentona. E clima creado es muy acogedor.
Más acogedor es el trato recibido. Los empleados del hotel te hacen sentir como una reina. Son muy detallistas. Mi marido se apuntó a unas clases en tai-chi que lo dejaron relajado. Yo me animé con los masajes terapéuticos, pese a no ser muy de masajes.
No nos cobraron el minibar, ni la conexión wi fi, ni el parking. Falta nos hizo llevar el coche porque fuimos hasta Sanxenxo. Queda a unos veinte minutos en coche.
Nuestra habitación no era muy grande, pero estaba muy ordenada. Tanto los muebles de la habitación como los sanitarios del cuarto de baño se veían recién estrenados.
Os recomiendo el Hotel Novavila en Pontevedra. Es un hotel distinto que trata muy bien a sus clientes.
Este hotel está a unos 14 kilómetros de Pontevedra. Su ubicación me parece muy buena, muy tranquila.
Nosotros fuimos a par un fin de semana porque unos amigos nuestros nos habían hablado maravillas del hotel. Todo lo que nos dijeron fue poco. Allí te encuentras como en un paraíso gallego.
Me llamó la atención que pudieras comprar de todo en el hotel, desde botellas de vino hasta el mobiliario. Yo les compré las sábanas de nuestra cama. Me encantaron. Eran unas sábanas de algodón egipcio. Me quedé con ganas de comprar también la colcha, una colcha de cachemir preciosa.
La decoración del hotel es un tanto ecléctica tanto dentro como fuera, en el jardín. Pese a ser una mezcla surtida no desentona. E clima creado es muy acogedor.
Más acogedor es el trato recibido. Los empleados del hotel te hacen sentir como una reina. Son muy detallistas. Mi marido se apuntó a unas clases en tai-chi que lo dejaron relajado. Yo me animé con los masajes terapéuticos, pese a no ser muy de masajes.
No nos cobraron el minibar, ni la conexión wi fi, ni el parking. Falta nos hizo llevar el coche porque fuimos hasta Sanxenxo. Queda a unos veinte minutos en coche.
Nuestra habitación no era muy grande, pero estaba muy ordenada. Tanto los muebles de la habitación como los sanitarios del cuarto de baño se veían recién estrenados.
Os recomiendo el Hotel Novavila en Pontevedra. Es un hotel distinto que trata muy bien a sus clientes.
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