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Hay museos para todo y de todo. El Centro Interpretación Medina Azahara, Córdoba, se ha construido para explicarles a los visitantes las ruinas de la ciudad. Por la misma entrada visitas las ruinas y el museo. No es cara. Te cobran 2,10 euros y a los niños les cobran menos.
A mí no me gustó mucho este museo. El edificio es moderno, con dos plantas subterráneas y un diseño que proclama a los cuatro vientos que es obra de una arquitecto que va de gran arquitecto de los tiempos modernos.
Dentro del edificio hay una amplia zona dedicada a la exposición de los objetos que sacan de las ruinas. Todo está muy limpio y ordenado. Ves los expositores y parece que aquello es una tienda.
Mi marido se lo pasó de cine explicándoles a las niñas los orígenes, el declive y la recuperación de las ruinas de Medina Azahara en el siglo XX. Yo me aburrí como una ostra. El turismo cultural no es para mí. Quedé cansada de tanto Abderramán III y de tanto siglo X, el siglo en el que se levantó a los pies de Sierra Morena Medina Azahara.
En todo caso, os recomiendo visitar este museo, pero no en visita guiada. Los guías te vuelven loca con tantos datos históricos. Nosotros fuimos sin visita guiada y lo pasamos mucho mejor, sobre todo mi marido. A mi santo esposo le encanta ejercer de guía turístico de nuestra feliz familia.
Lo que me parece estupenda es la idea de hacer un museo. Unas ruinas no son muy vendibles para el gran público, pero un museo, con sus salas, sus exposiciones y algún objeto que no parece que haya salido de debajo de la tierra, se vende mejor a las multitudes turísticas.
A mí no me gustó mucho este museo. El edificio es moderno, con dos plantas subterráneas y un diseño que proclama a los cuatro vientos que es obra de una arquitecto que va de gran arquitecto de los tiempos modernos.
Dentro del edificio hay una amplia zona dedicada a la exposición de los objetos que sacan de las ruinas. Todo está muy limpio y ordenado. Ves los expositores y parece que aquello es una tienda.
Mi marido se lo pasó de cine explicándoles a las niñas los orígenes, el declive y la recuperación de las ruinas de Medina Azahara en el siglo XX. Yo me aburrí como una ostra. El turismo cultural no es para mí. Quedé cansada de tanto Abderramán III y de tanto siglo X, el siglo en el que se levantó a los pies de Sierra Morena Medina Azahara.
En todo caso, os recomiendo visitar este museo, pero no en visita guiada. Los guías te vuelven loca con tantos datos históricos. Nosotros fuimos sin visita guiada y lo pasamos mucho mejor, sobre todo mi marido. A mi santo esposo le encanta ejercer de guía turístico de nuestra feliz familia.
Lo que me parece estupenda es la idea de hacer un museo. Unas ruinas no son muy vendibles para el gran público, pero un museo, con sus salas, sus exposiciones y algún objeto que no parece que haya salido de debajo de la tierra, se vende mejor a las multitudes turísticas.
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2
A mi marido le encanta el Restaurante Bilbao Berria, Bilbao, que está en la calle Ledesma. Hay otros restaurantes de esta cadena en Londres, Barcelona, Formentera, pero a mi santo le encanta este de Bilbao. Me refiero al restaurante, no a la cafetería.
Es un restaurante muy señorial en su decoración clásica con un toque intimista que le da la luz tenue. Lo que no es muy señorial son las raciones. Te quedas con hambre. Por ejemplo, pides un plato de carne y te ponen un trozo de carne aceptable y cuatro patatitas contadas. Te vienen ganas de decirle al camarero que te triplique la ración de patatas. Si no lo haces, es por educación. Seguro que te miraría como si fueras una muerta de hambre.
Eso sí, todo lo que hacen lo hacen a la vista del cliente. Ves la cocina desde la mesa y también ves como una camarera va cortando el jamón. A mí no me gustan mucho los restaurantes en los que ves la cocina, pero a mi marido le encantan. Dice que son más limpios.
Mi santo siempre pide jamón en plan entrante. El jamón está rico y cortado a mano. Lo que no está nada bueno es el pan duro que te ponen para acompañar. Lo que a mí me gustan son las croquetas de calamares y jamón que hacen, sobre todo las de calamares. Están deliciosas. Lástima que las raciones se me queden cortas.
La última vez que estuvimos pedimos unos Buñuelos de chistorra (es decir, un chorizo especial), maíz y melaza. No me gustaron. Demasiado picantes para mi paladar.
Estamos hablando de entrantes. En platos principales me quedo con el Arroz cremoso de chipirón con langostino. Está muy bueno. Mucho mejor que los platos en los que les meten setas y esas cosas que a mí no me gustan.
Os recomiendo este restaurante. El Restaurante Bilbao Berria, Bilbao, tiene platos sencillos como el rape al horno o las gambas a la plancha que valen la pena. Los platos en plan cocinero de la tele no me gustan. A mí me gusta saborear los alimentos sin mucho condimento.
Es un restaurante muy señorial en su decoración clásica con un toque intimista que le da la luz tenue. Lo que no es muy señorial son las raciones. Te quedas con hambre. Por ejemplo, pides un plato de carne y te ponen un trozo de carne aceptable y cuatro patatitas contadas. Te vienen ganas de decirle al camarero que te triplique la ración de patatas. Si no lo haces, es por educación. Seguro que te miraría como si fueras una muerta de hambre.
Eso sí, todo lo que hacen lo hacen a la vista del cliente. Ves la cocina desde la mesa y también ves como una camarera va cortando el jamón. A mí no me gustan mucho los restaurantes en los que ves la cocina, pero a mi marido le encantan. Dice que son más limpios.
Mi santo siempre pide jamón en plan entrante. El jamón está rico y cortado a mano. Lo que no está nada bueno es el pan duro que te ponen para acompañar. Lo que a mí me gustan son las croquetas de calamares y jamón que hacen, sobre todo las de calamares. Están deliciosas. Lástima que las raciones se me queden cortas.
La última vez que estuvimos pedimos unos Buñuelos de chistorra (es decir, un chorizo especial), maíz y melaza. No me gustaron. Demasiado picantes para mi paladar.
Estamos hablando de entrantes. En platos principales me quedo con el Arroz cremoso de chipirón con langostino. Está muy bueno. Mucho mejor que los platos en los que les meten setas y esas cosas que a mí no me gustan.
Os recomiendo este restaurante. El Restaurante Bilbao Berria, Bilbao, tiene platos sencillos como el rape al horno o las gambas a la plancha que valen la pena. Los platos en plan cocinero de la tele no me gustan. A mí me gusta saborear los alimentos sin mucho condimento.
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