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Friday, July 31, 2020

Mis vacaciones en la Casa de la Pradera de Girona

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Can Borrell en Meranges, Girona, es un alojamiento rural que me recordó a La casa de la pradera. Verdes prados la rodean en un lugar donde la gente rica de Barcelona tiene muchas segundas residencias. Yo no me habría fijado en esta casa si no fuera mi marido quien reparó en ella. Veníamos de Puigcerdà y mi marido quería quedar por la zona unos días más. A unos 18 kilómetros de Can Borrell hay un campo de golf que le gusta mucho.

La casa es todo madera. Madera en las vigas del techo, madera en los balcones, madera en las puertas, madera en las ventanas. Para el mobiliario interior eligieron madera noble. Los muebles son rústicos y resistentes. Parecen tener en su haber siglos de los viejos que los ves.

Nosotros fuimos cuando empezaban a abrir las estaciones de esquí de los alrededores. Hay unas 22 estaciones. Puedes elegir. Entre el esquí y el golf mi marido se puso en forma. Yo aproveché para hacer negocios con las mujeres ociosas de los deportistas. Les vendí todo lo que llevaba de Mary Kay más algo que pedimos a través de la página web.

La casa está bastante bien. Me comentó la dueña que están en continua reforma. Cogieron la casa muy desangelada. Lo mejor es, sin duda, la gastronomía que puedes degustar. Es gastronomía de abuelas rurales catalanas. No debes perderte la escudella. Está que te chupas los dedos.

Os recomiendo Can Borrell, una casa rural que va hacia tiempos mejores. Mi marido quiere volver para la próxima temporada de esquí. Me intenta animar para ir a las pistas de esquí de fondo de Pla de la Mánega. Iré a Can Borrell otra vez, pero no a esquiar. Ni el esquí de fondo me atrapa.

Mis hijas fueron las que peor lo pasaron. Can Borrell es un alojamiento muy tranquilo. No había ningún niño excepto ellas. De ahí que se aburrieran un poco. Gente con gente. Pero aprovecharon para estudiar. En el patio de los ajos, como lo llamaban ellas pasaron horas con los libros. Nada mejor que el silencio para adquirir conocimientos.



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El Molino de Santillán está en el Rincón de la Victoria en Málaga está yendo por la carretera de Macharaviaya. Tomas un desvío a la derecha y llegas a una finca enorme. Cuando fuimos nosotros tenían el camino de acceso sin asfaltar. Todo muy de pueblo perdido en el campo.

Así me sentí yo en este cortijo muy bien restaurada: perdida en el campo andaluz. Allí no me encontraría nadie. Como llevaba conmigo a mi marido, a mis dos niñas y a mi suegra estaba con la familia que más me importa. Bueno, me sobraba la suegra algunas veces. Otros días me vino muy bien para quedar de canguro.

El cortijo está rodeado de aguacates, chirimoyas y demás cultivos subtropicales. Es una gran casa de piedras pintadas de color blanco con cal que tiene un tejado de teja que ves a lo lejos. La fachada también se hace ver de lejos. Con su color blanco, resplandece al fondo del camino estrecho y polvoriento que sube desde la costa. Llegamos con el coche hecho un asquito.

Una vez en el cortijo, nos esperaba una suite preciosa. Mi marido disfrutó de un salón joyel durante un día. Tenía en ese salón una reunión de empresa. Yo dediqué todos mis días de vacaciones en el Molino de Santillán al ocio. La única desventaja que encontré fue el tamaño de las habitaciones. Me parecieron pequeñas. Estaban decoradas con una greca en las paredes. En los techos los ventiladores de aspas te quitaban el calor de encima. También te volvían loca. A mi suegra le pasaba lo mismo: no aguantaba los ruidos de los ventiladores. Yo apagué el mío. Con un abanico tenía de sobra para quitarme los calores de encima. Además, soy bastante friolera. Prefiero pasar calor tipo sauna a que me aireen mucho.

Os recomiendo el Molino de San Millán. Es un cortijo acogedor. Nosotros no nos aburrimos, sobre todo el día que fuimos a practicar senderismo por los alrededores. Quedé tan cansada que al día siguiente no puede acompañar a mi marido, a mi suegra y a las niñas al Museo de Artes Populares, y eso que sólo está a 9 kilómetros del cortijo.




Wednesday, July 29, 2020

Mis vacaciones con Sancho de Estrada

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Sancho de Estrada en Solosancho, Ávila, es una casa-castillo rural que encuentras tomando un desvío de la carretera Gredos-Ávila, a la derecha, poco antes de llegar a Solosancho. A nosotros nos habían hablado maravillas de esta casa de piedra unos amigos. Por eso fuimos. Queríamos comprobar in situ si era para tanta alabanza.

Una vez allí me sentí en la Edad Media. Los cimientos del Castillo de Villaviciosa son de la época romana. Los muros de este alojamiento rural son más recientes, datan de los años en que Sancho de Estrada, un señor de Asturias que vino a defender Ávila de los musulmanes. El tiempo no ha pasado por allí. Ves las aspilleras, los herrajes en las puertas, con realce de unos muros de cantería ruda y afiladas aristas. Pudimos ver como en algunas partes el grosor de las paredes era de tres metros. No hay bala que las traspase. Más bien se necesita una guerra con misiles para derribar aquello. Mi marido nos sacó fotos debajo de los escudos de armas que decoran las paredes exteriores. Me sentí como una Reina castellana.

No encuentras lujos en el interior del castillo. Nuestras habitaciones eran de lo más severo. Pregunté si había habitaciones de decoración más alegre y me dijeron que no. Todas las habitaciones habían sido decoradas con estilo castellano austero. Mucho mejores eran las vistas que había desde las ventanas: veías kilómetros y kilómetros de páramo castellano que acababa en barrancos y en picos de montañas.

Os recomiendo alojaros en Sancho de Estrada. Puedes hacer mucho turismo cultural por los alrededores. Nosotros fuimos andando hasta las ruinas del castro de Ulaca. También nos pasamos por el Castillo medieval de Villaviciosa. Es una zona de castillos. A unos cuatro kilómetros está el Castillo de Aunque-os-pese. Su nombre hace alusión a una leyenda.

Lo pasamos mejor visitando los alrededores que en la casa-castillo. A Sancho de Estrada le falta adecuarse a los tiempos modernos. En su afán de tenerlo todo medieval, sus responsables se olvidaron de las comodidades que echamos de menos los turistas. Pero, aun así, como os decía, me parece un alojamiento recomendable. Estás en un lugar tranquilo, en plena naturaleza. Ávila ciudad queda a sólo veinte kilómetros. No debes perderte una visita al Valle de Amblés. Está a unos treinta kilómetros. Son unos cuantos kilómetros de ganado vacuno a sus anchas en los campos. A mis hijas les hizo mucha ilusión ver las vacas en libertad.



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Una de las ciudades de Marruecos donde mejor lo pasé fue en Chechaquen (Chaquen). No tiene nada que ver con Tetuán y Tánger. Es una ciudad mucho más tranquila. Además, sólo por el viaje en coche en el que disfrutas de unas maravillosas vistas de las montañas del Rif ya merece la pena ir. Desde la ciudad se ven dos montañas que tienen forma de cuerno de vaca. De ahí el nombre de la ciudad: Chechaquen (significa mira los cuernos).

Mi marido y yo paseamos por la avenue Hassan II hacia la place Mohammed V. Queríamos ir a la medina y casi nos perdimos. Finalmente, tras dar unas vueltas que no nos llevaron a ningún sitio, cogimos a la derecha, nos metimos en la rue Tarik Ibn Ziad acabamos en Bab en Sou y allí estaba la entrada a la medina. Me dejé los tacones subiendo por una calle tortuosa que se llamaba Calle Horra. Por esa calle no apta para zapatos de tacón elevado llegas a Uta el-Hammam. En la parte superior de esta plaza encuentras la ville nouvelle, una serie de edificios construidos entorno a la base de la medina.

Mi marido quería alojarse en una pensión de la medina de Chechaquen. Le habían dicho unos amigos que son pensiones bastante seguras. Le dije que se dejara de inventos baratos. Fuimos directos al Hotel Asmaa, un hotel que tiene piscina y está limpio.

La medina de Chechaquen no es grande. No entiendo como nos perdimos dos veces. Yo creo que fue en nuestro afán de escapar de los chavales que se te ofrecen de guía. En Chechaquen, igual que en otras ciudades de Marruecos, sólo encuentras gente que viene a timarte. Es lo que me fastidia de Marruecos. Para que te dejen tranquila tienes que vestirte como las lugareñas. Mi marido nunca quiere hacerlo. Yo no tengo problema con la vestimenta local. En Chechaquen me disfracé de joven bereber con un vestido típico. Hasta me pinté un tatuaje en la barbilla y otro en la frente para que el disfraz fuera completo. Las chicas bereberes llevan unos tatuajes muy lindos en la cara.

Os recomiendo visitar Chechaquen. Es una ciudad de Marruecos más tranquila que las ciudades de turismo extranjero masivo. Debes ver la ciudad entera. En la parte alta hay un camping. Desde esa zona las vistas de la ciudad son panorámicas. Allí es donde está el Hotel Asmaa, donde nos alojamos mi marido y yo.

También os recomiendo su gastronomía. Los pinchos morunos están muy buenos. Lo mismo puedo decir de las tortillas, tanto de la tajine de kefta como de la tajine de poulet. Pero lo que más me gustó fue el jugo fresco de naranjas que nos ponían en el desayuno. Eran naranjas recién exprimidas. Deberían tomar nota muchos hoteles españoles que no saben más que tirar de zumos de cartón.

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Tuesday, July 28, 2020

Mis vacaciones en la Castilla más rural

Mis hijas estaban muy interesadas en ver la recogida del cereal. Por eso las llevamos a Nueva Villa de las Torres, un pueblecito castellano donde vive un tío abuelo de mi marido. El señor es mayor, pero aún cosecha sus campos.

Llegar a Nueva Villa de las Torres es regresar al pasado. Te encuentras un pueblo cerealero sin cobertura. Nunca había tenido tanta paz. Me parecía mentira no oír sonar mi móvil a todas horas. A mi marido le parecía también mentira. Mis hijas también se sintieron más libres gracias a la falta de cobertura. Nadie nos llamaba. Nosotros no llamábamos a nadie. Los habitantes del pueblo, en cambio, se quejan por la falta de cobertura. Es una reinvindicación que las autoridades competentes no escuchan. Suele pasar cuando no hay muchos votantes. Los políticos hacen más caso a los habitantes de las ciudades porque les dan más votos y también se oyen más sus protestas en los medios de comunicación.

En este pueblo la población vive de la agricultura. No hay vecino que no sea agricultor. Es lo que hay. Cuando llegamos nosotros las cosechadoras estaban segando el cereal. Menos mal que hay máquinas. No me quiero imaginar lo que sería segar el cereal con una hoz o una guadaña. Te dejarías la salud de tu espalda recogiendo la cosecha. Las máquinas empacaban la paja. Era buena paja, buena hierba seca, como se dice aquí en Galicia. Tenían paja para las ovejas de sobra.

El tío de mi marido no cultiva sólo cereal. Tiene tierras sembradas de girasol. Ahora planta menos girasol porque le quitaron la subvención que daba la Unión Europea, nos contó. Es una pena que no se anime con los viñedos. En Nueva Villa de las Torres hay viñedos de la denominación de origen Rueda. Pero el tío de mi esposo es abstemio. Nos dijo que nunca cultivaría vides. Está a favor de la prohibición del alcohol.

Lo que sí tiene es un pequeño rebaño de ovejas. Por Nueva Villa de la Torre se ven muchas ovejas. Estamos en Castilla, tierra de ganado lanar. Le va bien con las ovejas. Sus hijos vienen de Madrid a ayudarlo cuando hay que cortarles la lana y también le buscan clientes para la comercialización de la leche de oveja, los quesos que elabora su esposa y la carne de cordero, tan bien pagada.

Os recomiendo visitar Nueva Villa de las Torres, un pueblo de casas pintadas de blanco, rodeado por campos cosechados con cereales, girasol y viñedos. Estás en plena naturaleza cultivada. Es un gusto. Nosotros esperamos volver pronto a este pueblo de la provincia de Valladolid de sólo 369 habitantes. El tío de mi marido aún recuerda cuando estaba unido a Medina del Campo. Se separaron en dos municipios independientes. No sé si sería muy buena idea. En verano tienen bastantes visitantes. La gente va a ver los encierros cuando hay fiesta. Yo no fui. Tampoco permití a mi marido que fuera. Me dan miedo los toros sueltos.

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Monday, July 13, 2020

Mis vacaciones en la ciudad de Francisco Pizarro

Extremadura es una tierra que gusta mucho a mi marido. Le encanta el pasado extremeño, lleno de conquistadores. También le encanta su presente, su turismo cultural, visitar las villas históricas. De las ciudades extremeñas, la ciudad favorita de mi santo es Trujillo, en la provincia de Cáceres. Fue donde nació Francisco Pizarro. A Trujillo fuimos el año pasado. Mi marido les enseñó a las niñas las localizaciones de los escenarios de los grandes títulos del cine y la televisión. Nosotros somos fans de los Lannister y los Stark. Debes saber que aquí se rodó uno de los capítulos más importantes de la saga: la batalla final de la temporada 7 de la serie Juego de Tronos. Además de El Tulipán Negro, La Marrana, Santa Teresa o más recientemente Romeo y Julieta y La Peste buscaron en Trujillo y alrededores localizaciones como telón de fondo de sus argumentos.

Pasear por Trujillo es recordar los distintos reinos y culturas que convivieron en sus calles y también se pelearon entre ellos cuando la convivencia dio paso a las guerras. De tiempos remotos se conserva una importante arquitectura palacial de la oligarquía caballeresca, que destacó en la conquista de América y la colonización del nuevo mundo. Entre sus puntos de interés, visitamos la Plaza Mayor y nos sacamos fotos con la estatua ecuestre de Francisco Pizarro de 1929, que fue construida por los escultores estadounidenses Charles Cary Ramsay y Mari Harriman. La Plaza está rodeada de edificios de los personajes más importantes de la Edad Moderna: Los Piedras Albas, los de La Conquista, Los Cháves-Cárdenas, los Pizarro-Orellana y Santa Marta. Nuestra siguiente parada fue la Iglesia de San Martín, donde se celebran fiestas tan populares como El Chíviri y la Feria del Queso. Lamentablemente, nuestra visita no coincidió con ninguno de estos dos eventos.

No faltan murallas en Trujillo. Sobre el cerro Cabeza de Zorro de alza la muralla del pueblo, una gran fortaleza del Califato de Córdoba jalonado de torres rectangulares con aspecto infranqueable. Sientes seguridad mirando las murallas. Tampoco faltan en Trujillo iglesias. La Iglesia de Santa María La Mayor, la de San Martín fueron la iglesias que contemplamos por fuera. Yo no estaba para turismo eclesiástico. Me pone triste ver las iglesias por dentro.

Os recomiendo visitar Trujillo. Es una ciudad tranquila, que invita a pasear por sus calles, a tomar un refresco fresquito y a saborear alguna que otra tapa por sus bares. Si tienes dinero, busca un restaurante para comer o cenar. Extremadura tiene una buena gastronomía.
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Tuesday, July 07, 2020

Comiendo salchichas en la Selva Negra

La Selva Negra está en Alemania. No te la crees hasta que la recorres. Yo hice un viaje por allí con mi marido y con las niñas hace casi un año. Quedamos asombrados mirando las casas típicas, de madera y con una enorme techumbre de pizarra. Mi marido quería recorrer parte de la Selva a pie. Las niñas y servidora nos negamos. Alquilamos un vehículo todoterreno y fuimos la mar de cómodos.

Mi santo se encargó de conducir. Intentó seguir un itinerario marcado. Digo intentó porque nos perdimos varias veces. Al final nos pasamos al tren cundo llegamos a Friburgo de Brisgovia. Hacia mediodía estábamos en Freudenstadt. Lo mejor vino por la tarde cuando recorrimos el Camino Alto de la Selva Negra. Es muy poético. Acabamos nuestro itinerario en tren en Baden-Baden.

Os recomiendo visitar la Selva Negra. Está en el suroeste de Alemania. Ves en todas sus sendas multitud de turistas y alemanes caminando. Casi todos llevan un bastón para apoyarse al andar. Pero que nadie se imagine una especie de Camino de Santiago. Allí la gente se lo monta a lo grande: van andando de hotel en hotel. El equipaje lo llevan en una furgoneta hasta el próximo hotel mientras ellos andan unos veinte kilómetros al día.

De la Selva Negra nunca olvidaré unos gigantescos pinos negros que hay en Simonswald. Tampoco olvidaré la visita que hicimos a un museo de relojes de cuco en Furtwangen. Y puestos a no olvidar he de hablaros de los altos precios. Es todo carísimo. Nosotros acabamos comiendo salchichas a todas horas. No nos podíamos permitir ir de restaurantes.








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