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En todo caso, está muy bien, quitando ese detalle de las vidas del techo de las habitaciones. Las estancias comunes son muy modernas con su decoración en blanco y sus muebles más cercanos a los de un hotel recién construido que a los de una antigüedad como esta.
Nuestra habitación tenía alguna de sus paredes de piedra descubierta. No podías olvidar que estabas alojada en un hotel viejo y modernizado. Más me gustó el cuarto de baño con su pequeña bañera sin mampara, su lavabo como el de casa y mucho color blanco pro todos los lados.
No nos cobraron la conexión wi fi. Lo que sí te cobran es la lavandería y bien cobrada. para conectarte a internet no tienes problema en tu habitación aunque no lleves portátil porque te dejan una tableta que es casi un mini ordenador. El televisor que nos dejaron era de pantalla plana, pero pequeño. En este hotel que está a unos 450 metros de la famosa Plaza del Obradoiro lo tiene todo pequeño. El minibar, por ejemplo, era gratuito y pequeño. Tenía cuatro latas y dos botellas de agua. No me extraña que no cobraran suplemento por el minibar dichoso.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar el Smart Boutique Hotel Literario San Bieito. Para mí sería perfecto si no se le vieran las vigas de madera en el techo. Aquello no ponía ningún romanticismo en mis noches, más bien miedo. Tenías la impresión de que se te vendría el techo encima.
El Intur Palacio San Martín es un hotel cuatro estrellas en el centro de Madrid que tiene unas habitaciones mejores que otras, pero que, en general, está bastante bien. Yo me esperaba encontrar unos interiores mucho peores al ver que el edificio no es nada nuevo.
A nosotros nos tenían reservada una habitación grande con suelo de moqueta. Nos la cambiaron por otra más pequeña con suelos de tarima porque a mí aquella moqueta roja gastada me ponía de los nervios. Preferí tener menos espacio y tener una habitación más actual y también más luminosa.
La cama era cómoda, aunque no era tan grande como la de la primera habitación. Tenía un cabecero de piel o algo que se le parecía al cuero demasiado grande para mi gusto. a ambos lados de la cama había dos mesillas de noche que no eran más que dos cubos de madera que parecían salidos del Ikea. Eran blancas y hacían juego con la colcha de la cama, con el color blanco de las paredes y con el estor blanco que hacía las veces de persiana y de cortina.
Lo que no me gustó nada fue el buffet del desayuno. Pusieron la comida muy tasada. La fruta parecía contada, la bollería industrial igual, los zumos de cartón no daban para mucho beber. Salías con hambre.
Lo que más me gustó del hotel fue el patio interior. Era muy tranquilo y tenía unas mesas y unas sillas muy cómodas. Bueno, el hotel entero es tranquilo. No es nada ruidoso pese a estar ubicado en el centro de Madrid, a un paso de todo lo que merece la pena visitar en la capital de esta España nuestra.
Os lo recomiendo. El Intur Palacio San Martin está en la Plaza San Martín. Quitando alguna habitación más moderna, en todas las estancias del hotel predomina la decoración clásica, pero cuidada. Tienen algún armario antiguo en alguna habitación que parece sacado de un anticuario. También es antiguo el ascensor. Mis hijas se morían de miedo porque no están acostumbradas a esos ascensores de antes que suben por el medio de las escaleras y lo ves todo.
A nosotros nos tenían reservada una habitación grande con suelo de moqueta. Nos la cambiaron por otra más pequeña con suelos de tarima porque a mí aquella moqueta roja gastada me ponía de los nervios. Preferí tener menos espacio y tener una habitación más actual y también más luminosa.
La cama era cómoda, aunque no era tan grande como la de la primera habitación. Tenía un cabecero de piel o algo que se le parecía al cuero demasiado grande para mi gusto. a ambos lados de la cama había dos mesillas de noche que no eran más que dos cubos de madera que parecían salidos del Ikea. Eran blancas y hacían juego con la colcha de la cama, con el color blanco de las paredes y con el estor blanco que hacía las veces de persiana y de cortina.
Lo que no me gustó nada fue el buffet del desayuno. Pusieron la comida muy tasada. La fruta parecía contada, la bollería industrial igual, los zumos de cartón no daban para mucho beber. Salías con hambre.
Lo que más me gustó del hotel fue el patio interior. Era muy tranquilo y tenía unas mesas y unas sillas muy cómodas. Bueno, el hotel entero es tranquilo. No es nada ruidoso pese a estar ubicado en el centro de Madrid, a un paso de todo lo que merece la pena visitar en la capital de esta España nuestra.
Os lo recomiendo. El Intur Palacio San Martin está en la Plaza San Martín. Quitando alguna habitación más moderna, en todas las estancias del hotel predomina la decoración clásica, pero cuidada. Tienen algún armario antiguo en alguna habitación que parece sacado de un anticuario. También es antiguo el ascensor. Mis hijas se morían de miedo porque no están acostumbradas a esos ascensores de antes que suben por el medio de las escaleras y lo ves todo.
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2
En todo caso, está muy bien, quitando ese detalle de las vidas del techo de las habitaciones. Las estancias comunes son muy modernas con su decoración en blanco y sus muebles más cercanos a los de un hotel recién construido que a los de una antigüedad como esta.
Nuestra habitación tenía alguna de sus paredes de piedra descubierta. No podías olvidar que estabas alojada en un hotel viejo y modernizado. Más me gustó el cuarto de baño con su pequeña bañera sin mampara, su lavabo como el de casa y mucho color blanco pro todos los lados.
No nos cobraron la conexión wi fi. Lo que sí te cobran es la lavandería y bien cobrada. para conectarte a internet no tienes problema en tu habitación aunque no lleves portátil porque te dejan una tableta que es casi un mini ordenador. El televisor que nos dejaron era de pantalla plana, pero pequeño. En este hotel que está a unos 450 metros de la famosa Plaza del Obradoiro lo tiene todo pequeño. El minibar, por ejemplo, era gratuito y pequeño. Tenía cuatro latas y dos botellas de agua. No me extraña que no cobraran suplemento por el minibar dichoso.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar el Smart Boutique Hotel Literario San Bieito. Para mí sería perfecto si no se le vieran las vigas de madera en el techo. Aquello no ponía ningún romanticismo en mis noches, más bien miedo. Tenías la impresión de que se te vendría el techo encima.
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3
Los Apartamentos Orión son un alojamiento discreto que está al lado de la calle Serrano en Madrid. Te quedan a una caminata de todo lo que tiene interés en la capital de España, lo cual es genial si estás en plan turista por los madriles.
Los apartamentos son como pisos de estudiante. No tienen lujos, pero sí las comodidades suficientes como para que te sientas cómoda. Yo estuve en uno de ellos con mi madre. Mamá es de hacerse ella misma la comida y en la cocina del apartamento pudo preparar sus exquisiteces culinarias. La cocina no es grande, pero tiene todo lo que necesitas en menaje para hacer lo que gustes.
El cuarto de baño era muy pequeño para mi gusto. Tenía los sanitarios nuevos, pero estaban como apelotonados en el poco espacio que tenía. la bañera estaba casi pegada al lavabo.
La habitación tenía una cama que parecía recién comprada en un Ikea. Mi madre decía que le recordaba la cama que tenía yo de soltera en su casa. el televisor que nos dejaron era de plasma, pero muy pequeño para mi gusto.
En todo caso, os recomiendo estos Apartamentos Orión por su buena ubicación. Están bien para una estancia en Madrid con la familia. Te ahorras una pasta en transporte público y también en comida porque te la puedes preparar tú misma en la pequeña cocina.
Están peores los pasillos del edificio que los apartamentos. En los pasillos se necesita una buena mano de pintura, sobre todo donde están los ascensores viejos.
Los apartamentos son como pisos de estudiante. No tienen lujos, pero sí las comodidades suficientes como para que te sientas cómoda. Yo estuve en uno de ellos con mi madre. Mamá es de hacerse ella misma la comida y en la cocina del apartamento pudo preparar sus exquisiteces culinarias. La cocina no es grande, pero tiene todo lo que necesitas en menaje para hacer lo que gustes.
El cuarto de baño era muy pequeño para mi gusto. Tenía los sanitarios nuevos, pero estaban como apelotonados en el poco espacio que tenía. la bañera estaba casi pegada al lavabo.
La habitación tenía una cama que parecía recién comprada en un Ikea. Mi madre decía que le recordaba la cama que tenía yo de soltera en su casa. el televisor que nos dejaron era de plasma, pero muy pequeño para mi gusto.
En todo caso, os recomiendo estos Apartamentos Orión por su buena ubicación. Están bien para una estancia en Madrid con la familia. Te ahorras una pasta en transporte público y también en comida porque te la puedes preparar tú misma en la pequeña cocina.
Están peores los pasillos del edificio que los apartamentos. En los pasillos se necesita una buena mano de pintura, sobre todo donde están los ascensores viejos.
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4
El Hotel Anacapri está en el centro de Granada, en concreto en la calle Joaquín Costa. Está ubicado en una casa que data del siglo XVIII, perfectamente restaurada.
Yo me sentí como si me hubiera alojado en la casa de una marquesa venida a más. La decoración es muy clásica: camas grandes, habitaciones luminosas, tonos cremas y amarillos en paredes y ropa de cama...
Me gustó nuestra habitación por lo espaciosa que era, pero la hubiera preferido más moderna. Tenía en la pared una especie de radiador alto que quedaba como un pegote. El cuadro que había sobre el cabecero de la cama estaba como doblemente enmarcado. Tampoco me gustó. Lo que sí me gustaron fueron los suelos de tarima, lo limpio que estaba todo y el ordenador que nos dejaron para la conexión wi fi.
El cuarto de baño no era grande. Tampoco era moderno aunque sus sanitarios se veían nuevos. Había una bañera igualita a la que tiene una tía mía en su casa. Las toallas estaban limpias y las cambiaban a diario.
Pero lo mejor de este Hotel Anacapri son las estancias comunes. Por ejemplo, el patio interior que tiene con sus sillones de mimbre es muy acogedor. Menos me gustó la sala de reuniones. No pegaba con la antigüedad de la casa. Era como una oficina metida en un hotel antiguo.
Os lo recomiendo. El personal es muy amable y profesional. Lo tienen todo muy bien limpio. La sala de lectura, por ejemplo, estaba limpia como los chorros del oro. Mis hijas miraban atónitas los artesonados de madera del techo y mi marido decía que tenían arañas. Nada de eso. Tanto los artesonados de madera de la sala de lectura como de la cafetería estaban bien limpios.
Pasamos unos días fantásticos en este hotel. Pudimos ir andando hasta la Alhambra por la calle peatonal que pasa por allí.
Yo me sentí como si me hubiera alojado en la casa de una marquesa venida a más. La decoración es muy clásica: camas grandes, habitaciones luminosas, tonos cremas y amarillos en paredes y ropa de cama...
Me gustó nuestra habitación por lo espaciosa que era, pero la hubiera preferido más moderna. Tenía en la pared una especie de radiador alto que quedaba como un pegote. El cuadro que había sobre el cabecero de la cama estaba como doblemente enmarcado. Tampoco me gustó. Lo que sí me gustaron fueron los suelos de tarima, lo limpio que estaba todo y el ordenador que nos dejaron para la conexión wi fi.
El cuarto de baño no era grande. Tampoco era moderno aunque sus sanitarios se veían nuevos. Había una bañera igualita a la que tiene una tía mía en su casa. Las toallas estaban limpias y las cambiaban a diario.
Pero lo mejor de este Hotel Anacapri son las estancias comunes. Por ejemplo, el patio interior que tiene con sus sillones de mimbre es muy acogedor. Menos me gustó la sala de reuniones. No pegaba con la antigüedad de la casa. Era como una oficina metida en un hotel antiguo.
Os lo recomiendo. El personal es muy amable y profesional. Lo tienen todo muy bien limpio. La sala de lectura, por ejemplo, estaba limpia como los chorros del oro. Mis hijas miraban atónitas los artesonados de madera del techo y mi marido decía que tenían arañas. Nada de eso. Tanto los artesonados de madera de la sala de lectura como de la cafetería estaban bien limpios.
Pasamos unos días fantásticos en este hotel. Pudimos ir andando hasta la Alhambra por la calle peatonal que pasa por allí.
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