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La empresa Alsa se dedica tanto a viajes de largo recorrido como al transporte interurbano de viajeros. En los últimos años Alsa se ha presentado a muchos concursos en las distintas administraciones autonómicas y se ha ido haciendo con el servicio colectivo de viajeros en cercanías.
Lamentablemente, una empresa tan grande, poco interés muestra por este servicio. Los vemos en el tipo de autobuses que pone para hacer las líneas y en la escasez de frecuencias.
Poner autobuses con asientos en sentido contrario debería estar prohibido, pero las administraciones le permiten a Alsa este tipo de vehículos incómodos para todos los viajeros, sobre todo para las personas ancianas y/o con movilidad reducida.
Yo sufro estos autobuses en las líneas de la comarca de La Coruña. Pese a haber presentado numerosos escritos de queja siguen poniéndonos unos autobuses con escaleras difíciles de bajar y subir, con asientos en sentido contrario, con timbres que no alcanzas... Eso sí, todos tienen conexión wi fi gratuita, una conexión que prácticamente nadie utiliza.
Alsa debería preocuparse más por los servicios a corta distancia que presta, sobre todo en Galicia. No es de recibo que les ponga autobuses anticuados e incómodos a localidades donde es mayoritaria la población mayor.
También debería incrementar las frecuencias de los autobuses. Hay pueblos del municipio de Culleredo que carecen de autobús los domingos y que los sábados tampoco tienen un servicio de bus que los desplace a La Coruña para trabajar o hacer compras.
Citaría como ejemplo, a Ledoño, una pequeña aldea del concello de Culleredo donde se ubica el Polígono de transporte más importante de Galicia. El sábado solo tienen un autobús municipal que los lleva a la zona urbana del municipio. Y el domingo, si trabajas en este polígono, necesitas tener vehículo propio para ir a trabajar porque no hay servicio de autobús.
Alsa defrauda en el transporte metropolitano de La Coruña. Por eso no os recomiendo esta empresa si tenéis alternativa. Solo por sus malos autobuses ya te quita las ganas de viajar con ellos.
Encima tiene algún conductor muy poco amable. Los hay que aparcan fatal en las paradas. Te dejan el autobús apartado de la acera y eso dificulta que bajes o subas. No te digo nada del lío que es subir o bajar el cochecito de un bebé. Pese a tener autobuses con plataforma no te la ponen para el cochecito. Y mejor no decirles nada porque tienen más que decir. Siempre dicen que van apurados de tiempo.
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La España vaciada nos tiene enamorados desde que buscamos más la tranquilidad que el jolgorio en nuestros viajes. Uno de nuestros últimos descubrimientos ha sido la comarca de Gúdar-Javalambre, en la provincia de Teruel.
Esta comarca es un lugar idílico formado por dos sierras que superan los dos mil metros de altitud. Mi marido aprovechó que todavía estábamos en temporada de nieve para acercarse a las estaciones de esquí, Valdelinares y Javalambre. Yo me quedé en el hotel con las niñas. No nos apetecía a ninguna de nosotras esquiar.
Llama la atención su escasa población. Apenas ves gente. Dicen las estadísticas que viven en esta comarca formada por 24 municipios unas 8000 personas. Yo incluso diría menos.
Lo mejor es la sensación de plena naturaleza. Los bosques se ven vigorosos y están llenos de flora y fauna. Nos quedamos con ganas de haber tenido tiempo para hacer algo de senderismo por aquellos parajes llenos de aire puro. Otra vez será. En esta ocasión nuestra excursión fue en coche.
También tiene su encanto un paseo en coche por una comarca tan extensa. Además, resulta muy práctico cuando viajas con dos niñas de corta edad que no están para mucha caminata sin protestar.
Os recomiendo visitar la comarca de Gúdar-Javalambre cuya capital es Mora de Rubielos. Comprende los municipios de Abejuela, Albentosa, Alcalá de la Selva, Arcos de las Salinas, Cabra de Mora, Gúdar, Linares de Mora, Manzanera, Mosqueruela, Nogueruelas, Olba, La Puebla de Valverde, Puertomingalvo, Rubielos de Mora, San Agustín, Sarrión, Torrijas, Camarena de la Sierra, El Castellar, Formiche Alto, Fuentes de Rubielos, Valbona y Valdelinares.
Todos ellos son pueblos silenciosos, sin contaminación. Por las noches se ven muy bien las estrellas porque no hay contaminación lumínica. Mi marido pasaba horas asomado a la ventana de la habitación mirando para los cielo.
Lo vientos en esta zona pueden ser importantes. Vimos en los bosques las consecuencias de algún tornado en la arboleda. Mi santo me tranquilizaba diciéndome que no estábamos en época de tornados
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La Cala Sa Conca en la provincia de Barcelona es un trocito de paraíso al que nos gusta ir cuando andamos por tierras catalanas. La conocimos cuando fuimos a una boda en s'Agaró. Esta playa de la Costa Brava es más frecuentada por deportistas que por turistas de sol y playa.
A mí me gusta para escapar de los ruidos urbanos y relajarme. Por allí solo hay mar, sol y arena limpia. El agua es totalmente cristalina. Es un gusto nadar en unas aguas tan limpias.
Son aguas ideales para practicar snorkel y buceo. Mi marido suele bajar cuando vamos, pero siempre por la zona menos peligrosa. Dice que en el fondo de aquel mar tan azul hay mucha vidilla. Son aguas que albergan una gran diversidad de vida marina.
La desventaja de esta playa es la falta de servicios. Tiene lo más básico: unos socorristas en temporada alta y un chiringuito. Casi es mejor llevar bebidas. Nos ha pasado de encontrarnos en el chiringuito con muchos refrescos agotados porque coincidió un día en el que la playa se llenó de familias con niños y niñas.
Mi marido decía que dese que le pusieron baños vienen todas las parejas que tienen niños pequeños. Ya no es aquella playita ideal que habíamos conocido hace años cuando fuimos a la boda de unos amigos de Barcelona que se casaban en el campo.
En lo que no ha cambiado es en el desierto que tiene alrededor. No se ven muchas edificaciones. Quitando un casoplón que hay al fondo del arenal, por allí no hay alma viviente. Es una playa rural en la que no falta un fondo de árboles que le queda muy bonito.
Otra desventaja es la arena. Es una arena dorada gruesa que me acababa con los pies. Menos mal que llevaba chanclas. Mis pies están acostumbrados a andar sobre arenas finas.
Os recomiendo la Cala Sa Conca, una playa ideal para ir a descansar. No es muy frecuentada, aunque últimamente son bastantes las familias que se apuntan a este arenal de la Costa Brava.
Esperemos que no se eche a perder con un turismo masivo. Sería una pena. Tiene un agua tan cristalina que no lo sería tanto si dejara de ser un paraíso sin mucha concurrencia.
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La Isla de los Museos de Berlín es un lugar a visitar en la capital de Alemania si haces turismo cultural. No debes perderte los principales museos de la ciudad, pero hay que tomar la visita con calma. A mí se me hacía un mundo. Tras ver dos museos seguidos estaba que no podía más. Tuvimos que sentarnos a tomar unos bocadillos. Era mucha cultura para mi persona.
Esta isla cultural está en el centro de Berlín. La rodean las aguas del río Spree. Los museos que tienen allí su sede son:
- -El Museo de Pérgamo. Con el impresionante Altar de Zeus de Pérgamo, traído desde Turquía. Es decir, un expolio. Este museo tiene copias de obras arquitectónicas tan famosas como la Puerta de Isthar de Babilonia o la plaza del viejo mercado de Mileto.
- -La Antigua Galería Nacional. Subes una escalinata impresionante y empiezas a ver cuadros sala tras sala. Fue el museo que más me gustó.
- -El Museo Antiguo. Igual que el Museo Nuevo tienen colecciones de arte prehistórico, egipcio y griego. Es donde está el busto de Nefertiti cuya foto aparece en todos los libros de Arte.
- -El Museo Nuevo. Más de lo mismo en un museo que se construyó en una fecha posterior. Me llamaron la atención los papiros. Menos mal que apareció el papel normal. Hubiera sido un lío escribir en papiro.
- -El Museo Bode. Tiene una colección de esculturas, monedas y de arte bizantino. Es el edificio donde más fotos se quitan los turistas. Mi marido se entusiasmó tanto que tuvimos que fotografiarnos en familia delante de este museo. Una turista francesa fue nuestra fotógrafa particular. Era muy maja la señora.
Tanto arte tienen dentro de sus paredes que los considera la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Un motivo más para ir a verlos. Nosotros hicimos un maratón. En un solo día nos recorrimos los cinco museos. Yo quedé saturada con tanta colección de arte.
Es preferible tomarte la visita con calma y, a poder ser, espaciarla en dos o tres días. Un exceso de museos es agotador.
Yo no hubiera ido a todos los museos, pero mi marido quería ver hasta el último cuadro que tenían en sus salas de exposición. Si le hubieran dejado ver los almacenes, también hubiera entrado.
Para no gastar tanto compramos la Berlin WelcomeCard Isla de los Museos. Nos costó 38,50 euros. Esta tarjeta nos daba acceso a los museos de la isla y nos hacía un descuento del 25% durante tres días en los museos del resto de la ciudad. Además, conseguías viajes gratuitos en transporte público. En Berlín saben contentar a los turistas. Deberíamos tomar nota.
Os recomiendo visitar la Isla de los Museos. Es como un mundo aparte. Nosotros tuvimos la suerte de ir un día en el que no había muchos turistas.
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