Hay hoteles de cinco estrellas que están más anticuados que las casas de la duquesa de Alba. Tal es el caso del Hotel Finisterre de La Coruña. Nos dieron una habitación con unas cortinas que parecían una herencia de los emperadores de Roma. Horribles. A mí me gustan las cortinas modernas, como las que compré en cortina-casa.es para mi habitación. Son unas cortinas que no pesan nada, en un tono verde que hace juego con la colcha que tenemos estos días en la cama. Nada de cortinones de otros tiempos.
Nuestra estancia en el Hotel Finisterre fue de lo más tranquila. Las niñas habían traído una casita de muñecas pequeñas que les compramos en Eurekakids y no nos dieron ninguna guerra. Se entretuvieron jugando a las casitas.
Por la noche las dejamos con una canguro que nos proporcionó el hotel. Una chica muy maja que no cobraba mucho. Le regalé uno de mis vestidos de Desigual y unos sujetadores deportivos de Moda Roxy que nunca me puse. Quedó encantada. No me extraña. Con lo poco que cobraba pocos trapitos se podría comprar. Me contó que se estaba pagando un préstamo que le dieron los de OK Money. La gente está muy entrampada en este país nuestro. También me contó que su novio había comprado un ipad 5 en oopad.com. No me quedó muy claro si estaba enamorada de su chico. Yo no lo estaría porque un hombre que no tiene dinero nunca me enamoró. Laura me enseñó una foto de su novio. No era muy guapo el pobre. Pero tenía buen gusto para calzarse. Llevaba unas zapatillas de dcshoes.es preciosas.
Volviendo a las cortinas del Hotel Finisterre he de decir que todavía me siento horrorizada al recordarlas. Lo único que puedo decir a su favor es que estaban limpias. Creo que las limpiadoras las aspiraban igual que hace mi suegra con las suyas.
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