1
El Gran Melia Fenix es un cinco estrellas fabuloso. Está en la calle Hermosilla de Madrid, en el barrio de Salamanca. Te queda a un paso de todos los sitios de interés por lo que es perfecto para los turistas.
Está decorado con un estilo muy inglés. Entras y lo encuentras perfecto, muy señorial y muy caro también. No es para menos teniendo cinco merecidas estrellas.
A nosotros nos dieron una habitación amplia, con decoración clásica, elegante. La cama era de matrimonio de verdad y pudimos elegir almohada en una carta de almohadas muy amplia. También nos dejaron elegir albornoz y zapatillas. Yo no quise zapatillas porque llevaba las mías, pero mi santo esposo aceptó unas. El armario era grande. Pudimos deshacer todas las maletas y nos sobraba sitio. Tampoco tengo queja del minibar. Estaba bien surtido. El televisor era de plasma y grande.
Nos quedamos a comer y a cenar en el restaurante del hotel.El Gran Meliá Fénix tiene el restaurante Caray y el Dry Martini by Javier de las Muelas. Como era verano, pudimos cenar en la terraza de la plaza de Colón.
No aceptamos todos los servicios que presta El Gran Meliá Fénix a sus clientes. Por ejemplo, no fuimos a su centro de fitness y tampoco quisimos el servicio de mayordomo y de secretariado. No nos hacía falta. A mí lo del mayordomo me parecía absurdo. Los mayordomos están bien para las películas, no para el día a día de una familia que puede arreglarse muy bien sin que te sirva la comida en tu habitación un señor con guantes blancos.
Os recomiendo este hotel. El Gran Meliá Fénix está junto al Hard Rock Café de Madrid, a menos de trescientos metros de la estación de metro Colón y a unos veinte minutos de caminata del centro, la famosa Gran Vía y de los Museos del Prado y Reina Sofía. Como os decía, me parece ideal para un turista con dinero o para una persona de por aquí que quiera darse un fin de semana de lujo. Lujos tiene por todas partes. Por ejemplo, en la bañera dorada del cuarto de baño te preparaban un baño con flores digno de la Reina Cleopatra sin que lse mandaras.
Está decorado con un estilo muy inglés. Entras y lo encuentras perfecto, muy señorial y muy caro también. No es para menos teniendo cinco merecidas estrellas.
A nosotros nos dieron una habitación amplia, con decoración clásica, elegante. La cama era de matrimonio de verdad y pudimos elegir almohada en una carta de almohadas muy amplia. También nos dejaron elegir albornoz y zapatillas. Yo no quise zapatillas porque llevaba las mías, pero mi santo esposo aceptó unas. El armario era grande. Pudimos deshacer todas las maletas y nos sobraba sitio. Tampoco tengo queja del minibar. Estaba bien surtido. El televisor era de plasma y grande.
Nos quedamos a comer y a cenar en el restaurante del hotel.El Gran Meliá Fénix tiene el restaurante Caray y el Dry Martini by Javier de las Muelas. Como era verano, pudimos cenar en la terraza de la plaza de Colón.
No aceptamos todos los servicios que presta El Gran Meliá Fénix a sus clientes. Por ejemplo, no fuimos a su centro de fitness y tampoco quisimos el servicio de mayordomo y de secretariado. No nos hacía falta. A mí lo del mayordomo me parecía absurdo. Los mayordomos están bien para las películas, no para el día a día de una familia que puede arreglarse muy bien sin que te sirva la comida en tu habitación un señor con guantes blancos.
Os recomiendo este hotel. El Gran Meliá Fénix está junto al Hard Rock Café de Madrid, a menos de trescientos metros de la estación de metro Colón y a unos veinte minutos de caminata del centro, la famosa Gran Vía y de los Museos del Prado y Reina Sofía. Como os decía, me parece ideal para un turista con dinero o para una persona de por aquí que quiera darse un fin de semana de lujo. Lujos tiene por todas partes. Por ejemplo, en la bañera dorada del cuarto de baño te preparaban un baño con flores digno de la Reina Cleopatra sin que lse mandaras.
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2
El Bellavista Sevilla está a diez minutos en coche del centro de Sevilla. Nosotros nos alojamos en este hotel pro sus precios arreglados. Era un fin de semana que íbamos con las niñas y no queríamos gastar mucho. No nos importó que no fuera un hotel céntrico porque llevábamos nuestro coche.
No es un hotel lujoso y tiene una decoración un tanto rara. A nosotros nos dieron una habitación con dos paredes pintadas en azul chillón y otras dos paredes en color crema. Las paredes azules hacían juego con la colcha de la cama también azul y con las cortinas que parecían sacadas de la misma tela de la colcha. Sobre el cabecero de madera de la gran cama de matrimonio había un cuadro con dos angelitos niños abrazándose que invitaba a rezar. Si llego a estar una semana más en aquella habitación dejo mi ateísmo por la vuelta a la religión católica.
La piscina del hotel no es gran cosa. La tienen en una especie de patio interior y la rodean con unas tumbonas que enseguida se llenan.
Menos me gustó el cuarto de baño de nuestra habitación. Era grande y los sanitarios no se veían muy usados, pero nos dejaron una cortina en la bañera que tuve que quitarla. Me daba asquito. Encima la bañera no era nada cómoda porque habían puesto justo en su pared la estantería de las toallas. A mi marido le cayeron casi todas las toallas en el agua y tuvimos que pedir toallas secas. Un desastre.
El personal es muy amable. Lo tienen todo muy limpio y son muy detallistas. Por ejemplo, te dejan flores frescas hasta en el cuarto de baño. Tuve que decirles que nosotros no queríamos flores. Las flores quitan la alegría. Es lo que dice mi madre. A mí siempre me dieron pena cuando las veo metidas en jarrones.
Os recomiendo el Bellavista Sevilla, un hotel discreto que está bastante bien cuando no quieres gastar mucho en una estancia en la capital andaluza. El desayuno es abundante y te lo dejan llevar. Mi marido se subía una cantidad tremenda de bollos de bollería industrial para ahorrarse alguna comida. Cuando se pone en plan tacaño, es peor que mi suegra.
No es un hotel lujoso y tiene una decoración un tanto rara. A nosotros nos dieron una habitación con dos paredes pintadas en azul chillón y otras dos paredes en color crema. Las paredes azules hacían juego con la colcha de la cama también azul y con las cortinas que parecían sacadas de la misma tela de la colcha. Sobre el cabecero de madera de la gran cama de matrimonio había un cuadro con dos angelitos niños abrazándose que invitaba a rezar. Si llego a estar una semana más en aquella habitación dejo mi ateísmo por la vuelta a la religión católica.
La piscina del hotel no es gran cosa. La tienen en una especie de patio interior y la rodean con unas tumbonas que enseguida se llenan.
Menos me gustó el cuarto de baño de nuestra habitación. Era grande y los sanitarios no se veían muy usados, pero nos dejaron una cortina en la bañera que tuve que quitarla. Me daba asquito. Encima la bañera no era nada cómoda porque habían puesto justo en su pared la estantería de las toallas. A mi marido le cayeron casi todas las toallas en el agua y tuvimos que pedir toallas secas. Un desastre.
El personal es muy amable. Lo tienen todo muy limpio y son muy detallistas. Por ejemplo, te dejan flores frescas hasta en el cuarto de baño. Tuve que decirles que nosotros no queríamos flores. Las flores quitan la alegría. Es lo que dice mi madre. A mí siempre me dieron pena cuando las veo metidas en jarrones.
Os recomiendo el Bellavista Sevilla, un hotel discreto que está bastante bien cuando no quieres gastar mucho en una estancia en la capital andaluza. El desayuno es abundante y te lo dejan llevar. Mi marido se subía una cantidad tremenda de bollos de bollería industrial para ahorrarse alguna comida. Cuando se pone en plan tacaño, es peor que mi suegra.
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3
El Best Western Hotel Villa de Barajas es un hotel que está muy cerca del aeropuerto de Madrid. Es ideal para las personas que necesitan llegar rápido al aeropuerto. El propio hotel tiene un servicio de enlace con el aeropuerto.
Yo me alojé en este hotel sola. Fue un día que venía a Madrid sin mi feliz familia y quería un hotel que estuviera lo más cerca posible del aeropuerto de Barajas para no verme metida en los atascos de la capital de este país nuestro.
El hotel es muy funcional. Tiene una decoración sencilla y práctica. Muebles desenfadados, suelos de tarima en las habitaciones, armarios justos, cuartos de baños coquetos.
Mi habitación era algo mejor que las otras que me enseñaron. Tenía una decoración más seria y una cama de matrimonio muy cómoda. El aire acondicionado funcionaba muy bien. Fuera hacía un calor insoportable, pero dentro de la habitación estabas a una buena temperatura. También me gustó el televisor de la habitación. Era grande, de plasma y tenía conexión satélite.
Yo no tuve problemas para desplazarme hasta el centro de Madrid. cogía el metro en la estación de metro de Barajas y en un plis plas estaba paseando por las calles más céntricas de la capital de España.
Desayuné en el hotel. Te servían un desayuno de bollería industrial y zumos de cartón muy completo. No salías con hambre. Los cafés y las infusiones las podías tomar todo el día gratis en la cafetería al ser huésped del hotel. Todo un detalle.
Os recomiendo este hotel. El Best Western Hotel Villa de Barajas es un hotel que está muy bien tanto para personas que viajen solas como para familias. En mi habitación había un sofá cama muy cómodo. Casi me parecía más cómodo que la cama. Lo que no pegaba mucho era su color rojo con las tonalidades cremas del resto del cuarto.
Yo me alojé en este hotel sola. Fue un día que venía a Madrid sin mi feliz familia y quería un hotel que estuviera lo más cerca posible del aeropuerto de Barajas para no verme metida en los atascos de la capital de este país nuestro.
El hotel es muy funcional. Tiene una decoración sencilla y práctica. Muebles desenfadados, suelos de tarima en las habitaciones, armarios justos, cuartos de baños coquetos.
Mi habitación era algo mejor que las otras que me enseñaron. Tenía una decoración más seria y una cama de matrimonio muy cómoda. El aire acondicionado funcionaba muy bien. Fuera hacía un calor insoportable, pero dentro de la habitación estabas a una buena temperatura. También me gustó el televisor de la habitación. Era grande, de plasma y tenía conexión satélite.
Yo no tuve problemas para desplazarme hasta el centro de Madrid. cogía el metro en la estación de metro de Barajas y en un plis plas estaba paseando por las calles más céntricas de la capital de España.
Desayuné en el hotel. Te servían un desayuno de bollería industrial y zumos de cartón muy completo. No salías con hambre. Los cafés y las infusiones las podías tomar todo el día gratis en la cafetería al ser huésped del hotel. Todo un detalle.
Os recomiendo este hotel. El Best Western Hotel Villa de Barajas es un hotel que está muy bien tanto para personas que viajen solas como para familias. En mi habitación había un sofá cama muy cómodo. Casi me parecía más cómodo que la cama. Lo que no pegaba mucho era su color rojo con las tonalidades cremas del resto del cuarto.
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4
El Silken Al-Andalus Palace es un hotel que está un poco alejado del centro de Sevilla. Tiene una buena ubicación para personas que quieren distanciarse del bullicio sevillano.
Yo me alojé con mi familia. Nos vino bien llevar coche para ir hasta el centro de Sevilla. El Silken Al-Andalus Palace se encuentra a unos diez minutos en coche del precioso centro histórico de Sevilla. En todo caso, no te aburres en este hotel aunque no salgas mucho. Puedes ir al gimnasio, ponerte guapa en el salón de belleza, ir con los críos a la piscina al aire libre, disfrutar de sus terrazas, jardines y zonas al aire libre para relajarse como si estuvieras en los jardines de una mansión privada.
Nos dieron una habitación amplia, luminosa, con un diseño moderno, pero sin estridencias. De calor no te mueres gracias al buen aire acondicionado que hay. Igual de buena es la conexión wi fi gratis. El minibar nos lo dejaron tan bien surtido que no lo acabamos, y eso que hicimos una especie de fiesta del pijama con unos amigos que también estaban alojados en el hotel.
El cuarto de baño me pareció bastante moderno. Nos dejaron un secador de pelo que funcionaba de cine. En dos minutos tenía la melena seca.
Comimos varios días en el restaurante del Silken Al Andalus, donde sirven platos de cocina internacional y un desayuno buffet variado y completo para personas tan hambrientas por las mañanas como mi marido. Mi santo es capaz de ponerse hasta las cejas de bacon a las nueve de la mañana en vacaciones.
Un día nos fuimos a comer el menú del día en la cafetería del hotel. Nos vino bien para ahorrar algo.
Os recomiendo este hotel. El Al-Andalus Palace está situado en el barrio sevillano de Heliópolis, a unos cinco minutos en coche de la Plaza de España y al lado de una parada de autobuses urbanos que te llevan hasta los sitios de mayor interés turístico de la capital sevillana.
Mi marido aprovechó para practicar golf en el club de golf Pineda. Queda a un kilómetro del hotel. Puedes ir hasta andando si te gusta andar.
Yo me alojé con mi familia. Nos vino bien llevar coche para ir hasta el centro de Sevilla. El Silken Al-Andalus Palace se encuentra a unos diez minutos en coche del precioso centro histórico de Sevilla. En todo caso, no te aburres en este hotel aunque no salgas mucho. Puedes ir al gimnasio, ponerte guapa en el salón de belleza, ir con los críos a la piscina al aire libre, disfrutar de sus terrazas, jardines y zonas al aire libre para relajarse como si estuvieras en los jardines de una mansión privada.
Nos dieron una habitación amplia, luminosa, con un diseño moderno, pero sin estridencias. De calor no te mueres gracias al buen aire acondicionado que hay. Igual de buena es la conexión wi fi gratis. El minibar nos lo dejaron tan bien surtido que no lo acabamos, y eso que hicimos una especie de fiesta del pijama con unos amigos que también estaban alojados en el hotel.
El cuarto de baño me pareció bastante moderno. Nos dejaron un secador de pelo que funcionaba de cine. En dos minutos tenía la melena seca.
Comimos varios días en el restaurante del Silken Al Andalus, donde sirven platos de cocina internacional y un desayuno buffet variado y completo para personas tan hambrientas por las mañanas como mi marido. Mi santo es capaz de ponerse hasta las cejas de bacon a las nueve de la mañana en vacaciones.
Un día nos fuimos a comer el menú del día en la cafetería del hotel. Nos vino bien para ahorrar algo.
Os recomiendo este hotel. El Al-Andalus Palace está situado en el barrio sevillano de Heliópolis, a unos cinco minutos en coche de la Plaza de España y al lado de una parada de autobuses urbanos que te llevan hasta los sitios de mayor interés turístico de la capital sevillana.
Mi marido aprovechó para practicar golf en el club de golf Pineda. Queda a un kilómetro del hotel. Puedes ir hasta andando si te gusta andar.
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