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AUDIBLE: libros leídos por famosos

Monday, July 29, 2019

Mis vacaciones inolvidables


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Fuimos en noviembre a Madagascar. No es la mejor época para ir a este país africano bastante alejado de los circuitos turísticos masivos. Pero la época pudo haber sido peor si fuéramos entre diciembre y febrero. Mi chico quería ir en el mes de febrero. Le dije que ni loca. Entre diciembre y febrero llegan las lluvias y los ciclones. Marzo, abril, mayo y de julio a octubre son las mejores épocas para dejarse caer por Madagascar.

Estuvimos en la costa sur-oeste. Es una zona muy remota, muy desértica. Vimos pueblos de pescadores y casas tan precarias que daban pena. En el sur de Madagascar hay mucha pobreza.

También hay sitios pensados para turistas. Nosotros nos fuimos a una reserva y vimos unas serpientes que metían miedo. Mi marido quería hacer como casi todos los turistas: subirse una cobra al cuello para que le sacara una foto. Le dije que no se lo permitía. El padre de mis hijas no iba a morir a causa de una picadura de una víbora. Los hombres no saben lo que hacen.

Lo que sí me gustaron fueron los arrozales. Son preciosos. Nosotros hicimos un viaje mochilero. Aprovechando que las grandes ciudades de Madagascar están unidos por autobuses. Los hay de servicio vip y premium. Viajas como si fueras en un autobús de Alsa por España. Lo que no os recomiendo es subir a los taxi bus africanos. No son más que una furgoneta.bus con plazas para algo menos de veinte personas bien amontonadas. Los había algo más cuidados, pero no me subí ni loca. Mi chico quería probarlos. Vuelvo a decir que los hombres no saben lo que hacen. Fijo que cogías una peste allí dentro en un espacio de gente amontonada.

Fue una pena que el tiempo no estuviera para disfrutar las playas. Vimos unas playas kilométricas, rodeadas de vegetación. Detrás de la vegetación está el desierto más desierto que te puedes imaginar.

Os recomiendo visitar Madagascar, sobre todo el sur. La gente es pobre y les viene muy bien el dinero de los turistas extranjeros. Lo mejor que puedes hacer por ellos es ir a consumir en sus pequeños negocios. Es una zona donde no hay luz eléctrica ni agua potable en muchos pueblos. Por cierto, vimos una cordillera arenisca que me recordó el Gran Cañón de Colorado.



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Nos alojamos en la Casa de Díaz en Samos, Lugo, el año pasado, cuando a mi marido le dio por hacer un par de tramos del Camino de Santiago. Este pequeño hotel rural está a sólo 200 metros de la ruta jacobea. Como muchos pequeños hoteles rurales de Galicia, no ofrece otra cosa que no sea una cama más o menos cómoda y un buen desayuno que te hace recordar los desayunos sanos de la casa de nuestros abuelos.

Yo estaba que no podía más cuando llegue. El primer día ni miré lo que había o dejaba de haber. Estaba para el arrastre. Hacer el Camino de Santiago no es para débiles. Fue a la mañana siguiente cuando me fijé en los muebles procedentes de la antigua curtiduría familiar. Nuestra habitación estaba en el piso de arriba. Era una habitación amplia, forrada de piedra y con unas flores silvestres en las mesillas de noche que me habían hecho estornudar por la mañana. Le reñí a mi marido por no haberlas quitado. Sabe que odio las flores en la habitación. Después de tirar las flores en una papelera, me asomé a la ventana y descubrí unas preciosas vistas a los prados verdes de la Ribeira Sacra. Por las vistas ya vale la pena alojarse en la Casa de Díaz en Samos, Lugo.

También os la recomiendo por su precioso jardín, por una piscina bien limpia y un palomar que mantuvo entretenidas a mis hijas. ¿Y qué decir del estanque para patos? Entre las palomas y los patos mis niñas encontraron un motivo para convencernos de que había que estar más días. Teníamos reserva para dos días y acabamos pasando cinco días. A mí no me apetecía seguir andando por la ruta jacobea. Era más placentero estar en la Casa de Díaz en Samos, Lugo. Mi marido se dejó convencer. Enseñarles a las niñas las dos lareiras, el horno antiguo en el que se habían cocinado panes y el cruceiro de la entrada.

Os recomiendo la Casa de Díaz en Samos, Lugo, para pasar unos días en el campo gallego. Es una casa bastante tranquila pese a ser un alojamiento habitual de peregrinos. Se come bien. Nunca olvidaré el pan de peso, los choricillos, chicharrones y la bollería con zumo de naranja recién exprimido. Los desayunos te dejan sin hambre para el resto del día.



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En el País Vasco también hay castillos, pensé, cuando llegamos al Castillo El Collado en Laguardia, Álava, un pequeño hotel rural en el que mi chico había reservado para pasar un fin de semana. Me gustó mucho esta casa señorial de principios del siglo XX. Es una buena imitación de una torre medieval. Al final acaba siendo mejor la copia que el original. Es una pena que el arquitecto no esté vivo para poder contratarle la construcción de un castillo similar en el terrenito que tengo en Galicia.

Mis hijas estaban encantadas. No era para menos. Mirabas el edificio y parecía que iba a salir Blancanieves a darte la bienvenida. Tiene todo el aspecto de un pequeño castillo de cuento de niños. Por dentro tampoco defrauda ni en decoración ni en servicios. Además del comedor cuenta con un pub para tomar una copa sin niños.

Os lo recomiendo. La única desventaja que le encuentro es su tamaño. Sus ocho habitaciones dan para poco. Estás como en familia. Nosotros estábamos en dos de ellas y las otras seis estaban ocupadas por una familia que celebraba las bodas de plata de los padres. Me sentí como si estuviera con mis primos mayores.

Volveremos a este Castillo El Collado en Laguardia, Álava. Las dos habitaciones que nos dieron eran de ensueño, sobre todo la nuestra. Era amplia, espaciosa, luminosa, bien limpia y del cuarto de baño ya no os hablo porque no tengo palabras para hablar de tanto mármol y de tanta modernidad. Los azulejos pasaban del blanco habitual a los estampados que hay en los azulejos andaluces. la bañera hacía maravillas en tu cuerpo con los chorros de agua. Yo no hubiera salido del cuarto de baño en todo el día si no tuviera dos hijas a las que atender. Te empezabas a aplicar cremas, a mirarte en el espejo y te sentías una princesa a punto de bajar al salón del castillo para la fiesta de su puesta de largo. Os recomiendo el Castillo El Collado en Laguardia, Álava. Es un alojamiento rural perfecto.



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Mas de Pau en Penàguila, Alicante es un hotelito rural que no te deja indiferente. Cuando llegas y ves aquella masía en lo alto del monte tienes una sensación de confusión. ¿Una masía? me pregunté yo. Mi chico decía que era una masía, pero a mí me parecía un edificio de arquitectura rara propio de unos años del siglo XIX en los que los arquitectos no sabían muy bien si hacer líneas rectas en las paredes o volver a las paredes recargadas. En el caso de la masía Mas de Pau en Penàguila, Alicante, primó el sentido práctico y huyeron de ornamentos innecesarios.

Este hotelito rural está en pleno Valle de Paniagua. Es un valle con almendros, olivos y ramblas. Me llamó la atención el buen aspecto de los olivos. parecían olivos andaluces. No sólo está el Mas de Pau en Penàguila, hay otro edificio para celebración de eventos, fiestas, conferencias y seminarios. Cuando estuvimos nosotros por allí había un seminario sobre filosofía al que asistió mi marido.

Mientras mi chico estaba filosofando en el seminario pude disfrutar las bonitas vistas que había desde la terraza. No hay nada que me relaje más que no hacer nada. Me siento contemplando el paisaje como la Eva del paraíso perdido. En la habitación poco me podía relajar: era diminuta.

Por suerte cogimos tres habitaciones. Acabamos metiendo a las dos niñas en una y yendo cada uno a la suya. Si nos hubiéramos quedado mi chico y yo durmiendo en una habitación hubiera habido un divorcio fijo. Yo necesito espacio. En mi habitación apenas me cabían las maletas. Tuve que dejar una en la de mi chico. Pero lo pasaron mis hijas en su habitación de la bajo cubierta, es decir, de la segunda planta. En esta última planta las habitaciones eran todavía más diminutas. Habían aprovechado todos los rincones para hacer compartimentos para los huéspedes. Aquello era un ejemplo de lo que pude hacer una cabeza capitalista para ganar dinero.

Lo mejor del Mas de Pau en Penàguila, Alicante, es que te queda cerca de Alcoy. Yo aproveché para ir de compras. Lo que me fastidió bastante es que coincidimos con la famosa fiesta de moros y cristianos que se celebra en Alcoy. No me gusta nada. Defiendo la paz entre las distintas culturas. ¿Qué es eso de moros y cristianos? Todos somos personas.

A mi marido le sobró tiempo de su seminario de filosofía para venir con nosotras andando hasta unas ruinas que quería ver nuestra niña grande. Eran los restos del castillo El Portalet. Me dio pena el castillo caído. Deberían pedir dinero a la Unión Europea para levantarlo en todo su esplendor pasado.

Os recomiendo Mas de Pau en Penàguila, Alicante, pese a la pequeñez de sus habitaciones. Es un alojamiento tranquilo. Perfecto para vacaciones de singels. Las habitaciones son ideales para una persona que viaje sola y que no necesite mucho espacio.

Saturday, July 20, 2019

Mis vacaciones en la España vaciada



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Pasamos unos días frescos en el Hotel Mingo en Escarrilla, Huesca. Es un hotelito pensado para las vacaciones blancas de inverno, pero también viene bien cuando aprieta el calor en otras latitudes y quieres huir de las altas temperaturas. 

Este hotelito de montaña está situado al borde de la carretera que asciende a Formigal. Es un hotel rústico, sencillo con mucha piedra descubierta y mucha madera sin cubrir, sobre todo en las vigas que se asoman por los techos de las habitaciones y otras estancias. No es más que un caserón de pueblo en el que te sientes como en la casa de tu abuela. El trato es familiar, cercano, pero sin dejar al lado la profesionalidad de unos empleados que tienen el hotel limpio como una patena. Da gusto estar alojada en este hotel. 

Nosotros estuvimos como en familia. De las seis habitaciones del hotel, dos las cogimos nosoros y las otras cuatro estaban ocupadas por unos turistas ingleses que eran silenciosos; gente mayor sin gana de fiesta. Mi chico tenía miedo de que protestaran por las niñas. No fue el caso. Aquellos viejecitos ingleses se alegraban al ver dos niñas bien educadas que no hacían ruido. 

Mis hija se entretuvieron con sus tablets en un salón contiguo al comedor con cristaleras abiertas al exterior. Yo aproveché para ponerme al día con lecturas que tenía pendiente. Mi chico estuvo en nuestro cuarto muchas horas trabajando con su ordenador. Estaba escribiendo un nuevo libro que publicó el mes pasado. Escribe libros muy sesudos sobre filosofía y autosuperación. 

Os recomiendo este hotel. A nosotros nos dieron las dos habitaciones más grandes. Me gustaron los cuartos de baño. Estaban decorados con cuadradines de barro cocido. Seguros que volvemos al Hotel Mingo en Escarrilla, Huesca, el próximo invierno. La estación invernal de Formigal está a seis kilómetros. Mejor ubicación para ir a esquiar no hay.


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El Pueblo de Redes se hizo famoso porque en sus calles, sus costas, sus playas se han rodado series de televisión y películas famosas. Mi chico quiso ir a verlo cuando vimos Julieta, le película de Almodóvar que tiene escenas rodadas en este pueblo de la Ría de Ares. 

Redes es un pueblo muy tranquilo en inverno, tal como pudimos comprobar en nuestra primera visita. En verano no tiene nada que ver con la tranquilidad que encuentras en los meses invernales. Cuando llega el calor llegan los turistas y el pueblo tranquilo se convierte en un pueblo bullicioso con las terrazas llenas de gente hasta altas horas de la noche. 

Es Redes un pueblo que enamora. Mi chico quedó enamorado cuando lo vio en Julieta. No era para menos. Las ambientaciones de la película de Almodóvar en Redes eran fantásticas. También lo eran las ambientaciones de Padre Casares, una serie de la televisión gallega. 

Decían los vecinos que hablaron con nosotros que Redes es tan bonito gracias a las muchas inversiones que se hicieron. La playa está renovada, hay parking, aceras. Casi no crees que sólo haya seis mil habitantes censados si vas en verano. Los turistas hacen que Redes parezca un pueblo en el que vive mucha gente. Lo cierto es que los que viven allí de verdad, los ciudadanos y ciudadanas empadronados en Redes tienen su pueblo muy cuidado. Sólo hay que ver lo bonitas que tienen las casas. Ves cada casa tan pintadita y tan chula que te vienen ganas de comprarla. 

Os recomiendo visitar Redes aunque sólo sea para poder decir que has estado en el pueblo donde Pedro Almodóvar rodó una de sus películas. Como dice mi marido, lo mejor de Julieta es Redes. Lástima que Almodóvar no hubiera hecho una Julieta más alegre. Redes merecía que hubieran rodado allí una película más alegre.

Mis vacaciones más caras



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Nunca olvidaré mi estancia en Laponia. No quería ir porque es un país muy frío, con mucha nieve. Fui porque mi chico iba a pasar por allí dos semanas y no era cuestión de dejarlo solo tanto tiempo. La lejanía acaba con los matrimonios. Por eso me sumé a su viaje de negocios que acabó en un viaje de placer. Regresamos de Laponia más enamorados. 

En Laponia aprendí a conducir una moto de nieve. Es mucho más fácil que conducir una moto de carretera. También es más segura. Si caes de la moto, caes sobre la nieve y no corres peligro de acabar con los huesos rotos. La nieve amortigua mucho las caídas. 

Estuvimos en Rovaniemi. Allí nos sumamos al Safari de Santa Claus con los socios de mi chico. Nos llevaron a través de un río helado hasta una casita lapona donde había un viejo vestido de Santa Claus. Hicimos un rito en torno a una chimenea. Yo no quería hacerlo. Mi chico me convenció porque sus socios estaban convencidos de que aquello les iba a proporcionar 12 horas de buena suerte. La buena suerte fue para mi chico: cerró el negocio y ganó una pasta. Nos valió, pues, hacer el rito con aquel viejo disfrazado de Santa Claus. 

Después de tanta Santa Claus nos fuimos para Kakslauttanen. Allí mi chico se animó a dirigir un trineo tirado pro perros husky. No creía que los canes le hicieran caso. Daba gusto como tiraban por el trineo bajo las órdenes de mi marido, un hombre que no tiene ninguna mano para los animales. Pasamos unas noches en un complejo de iglúes de hielo y cristal rodeados de pinos nevados. No sé ni como crecían los pinos. Debe ser que no les afecta la nieve. 

Después de tanta ruralidad lapona, pudimos pasar unos días en Helsinki. Lo necesitaba. Pude ir de compras mientras mi chico casi se deja la existencia en una pista de patinaje sobre hielo para impresionar a sus socios. Le costó un día de hospital. Nunca me hace caso. Por lo menos le sirvió para olvidarse de las pistas de patinaje sobre hielo al aire libre que hay en Helsinki. 

Os recomiendo visitar Lapona. Te lo pasarás bien, sobre todo si te gusta la nieve. No debes perderte la Casa de la Ópera en Helsinki. Cuando fuimos nosotros había un organista muy bueno.



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Me llamó la atención lo bien que funciona el transporte público en San Petersburgo, la segunda ciudad en población de Rusia. Nosotros fuimos hace cosa de un par de años y nos sorprendió. Sigue siendo una ciudad muy soviética en su organización racional, pero le notas un pasado de zares y princesas. 

Sólo pasamos dos días en esta ciudad de más de cinco millones de habitantes y otros tantos millones de habitantes en sus alrededores. Hubiéramos necesitado una semana entera como mínimo para disfrutarla. Menos mal que puedes ir andando a los sitios más turísticos, sobre todo si estás alojada en el centro como era mi caso. 

Estiramos el tiempo para visitar el Museo Hermitage, la catedral de San Isaac, el Palacio Stroganov y aún tuvimos tiempo para darnos un paseo en barcaza por los canales de los ríos Neva Y Moika. Fue un paseo muy romántico. Mi marido decía que no era como en Venecia. Tiene idealizada Venecia. Los canales en San Petersburgo están más limpios que los canales de Venecia. Yo volvería hoy mismo sólo para volver a subirme a aquella barcaza y surcar los canales con la cabeza apoyada en el hombro de mi chico. Estaba en la ciudad de los zares. Me sentí un poco una zarina aún en el trono de las Rusias. Soñar es gratis. 

No sé si hay muchos pobres en San Petersburgo, pero los restaurantes estaban llenos. Si no hacías reserva, no cogías mesa. Mi chico se las ingenió para hacer una reserva online. Tienen una página web en la que hay un listado de restaurantes para hacer las reservas. La comida rusa es rica. Yo dejé que el camarero eligiera por mí en el restaurante al que fuimos y fue un acierto. 

Os recomiendo visitar San Petersburgo. Debes probar su transporte público. En los buses y en el metro hay que hacer muchos transbordos. Mi chico decía que se perdía mucho tiempo. Por eso acabamos cogiendo taxis. No son caros.



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Nunca olvidaré el viaje que hice a Roma con mi tía abuela y con su hija. Fue inolvidable ir de iglesia en iglesia. Mi tía abuela es muy religiosa. Era su primer viaje a la ciudad eterna y se le hizo pequeño el Vaticano. Quería descubrir todas las iglesias. Casi quedé sin pies andando por la capital de Italia de iglesia en iglesia. 

San Juan de Beltrán, la basílica de San Pedro, San Lorenzo, Santa Cecilia... En una semana recorrimos todos los templos cristianos de Roma y asistimos a alguna misa para que mi tía se diera cuenta de que las misas son iguales en todos los sitios. Cambia el idioma, pero el cura dice lo mismo. Entramos en iglesias de todos tipos: más grandes, más pequeñas, con más ornamento en sus fachadas y en sus interiores, iglesias construidas con líneas clásicas. 

Mi tía no se hartaba de visitar iglesias. Yo estaba volviéndome tarumba con tanta iglesia. No sé como entre su hija y servidora la convencimos para que entrara en el palacio de Venecia, un palacio muy chulo que nos dio un respiro de tanto templo. Una vez que salimos del palacio de Venecia paseamos por las estrechas calles de Roma y encontramos el Panteón. Mi tía no se cansaba de andar. Tuvimos que seguirla por las calles enrevesadas de la ciudad que tiene más iglesias en todo el mundo mundial. La tía sacó su cámara de fotos de usar y tirar y empezó a sacar fotos cuando llegamos a la Piazza Navona. Es muy fan de la película Ángeles y Demonios que se rodó en esta plaza y quería tener unas cuantas fotos para su álbum de señora viajera. Nuestro paseo acabó en la Piazza de la Maddalena. Entramos en un bar y nos dimos un banquete de calamares. Estaban que te chupabas los dedos. Lo peor fue pagar. En Roma está todo por las nubes. Es mejor que te lleves unos bocadillos de casa para no arruinarte. 

Os recomiendo visitar Roma. Es una ciudad perfecta para hacer turismo religioso y no está mal para perderte por sus calles en un turismo de pareja enamorada que suspira por los tiempos del Imperio Romano. Mi favorito es el barrio del Trastevere. Me encanta pasear mezclada con los romanos. Hay una plaza bohemia, con restaurantes y galerías de arte y muchas tiendas. En el viaje con mi tía no fuimos por este barrio. La buena mujer nos marchó todos los días hasta el Vaticano a rezar. Su hija y yo nos entreteníamos haciendo compras en el mercadillo que hacen junto a la estación del tren Termini. Mi prima incluso aprovechó para vender unas pulseritas que hace para redondear sus ingresos. Es una chica muy apañada. Si vas a Roma tampoco debes perderte la isla Tiberina, es una isla muy mona que está en mitad del río Tiber, a la altura de la ciudad.

Mis vacaciones religiosas



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Si quieres ver la iglesia más antigua de las Islas Canarias, tienes que ir a Betancuria en Fuerteventura. Nosotros no sólo fuimos a ver su iglesia antigua sino que fuimos a hacer senderismo por el Parque rural de Betancuria. Nunca lo olvidaré porque nos dejamos una pasta en el servicio. Fuimos con mis cuñados y a mi cuñada le dio por ir al servicio varias veces. Le había hecho daño una comida. Pudo haber vomitado en uno de los caminos del parque. Se hubiera ahorrado 1 euro por cada entrada en los baños públicos. Me parece una tontería tener que pagar y más cuando los baños estaban lo sucios que estaban. Yo creo que la gente los dejaba tan sucios porque les cobraban 1 euro. 

Mis hijas quisieron hacerse fotos con unas estatuas de unos reyes que encontramos en nuestro camino. Se llamaban Guise y Ayose. me recordaron un poco al Quijote de Cervantes. Llevaban escudo y lanza. Eran unos reyes caballeros que no sé ni si existieron. Casi quiero creer que los inventaron para que los turistas se sacaran fotos con sus estatuas. 

Seguimos paseando por el pueblo y acabamos en el Museo de Arte Sacro de Betancuria. Mi cuñada no salía de dentro mirando aquellos santos, aquellas vírgenes y aquellos objetos religiosos. Casi le pido al personal del museo que le vendieran algo para poder sacarla de dentro. A mí me ponía nerviosa tanta religiosidad en objetos icónicos. 

Os recomiendo visitar Betancuria. En verano hay muchos turistas, sobre todo en el Mirador Corrales de Guize. Las vistas son maravillosas. Es donde están las estatuas de los reyes con sus cuatro metros y medio de altura. Eso sí, no vayas muy peinada porque hace un viento de los demonios. Yo estaba horrorizada con los vientos. Me agarré a mi chico desesperada porque pensaba que los vientos me llevaban volando para América. No ocurrió tal cosa. Pude regresar a mi casa para decir a mis conocidos que Betancuria es uno de los pueblos más bonitos de las Islas Canarias. La gente también es de lo mejor.



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Mallorca no es sólo sol y playa. Lo comprendes cuando visitas pueblos interiores como Montuiri, un pueblecito precioso que hace años era un productor de cereales y harinas. Hoy es un pueblo que todavía conserva una naturaleza en todo su esplendor pese a los muchos turistas españoles y extranjeros que lo visitan, sobre todo en verano. 

Yo estuve con mi marido y con mis hijas coincidiendo con unas fiestas de su patrón, San Bartolomeu. Hacían unos bailes folklóricos que llamaron mucho la atención a mis hijas. Mis niñas son como su abuela: ven un baile regional y no las apartas. Lo pasamos bien en este pueblo, recorriendo sus calles, sus alrededores, conociendo gente local. La gente de Montuiri es gente cálida, acogedora con el visitante. Saben que el turismo es su gallina de los huevos de oro. 

Montuiri tiene un clima perfecto para hacer senderismo. Mi marido quería ponerse a andar. Yo no estaba para andar. No llevaba calzado apropiado. Por eso el senderismo que hicimos fue en coche. 

Lo mejor de Montuiri, según mi chico, son sus fiestas. No debes perderte los cossiers de Montuïri. Sólo bailan en tres únicas ocasiones al año. Una es en verano. Tuvimos la suerte de que coincidió con su fiesta nuestra visita. Mi marido ya los había visto cuando era niño. Sus padres veraneaban en la zona cuando mi chico y sus hermanos eran niños. Regresar a Montuiri fue revivir sus recuerdos. Se sentía feliz. 

Yo también me sentí feliz descubriendo el pasado medieval de este pueblo. Conservan muchas construcciones de tiempos antiguos, por ejemplo los molinos. Con sólo ver el molinar de su casco histórico ya te das cuenta cómo se ganaban la vida los lugareños. Cultivaban cereales, los molían, conseguían harina y con la harina hacían panes y dulces. Es un acierto que conserven los molinos en pie, un gran reclamo para los turistas. 

Os recomiendo visitar Montuiri. Descubrirás una Mallorca distinta a la que nos venden en las agencias de viajes.

Mis vacaciones en un molino arrocero



Lindos Huéspedes en Pals, Girona, es un pequeño hotel rural de los que no olvidas. Mi marido lo eligió para pasar unos días con unos socios haciendo negocios lejos del mundanal ruido. Fue un acierto. Gracias a lo pintoresco del hotel y a su entorno lleno de naturaleza y tranquilidad cerró un negocio que no hubiera cerrado en su despacho. 

El hotel tiene por fuera un aspecto de masía catalana. Es un viejo molino arrocero que tiene muchos elementos arquitectónicos que recuerdan su pasado. Este hotel con mucho encanto está en el corazón del Alt Empordà. El edificio está en medio de un campo cuajado de fuentes susurrantes, juegos de luces y sobras que te hacen soñar con la Edad Media. Sus muros de color añil y los tabiques perlados parece que son una estampa de tiempos pasados bien conservados en sus piedras perfectamente restauradas. 

¿Y qué decir de las terrazas y jardines de color azul? Parece que estás en el entorno de un cuento gótico. Reconozco que de noche me daba algo de temor asomarme a la ventana de la habitación y ver la noche llenándolo todo de sombras que parecían fantasmas que se movían a su antojo. Los espacios comunes del Lindos Huéspedes en Pals, Girona, son preciosos. Para los espacios comunes eligieron una pintura color azafrán que les da mucha vidilla. El color blanco cobra protagonismo en las habitaciones. En nuestra habitación habían pintado de ocre la zona del fondo de la cama. Los cuartos de baño eran de gris perla. Los decoradores han jugado con los colores para resaltar el encanto de un viejo edificio adecuado a los tiempos modernos para que no eches en falta las comodidades que tienes en tu casa. 

Os recomiendo el Hotel Lindos Huéspedes en Pals, Girona. A nosotros nos dieron una habitación que tenía un pupitre de escuela colocado a modo de mesa de trabajo. Mi chico le sacó miles de fotos. Decía que era un toque sexy en la habitación. Su imaginación corre mucho. A mí no me hizo mucha gracia el pupitre. Pensé en los alumnos que lo habrían utilizado en un colegio, sufriendo por los exámenes y por los deberes. 

Poco salimos del hotel. Sólo fuimos andando con nuestros amigos hasta el Barrio del Pedró en Pals, un barrio medieval muy chulo.

Monday, July 15, 2019

Mis vacaciones de boda


Una amiga mía celebró su boda en el Cortijo Torre de la Reina en Guillena, Sevilla, un cortijo que está mejor por fuera y en sus estancias comunes que en las habitaciones. Los jardines son preciosos. Tiene un césped que parece césped artificial de lo bonito y tupido que está. Daba gusto sentarte en el campito.

Lo que me dio menos gusto fue mi habitación. Venía mi hermana y compartió habitación conmigo. Era una habitación con dos camitas como las camitas que teníamos en la habitación de la casa de mis padres. Fue como regresar a nuestra infancia. Lo que nos descolocaba era tanto cuadro con láminas que había en la pared. Teníamos una pared totalmente encuadrada. Yo descolgué todo. Me ponía de los nervios aquella pared.

Lo que me gustaban eran los jardines. Olían a jazmín. El jazmín era un olor que notabas con sólo abrir la ventana de tu cuarto. Sólo por el aroma de los jazmines que crecían en los jardines regresaría al Cortijo Torre de la Reina en Guillena, Sevilla. La habitación era lo de menos.

Los alones me parecieron solemnes, ricos en obras de arte y antigüedades. Había un bargeño ilustrado con ilustraciones de marfil que debía ser carísimo.

Os recomiendo El Cortijo Torre de la Reina en Guillena, Sevilla. Tiene habitaciones mejores que la mía. La amiga que se casaba había reservado una suite con vistas al jardín que me dio envidia. Desde la suite podían salir directamente para el jardín trasero. Era una suite mucho más luminosa que mi habitación. Creo que regresaré al Cortijo Torre de la Reina en Guillena, Sevilla, este verano con mi marido y mis hijas. Pero regresaré si mi chico abre la cartera y paga la suite. La suite te da mucha intimidad por su entrada directa al jardín, sin necesidad de andar entrando y saliendo por la puerta del hotel.

Mis vacaciones en Guadalmira Alta


El Hotel Barceló Marbella es el típico hotel de sol y playa familiar que te viene bien para unas vacaciones con niños. Nosotros fuimos con mis niñas porque las pobres están cansadas de ir a tanto pequeño hotel con encanto. La mayor me pidió unas vacaciones en un hotel con niños. Creo que acertamos. Mis dos princesas no salían de las piscinas del hotel llenas de críos y de adolescentes.

Yo aproveché para cuidarme un poco. Fui a la peluquería todos los días. En el interior del hotel había una peluquería que me dejó el pelo como el de una actriz de cine. No parecía mi pelo, casi siempre castigado por tintes y mucho sol. La peluquería era uno de los sitios más tranquilos de este hotel a tope de clientela. También es tranquila la urbanización Guadalmina Alta donde se encuentra. Se nota que vive por allí gente con dinero.

La habitación me pareció muy funcional. Era bastante grande. Tenía una zona de dormitorio y una zona de salita con muchos sillones rodeando una preciosa mesa blanca. El blanco roto era un color que se repetía en los cabeceros de las camas y en un largo escritorio donde había un televisor de plasma grande. No tuvimos peleas a la hora de hacernos hueco en el escritorio. Los suelos eran de baldosa casi cremita. Me gustaron. Unas baldosas siempre dan más sensación de limpieza que unos suelos de madera. Nuestra habitación tenía una pequeña terraza con vistas a la piscina. En el cuarto de baño había una bañera de otros tiempos casi y un plato de ducha que se veía que habían incorporado recientemente para quitar barreras arquitectónicas.

Os recomiendo el hotel. Es un hotel funcional, muy de vacaciones de playa y con un personal sensacional, sobre todo los chicos y chicas de las animaciones infantiles. Las niñas no se me aburrieron. Es un hotel que tiene muchas actividades pensadas para los más pequeños de la casa. No faltan los hinchables siempre llenos de críos que no paran de jugar.

Sunday, July 14, 2019

Mis vacaciones de verano



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Monemvasía es un pueblo inolvidable. No me imaginaba que en Grecia hubiera pueblos con tanta Historia y que fueran tan bonitos. Nosotros estuvimos en Monemvasía en un viaje de negocios. Fue un pueblo que nos sorprendió gratamente. No descartamos volver con las niñas, para que vean in situ la historia que hay en las calles de este pueblo griego amurallado. 

No sólo hay Historia en este pueblo. También hay geografía. Puedes tomar una clase de geografía contemplando como este bonito pueblo pudo haber sido una isla, pero que por un motivo desconocido quedó como un anexo de la península del Peloponeso, a la que está unido por una simple hilera de piedras. 

A mí me encantó Por eso os recomiendo visitar este poblado medieval, con murallas, ciudadela de la época veneciana, una antigua mezquita e iglesias bizantinas, muchas iglesias bizantinas. Mi marido las recorrió todas. Yo no podía seguirlo. Tuve que ir a descansar al hotel. 

Falta me hacía descansar después de recorrer toda la muralla. El pueblo está rodeada en tres de sus lados por una muralla fortificada con torres todavía en buen estado, que construyeron los venecianos en el siglo XVI. La muralla sube hasta el promontorio en el que sitúa la ciudadela, un lugar que no debes dejar de visitar. A la ciudadela accedes por una empinada escalera desde la ciudad. Es de época veneciana (siglo XVI) y domina totalmente la ciudad y el área circundante. En el centro del recinto quedan restos de viviendas. Me dieron pena. Es una pena que no las restauren en su totalidad para que viva la gente. Las casitas estaban alrededor de la iglesia de Santa Sofía, del siglo XIII y que conserva frescos de esa época en el nártex, la cúpula y el casquete del ábside. Se ve que la gente hizo siempre lo mismo: construir casas junto a los templos. La antigua mezquita me pareció bonita. Está en la plaza de la Mezquita y se construyó sobre una antigua iglesia dedicada a San Pedro. Nuestros antepasados reciclaban mucho en todas las altitudes.



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Mi chico eligió el Raeli Hotel Archimede para nuestro último viaje a la ciudad eterna porque es un hotel que tiene traslados al aeropuerto en autobús. Son unos traslados que van incluidos en el precio. Mi chico mira mucho de ahorrar cuando se pone en plan ahorro en nuestros viajes. El hotel no defrauda mucho, aunque está un poquito lejos de la calidad que encuentras en los hoteles españoles de cuatro estrellas. 

Me gustó el espejo de marco dorado que había sobre el cabecero de nuestra cama. De noche daba mucho juego si dejabas la cortina sin correr y las persianas sin bajar. Un mundo de sombras se proyectaban sobre el cristal de espejo y te hacían casi entrar en una pesadilla. El espejo sobre el cabecero de la cama era un elemento decorativo que estaba presente en todas las habitaciones, según me comentó la camarera de piso. 

La habitación que nos dieron era espaciosa, luminosa, con las paredes pintadas de color crema. Estuvimos cómodos. La habitación disponía de minibar bien surtido y baño privado con secador de pelo y artículos de aseo de marcas baratas. Era un hotel en el que no encontrabas lujos. Todo era muy apañado. El Archimede Hotel se encuentra en un edificio del siglo XIX totalmente reformado dentro de las líneas de la arquitectura primitiva del edificio. Los arquitectos que hicieron la reforma no le echaron mucha imaginación. Se limitaron a quitar barreras arquitectónicas con ascensores y a ordenar un pintado de paredes. 

Nos quedamos a desayunar en el hotel. Todas las mañanas se sirve un desayuno buffet en la sala de desayunos de la planta baja. Fue uno de los desayunos más concurridos a los que asistí. Mi chico decía que debía venir gente de fuera a desayunar. Lo parecía. El vestíbulo cuenta con muchos sofás cómodos para que te sientes allí a leer la prensa o simplemente a ver pasar el tiempo y la vida. Era lo que hacía yo cuando mi chico tenía asuntos de trabajo fuera del hotel. En los sillones del vestíbulo hice muchas amistades que se convirtieron en clientas para mi negocio de cremas de marca. 

Os recomiendo el Raeli Hotel Archimede en Roma, Italia, un hotel que se encuentra a sólo 150 metros de la estación de trenes Termini. Dispone de una zona con conexión de wifi gratis. Eche de menos no tener wi fi gratuita en mi habitación.



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Estuve con mi chico en el Hotel Egypt pyramids inn en un viaje que hicimos tanto por negocios como por placer y regresaría hoy mismo a este pequeño hotel por la amabilidad y el buen hacer de su personal. Deberían tomar nota los empleados de algunos hoteles españoles, sobre todo en la zona de costa mediterránea. El personal de Egypt pyramids inn hacía bien su trabajo y siempre con una sonrisa. Daba gusto estar en el hotel por lo bien que te trataban. 

Es el hotel perfecto para ir a ver las pirámides. El Egypt pyramids inn está en el distrito de Giza de El Cairo, a 200 metros de la Gran Esfinge, a 1,2 kilómetros de las Pirámides de Giza y a 14 kilómetros de la Torre de El Cairo. Yo aproveché para hacer turismo cultural con las mujeres de los socios de mi marido mientras los maridos hacían negocios. Me sentí como una primera dama recorriendo las ruinas de la Historia de la Humanidad Antigua con un guía que nos trataba como a princesas. Hasta fuimos a una mezquita famosa un poco más lejos. Me refiero a la mezquita de Ibn Tulun. Después de ver la mezquita, nos dirigimos al Museo Egipcio y acabamos de hacer turismo, muertas de calor, en la plaza Tahrir. Me negué a hacer más salidas. En el hotel estaba como en el oasis del mundo. El hotel tiene unas preciosas vistas a la ciudad, una terraza muy chula y conexión wi fi gratuita. Puedes trabajar desde tu habitación con el ordenador como si estuvieras en tu casa o en tu oficina. 

Calor no pasamos dentro del hotel. Todas las habitaciones están equipadas con aire acondicionado, y falta hace. Allí te mueres de calor. Yo estaba tan bien dentro del hotel que no quería salir. Pasé mucho tiempo mirando cadenas locales en la TV de pantalla plana con canales vía satélite. También me vino bien la nevera y el hervidor de agua para preparar las tilas que me llevé de España. El té no me gusta mucho. Nuestra habitación tenía baño privado con bañera de hidromasaje. Me vino muy bien para tomar baños relajantes. 

El Egypt Pyramids inn sirve un desayuno buffet en el que no falta gran cantidad de fruta. Tenían unas manzanas que sabía igual que las que tenemos nosotros en nuestra casa de campo. Parecían las mismas. 

Os recomiendo este hotel. Es perfecto. Mi marido se quejaba de que el aeropuerto quedaba lejos. No era para tanto. El aeropuerto más cercano es el aeropuerto internacional de El Cairo, a 34 kilómetros del alojamiento. Fue el que usamos nosotros para llegar y para marchar.

Mis vacaciones de invierno



Este invierno fuimos a esquiar a Francia y nos alojamos en el Brit Hotel Confort Foix, un hotel próximo a las estaciones de esquí de la zona y que también te queda bien si te aburres de lo que hay por allí y quieres acercarte a Andorra. Mi marido y yo fuimos un día a Andorra. Sólo son 70 kilómetros. 

El hotel es muy sencillito. No se le puede pedir más a un hotel de sólo dos estrellas. Yo esperaba algo peor. Pero no estaba mal dentro de la línea de hoteles baratos a la que pertenece. Es un hotel pintado con alegres colores rojos, amarillos y cremas vistosos tanto por dentro como por fuera. La pintura le da un toque característico que lo hace inolvidable. 

Nos dieron una habitación bastante amplia con camas para aburrir. En total había cuatro y nos preguntaron si queríamos una quinta cama. La habitación era muy familiar. Las vistas también eran maravillosas. Te asomabas a la ventana y te dabas cuenta de que estabas a los pies de los Pirineos mirando aquellas montañas que invitaban a dar un paseo de escalada. 

Os recomiendo el Brit Hotel Confort Foix, un hotel una ubicación ideal para explorar la región de Ariège. Nosotros hicimos mucho turismo de coche. Mi chico llevaba el todoterreno, un coche muy apropiado para aquellas carreteras. El hotel está en un lugar tranquilo para los turistas que viajen por la región de Mediodía-Pirineos. Yo no esperaba encontrar tanta tranquilidad porque a unos treinta kilómetros tienes las estaciones de esquí y estábamos en temporada de nieve. 

No descarto volver a este hotel. Es un hotel con wi fi gratuita y parking gratuito. Estas pequeñas cosas siempre son bien recibidas por el presupuesto familiar. Yo he descartado más de un hotel por una wi fi de pago. No me gusta pagar extras. 

La única desventaja que encontré en este hotel fueron los suelos de moqueta. La moqueta siempre me da sensación de suciedad por muy limpia que la tengan. Deberían quitarla y poner baldosas. Un suelo de baldosas es más higiénico.

Wednesday, July 03, 2019

Mis vacaciones en la Siberia extremeña


La Siberia extremeña ha sido reconocida como una reserva de la Biosfera, un reconocimiento merecido por las peculiaridades de la zona. Esta Siberia extremeña está en el noroeste de la provincia de Badajoz. Es una comarca poco conocida por los turistas masivos.

La primera vez que fui a esta comarca de la provincia de Badajoz fue a una cacería. Ni salí del coche. Estaba horrorizada con la caza, pero los negocios son negocios y mi chico iba a hacer negocios con los cazadores ricos y yo tenía que hacer negocios con las mujeres de los cazadores. Lo mejor fue que hacía buen tiempo y pudimos ir a darnos un chapuzón al embalse de Cijara, un sitio apartado del mundanal ruido. También está apartado del mundanal ruido el Embalse de García de Sola. La Siberia extremeña es zona de embalses, de esos embalses que se construyeron durante la dictadura franquista para que la gente no muriera de sed en la España seca.

Por la Siberia extremeña pasa el río Guadiana. Hay mucha costa dulce, como dice mi chico. Ríos por todas partes. Grandes campos. Muchos terrenos sin casas ni vida aparente. Es una Siberia española olvidada. En eso radica su encanto: sabes que vas a estar apartada del mundanal ruido. Allí no te busca nadie. En el sur tienes grandes llanuras. En el norte toman protagonismo las montañas.

Os recomiendo visitarla. Ahora que es reserva de la biosfera tienes un motivo más para hacer un viaje por aquellas tierras caracterizadas por los embalses y los kilómetros de ríos. Nosotros paramos en Navalvillar de Pela, una localidad conocida por su famosa Carrera de San Antón, que se celebra cada 16 de enero de cada año. Fue una pena que no coincidiéramos con la fiesta.

Al norte de Navalvillar de Pela está el Parque Periurbano Moheda Alta, representativo de la dehesa extremeña. Fuimos a verlo, pero no paramos mucho porque a mí me agobiaba tanto silencio roto por los cantos de los pajaritos. Las aves siempre me ponen nerviosa. Durante los meses de invierno es un sitio perfecto para la observación de las grullas. Mi chico las miraba embelesado. A mí me parecían feísimas. El parque cuenta con un centro de interpretación y varias torres de observación donde puedes ver las aves, si ese es tu pasatiempo favorito en el campo.

Nosotros acabamos nuestra visita a la Siberia extremeña en las Casas de Don Pedro, un bonito pueblo donde vale la pena acercarse hasta la iglesia parroquial San Pedro Apóstol, de finales del siglo XIV y reformada posteriormente en el siglo XVI-XVII, o recorrer las diferentes ermitas de la localidad. Es un pueblo de iglesias.

Espero volver pronto. Mi madre vio las fotos y quiere que la llevemos a ver aquellas tierras. Ya veremos. Tenemos otras excursiones pendientes con amigos. Tal vez en invierno regresemos.

Tuesday, July 02, 2019

Mis vacaciones más reales



Mi chico me prometió unas vacaciones austeras y realmente lo consiguió porque en el Hotel Santa María de El Paular en Rascafría, Madrid, no encuentras otra cosa que austeridad. Casi no quieres creer que está en lo que fueron los aposentos del rey Enrique II de Trastámara. El rey susodicho no vivía con lujos. Mi chico decía que la ausencia de lujos arquitectónicos se explicaba porque al lado está el monasterio benedectino de El Paular. Es decir, por allí la gente pensaba más en las bellezas del mundo celestial que en las comodidades posibles en el mundo terrenal. 

Aún así este pequeño hotel rural se llena todos los fines de semana de políticos y hombres de negocios importantes. Vimos alguna cara conocida paseando por los jardines. Pero allí la gente es muy discreta. Nadie le pide autógrafos a los famosos del poder que se apartan del mundanal ruido de Madrid ciudad si alejarse mucho de la capital de España. 

Yo no quedé muy contenta con los días que pasamos de recogimiento monacal. Mi marido quería pasar una semana completa. Le dije que ni hablar. Con tres días tenía recogimiento monacal para toda mi vida. Regresaba a casa con mis hijas al tercer día como hice. 

El recogimiento monacal inspiraba más a mi chico que a servidora. Nada más entrar por un arco porticado ya me vinieron ganas de marchar. El patio interior de estilo castellano me ponía de los nervios. Mi marido paseaba leyendo el periódico. Ni un monje hubiera hecho otro tanto. 

La habitación tampoco fue de mi gusto. Me parecía mentira que políticos y ejecutivos de altos vuelos pagaran por estar en un cuarto que más bien parecía una habitación de una prisión del siglo pasado. Era una habitación, sobria, con tapizados de cuero y unas vistas a las montañas del Guadarrama que te ponían ganas de marchar a hacer senderismo o hacer algo que te pusiera la cabeza lejos de los recuerdos medievales. 

Es fácil de encontrar este hotel que ni os recomiendo ni os dejo de recomendar. Llegas por la carretera de Navacerrada a Rascafría sin perderte. Junto al río Lozoya está el Hotel Santa María de El Paular en Rascafría, Madrid. Disfrutarás de un gran silencio.

Monday, July 01, 2019

Mis vacaciones en el Pazo de Meirás



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La Ruta Costa Doce en Sada, La Coruña, tiene dos alternativas, es decir, dos caminos. Los hicimos mi chico y yo un día que nos pusimos a andar como peregrinos. 

Me gustó más la ruta que va por Soñeiro y la Costa de Carnoedo que la ruta de la Playa de As Delicias, Agra das Arcas. La primera trascurre por el concello de Sada. Vas andando por pistas asfaltadas y también por senderos de tierra desde la parroquia de Carnoedo hasta la parroquia de Soñeiro. Son 8,7 kilómetros. Los anduvimos en dos horas miradas pro reloj. Yo no creía que hubiera andado tan rápido. Mi chico tampoco. Siempre me acusa de ir a paso de tortuga. Durante todo ese trayecto vimos arquitectura tradicional y lavaderos en los que ya no lava nadie. Alguno daba pena. Deberían cuidarlos y usarlos. Los lavados en la lavadora de casa salen caros. Yo, si tuviera tiempo, lavaría toda la ropa a mano en uno de esos lavaderos en los que no gastas agua porque la agua procede del río. Al final de la ruta llegamos al famoso Pazo de Meirás. Me hubiera gustado verlo por dentro, pero no era día de visita. Además, las visitas las dan con mucho rollito. Hay que pedirlas por correo electrónico. El pazo de Meirás fue la casa de la famosa escritora Emilia Pardo Bazán. También fue el pazo gallego de Franco. 

Hecha la primera alternativa de la Ruta Costa Doce en Sada, La Coruña, nos atrevimos con la segunda alternativa, la de la Playa de As Delicias, Agra das Arcas. Una alternativa de 15,6 kilómetros que hicimos en un segundo día. Me dejó más cansada que la primera alternativa. Emepezamos a andar en la parroquia de O Castro, cerca de la fábrica de cerámicas de Sargadelos. Pasamos por regatos, ríos hasta Sada, una villa con arquitectura modernista. Yo ya conocía el edificio de A Terraza. Mi marido también. Es un edifico que está situado en la misma playa de Sada. Es precioso. La ruta va por el paseo marítimo y acaba en las ruinas del castillo de Fontán. 

Os recomiendo hacer la Ruta Costa Doce en Sada, La Coruña, sobre todo la alternativa que termina en el Pazo de Meirás. Aunque no lo puedas ver por dentro, lo puedes ver por fuera. Siempre me pareció muy bonito.



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Este año fuimos a Elche de la Sierra a ver las alfombras de serrín que hacen para celebrar el Corpus ahora en junio. Son alfombras fabulosas. Yo había visto fotos, pero son más bonitas verlas delante de ti. Llevan un trabajo increíble. Están horas y horas haciendo las escenas religiosa que recrean las alfombras que amanecen el domingo en un amanecer inolvidable. 

Elche de la Sierra es más que sus fiestas del Corpus, por supuesto. Estuvimos haciendo turismo de edificios religiosos y de edificios no religiosos. El pasado romano de esta localidad castellano manchega se ve en alguna ruina que tienen bastante bien conservada para enseñar a los turistas. Fuimos a ver la iglesia de Santa Quiteria, un gran edificio neoclásico construido en el siglo XVIII. Mi chico entró con las niñas. Yo no entré porque las iglesias por dentro suelen depremirme con sus Cristos difuntos en sus cruces. Ma´s que la iglesia de Santa Quiteria me gustó la Casa Consistorial, que fue construida a principios del siglo XIX. Es una arquitectura más próxima a nuestros días y a los gustos de la moda arquitectónica libre de ornamentos superfluos. Mi marido me convenció para salir del caso urbano de esta bonita localidad de Albacete. Fuimos hasta los bellos parajes naturales que nos ofrecen los cañones del río Segura en un ambiente silencioso. Sólo se escuchaban los cantos de los pajaritos. 

Os recomiendo visitar Elche de la Sierra en Albacete. A mis hijas lo que les llamó más la atención fue el lavadero municipal. Está en el barrio de "La Puentecilla". Este lavadero fue restaurado en torno al año 2010. Es bastante grande. Cuenta con 75 zonas de lavado realizadas en granito y dos caños de agua proveniente de "La Poza", manantial natural da la localidad. A mis hijas les parecía enorme. Lo comparaba con los lavaderos que se ven en las aldeas de Galicia y les parecía enorme. No era tan grande teniendo en cuenta que en aquellos lejanos tiempos no había lavadora y las mujeres (los hombres no lavaban nada) tenían que lavar todo a mano.



3

Salou es una localidad de Tarragona en la que he pasado muchos veranos cuando era pequeña. Tenía una tía que vivía allí mientras estuvo casada con su primer marido. Salou es famosa por sus playas y calas cautivadoras. Encuentras pequeñas calas perfectas para pasar una tarde en pareja mientras te doras con el sol de agosto. Pero es mejor ir en junio. En julio y en agosto te derrites con la calor. 

Mis hijas siempre quieren ir a las Playas de Levante y Poniente. Les van las multitudes. Estas dos playas son las más famosas y concurridas de Salou. Yo prefiero las pequeñas calas rocosas donde puede que estés tú sola con tu familia con un poco de suerte. La última vez que estuvimos por allí mi chico alquiló un pequeño barquito para navegar. Lo hace mucha gente. Mi marido también aprovechó para practicar el golf. En Salou hay campos de golf fantásticos. 

Os recomiendo visitar Salou. No debes perderte su magnífico paseo marítimo Jaime I, el verdadero epicentro de la ciudad. Nosotros siempre vamos por esa zona. El paseo se extiende a lo largo de un largo kilómetro salpicado de grandes palmeras y rodeado de zonas verdes ajardinadas, parques infantiles y multitud de fuentes que dan sensación de frescura cuando la calor aprieta. 

A mi marido también le gusta mucho el puerto de Salou. Justo enfrente encontramos las impresionantes casas históricas de mediados del siglo XIX. Los ricos vivían de maravilla mientras los pobres vivían en casas muy humildes. Igual que ahora. Por el paseo marítimo hay que tener cuidado con las bicicletas. Mi cuñada el verano pasado tuvo un accidente con una señora que iba en bicicleta. No fue nada, pero se llevó un buen susto y un hematoma horrible en una pierna. 

Salou es el pueblo de las fuentes, las palmeras, las playas y las calas rocosas. En verano se multiplica la población con los turistas. Sin turistas los habitantes quedan en menos de 30.000 habitantes.

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