La Miss Culta de compras en Almería

Mi marido eligió el Tryp Indalo Almería Hotel porque está a dos kilómetros del centro de Almería. Pensó que un par de kilómetros me alejarían de las tiendas y de mi ocio de compras. Se equivocó. El hotel está muy bien comunicado por transporte público con el centro de la ciudad y los alrededores. 

Es un hotel perfecto para ir de compras si tienes coche. Si no lo tienes, puedes acercarte a un centro comercial que queda cerca. El Tryp Indalo Almería Hotel se encuentra a 10 minutos a pie del centro comercial Mediterráneo, en Almería, un centro comercial donde encuentras de todo. Mi marido casi no salió del hotel. Iba a la playa, a la piscina, al bar que estaba abierto 24 horas y poco más hizo. 

Las habitaciones son luminosas e incluyen aire acondicionado, televisor vía satélite y conexión a internet por cable gratuita. La conexión de nuestra habitación iba rápida como una moto. Era una habitación amplia, decorada en tonos claros, con suelos de madera. Tenía una tarima de madera clarita que me gustó mucho, aunque yo prefiero las baldosas en los suelos, tanto en mi casa como en los hoteles. 

Las habitaciones disponen además de caja fuerte, minibar y baño privado con secador de pelo y toallas abundantes y limpias. Las toallas te las cambian todos los días, lo mismo que las sábanas de las camas. Yo me fijo mucho en esas cosas. 

Fuimos todas las mañanas a disfrutar del desayuno bufé, con cocina a la vista. No me gusta ver la cocina. Mi chico, en cambio, se lo pasa muy bien mirando para los cocineros. Lo que le gusto mucho también fue el bar del hotel. El hotel alberga un bar con solárium y televisor de pantalla grande, donde se retransmiten eventos deportivos. Cuando había fútbol estaba hasta los topes. 

El Tryp Indalo Almería Hotel está a 15 minutos a pie de la estación de tren de Almería y a unos 2 km del centro de la ciudad. La playa del Zapillo y el aeropuerto de Almería se encuentran a 10 minutos en coche. En el hotel hay aparcamiento privado.

Vacaciones de Miss Culta

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No hay nada mejor que una casa rural cuando quieres pasar unas vacaciones tranquilas con la familia o hacer alguna celebración familiar. Nosotros fuimos a La Quinta Del Chocolatero para celebrar la jubilación de mi suegro. Es una casa rural que ocupa una antigua fábrica de chocolate rodeada de jardines preciosos en la reserva natural de la Sierra de Gredos, en plena naturaleza. Está dividida con apartamentos. Los hay mejores y los hay con menos comodidades. Nosotros cogimos dos de los que tienen bañera de hidromasaje. 

Los apartamentos están distribuidos en torno a un patio central y cuentan con paredesvila: esas paredes de piedra vista que a mí no me gustan mucho. Menos me gustan los techos con vigas, pero reconozco que le dan un aire muy rústico a las casas. Esta casa rural tenía vigas de madera por todas partes. El salón con sofás, chimenea, televisor y reproductor de DVD fue donde más tiempo pasamos. Era invierno y hacía un frío que te morías. La cocina estaba equipada con microondas, lavavajillas y lavadora. Aprecié mucho la lavadora. Nos vino de cine para lavar la ropa. 

Poco salimos. Sólo fuimos una tarde hasta el pueblecito que te queda más cerca. A 3 kilómetros de los apartamentos está El Barco de Ávila, donde encontramos bares, restaurantes y supermercados. Yo aproveché para hacer la compra. Nos habíamos quedado casi sin comida de la que llevamos de casa. La Quinta Del Chocolatero también cuenta con zona de barbacoa donde hicimos la churrascada para toda la familia con carne que compramos en el pueblo. 

Yo poco salí de la casa, pero mi chico sí salió con las niñas y con sus padres. Hizo mucho deporte. La zona de los alrededores de la casa rural es ideal para practicar actividades al aire libre. Mi chico quería ir a esquiar, pero su madre no le dejó. Estaba de los nervios pensando que le podía pasar algo. La estación de esquí La Covatilla se encuentra a unos 23 kilómetros de los apartamentos. 

Os recomiendo los apartamentos de La Quinta del Chocolatero. Son perfectos para pasar unas vacaciones, sobre todo en el invierno cuando apetece más una casa rural. Yo en verano soy muy de playa.

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Lo pasamos en las Migjorn Ibiza Suites & Spa como en el paraíso. Yo volvería hoy mismo a estos apartamentos que están en mitad de un jardín muy cuidado y tienen la playa a unos 150 metros. Son apartamentos de estilo ibicenco con decoración moderna y con más comodidades de las que tengo yo en mi casa. 

Fui con mi marido, mis hijas y mis cuñados. Queríamos pasar unas vacaciones en familia con todos los lujos. Lo conseguimos. Hacía una calor horrible, pero dentro estabas muy bien gracias al aire acondicionado. Mi cuñada se encargó de la zona de cocina. Quería deleitarnos con sus exquisiteces y la dejé hacer. Me encanta que me hagan la comida. Tener una cuñada cocinillas es como tener una cocinera gratis. Mientras mi cuñada cocinaba disfruté una amplia zona de estar con televisor vía satélite. Mis hijas miraban la tele y yo leía la prensa. 

En este complejo hotelero no te aburres. Por eso os lo recomiendo. Tiene un spa, un gimnasio que no estaba muy concurrido cuando estuvimos nosotros y una bañera de hidromasaje que pueden utilizarse por un suplemento y debería ser gratis. Yo pasé de la bañera hidromasaje. Hay suplementos que me parecen un atraco a mi bolsillo y no los pago. 

Pasé mi tiempo entre la playa y las piscinas. Este complejo dispone de cuatro piscinas, dos de ellas para niños. Falta hacen porque hay muchas familias con niños. Los críos están mucho mejor en su piscina, nada de andar revueltos con los adultos. También hay un parque infantil. Mis hijas se aburrieron pronto del parque infantil. Son como sirenitas: ven una piscina y corren a meterse en el agua. 

Estos apartamentos son muy fáciles de encontrar. Están en el corazón de la famosa localidad de Playa d'en Bossa. Es una zona muy turística. El mayor parque acuático de Ibiza está cerca. Mi marido llevó a las niñas y a sus sobrinos. El complejo está bien comunicado con el aeropuerto y la ciudad de Ibiza, donde se sitúan las famosas discotecas Pacha y Space, a las que fuimos una noche. Pacha es la discoteca de mis veranos adolescentes en Ibiza.

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La Miss Culta en la Ciudad de los Diamantes

Estuve la semana pasada en Amberes para comprar unos diamantes para una joyería que abrió mi hermana y quedé a cuadros. Venden diamantes preciosos. Lo que no me gustó nada fue encontrar en los escaparates de muchas tiendas carteles invitando a no entrar si no ibas a comprar. Se ve que son muy capitalistas.

La ciudad me apreció muy medieval. Los edificios son estrechos porque antiguamente pagaban impuestos según los metros de fachada que tuviera la casa. En el tejado hay una figura de un perro, un barco o cualquier otra cosa porque antiguamente las calles de Amberes no tenían nombres. La gente decía su domicilio haciendo referencia a la figura con la que culminaba su fachada.

Amberes es una ciudad llena de turista. Por algo es la segunda ciudad más poblada del país. Encuentras muchos españoles por las calles. Amberes sigue siendo una ciudad muy comercial. Eso no quiere decir que le falten templos, al contrario. Mi hermana quiso acercarse a la Catedral de Amberes. No crucé su puerta. me sobró con verle la fachada. Me interesaban más las tiendas. No solo entré en las joyerías sino que me acerque a las tiendas de marca. me pueden las marcas.

Mi hermana estaba empeñada en hacer turismo cultural. Me arrastró hasta la Casa de Rubens. Le encantan las pinturas de este pintor conocido por pintar a las mujeres sobradas de kilos. El Castillo de Amberes me gustó más. Tiene unos exteriores que te traen a la cabeza las guerras de la Edad Media. Yo miraba a mi alrededor a ver si venían las tropas enemigas. Es tal cual los castillos que aparecen en las películas ambientadas en la Edad Media. Acabamos nuestro paseo en una plaza que hay junto a la catedral. Se llama Groenplaats. Es una plaza muy animada. Parece que todo el ambientillo de Amberes se concentra en Groenplaats, sobre todo los turistas que intentan tomar una copa o una cerveza.

Mis vacaciones de viuda

Me vino bien alojarme en el Hotel Ibis Girona para andar un poco. El centro de esta bella ciudad catalana me quedaba a unos 15 minutos de caminata desde la puerta del hotel. Aprovechando que estaba sola, en viaje de negocios, pude dar las caminatas sin prisas y sin pausas. El Ibis Girona cuenta con aparcamiento gratuito, lo cual me vino muy bien para dejar mi coche. Había llegado a Girona conduciendo mi propio automóvil. También me vino bien que estuviera el bar abierto las 24 horas. Me gusta tomar el café antes de acostarme. Puede bajar a las doce de la noche a tomar el café en el bar. Este hotel te viene muy bien para ir al hospital. Está a solo 250 metros del hospital Josep Trueta y a kilómetro y medio del centro histórico de Girona. Yo me ponía en el centro en unos 15 minutos. 

La decoración del hotel es discreta, funcional. Las zonas comunes del Hotel Girona Ibis están decoradas con colores alegres y tienen mucha luz natural que evita la molesta luz artificial. me dieron una habitación pobretona, como llama mi padre a estas habitaciones de paredes pintadas de blanco desnudas, muebles de Ikea y suelos de tarima de madera a juego con el color de la cama. nada lujos había en mi cuarto. Todas las habitaciones de este hotel son funcionales y disponen de aire acondicionado, televisor vía satélite con pantalla plana y un baño con secador de pelo que no es gran cosa, al menos el que me dejaron a mí. En la planta baja hay un ordenador con conexión a internet gratuita. Yo no lo probé porque estaba siempre ocupada. Acabé en un ciber para evitar lo mucho que cobraban por conectarte a la Red de Redes desde la habitación. 

No os recomiendo ni os dejo de recomendar este hotel. La gran desventaja que le encontré fue que no tuviera conexión wi fi gratuita en las habitaciones.

Mis vacaciones de it girl joven

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Estuve en el Jack's Hotel con mis hijas porque es un hotel que está en el centro de París. Cuando voy con mi marido no me importa alojarme en las afueras, pero sola o con las niñas prefiero hoteles céntricos, sobre todo en la capital del país vecino, una ciudad bastante caótica para mí. 

Nos dieron una habitación coqueta de la que cambiaría sólo un techo que no fuera techo de oficina y desplazaría los tabiques hacia las habitaciones vecinas para tener más espacio. Aún así estuvimos cómodas. En el cuarto de baño nos dejaron un montón de toallas blancas y nuevas. No tuve que andar pidiendo toallas, como me pasa en algunos hoteles. 

Este hotel tiene la gran ventaja de disponer de servicio de canguro. Pude hacer mis reuniones de negocios sin preocuparme por las niñas. Sabía que quedaban en manos de una canguro profesional mientras yo trabajaba. También dispuse de una buena conexión wi fi gratuita. 

Este hotel merecería una estrella más. Me encantó el salón del desayuno. Tenía las paredes decoradas con grandes cuadros llenos de colores primaverales. A mis hijas también le gustaron mucho las láminas de flores naranjas enmarcadas que adornaban las paredes. Comieron un desayuno de mucha bollería y zumos que parecían naturales, aunque dudo que lo fueran, sin protestar. 

Os recomiendo el Jack's Hotel, un hotel en el centro de París que tendría que mejorar alguna cosa como, por ejemplo, la ubicación de las cajas fuertes. En vez de estar en las habitaciones están en recepción. Lo que es inmejorable es la ubicación. Yo llevé a las niñas a pasear por los Jardines de Luxemburgo que te quedan casi al lado. También nos acercamos a la Universidad de la Sorbona aprovechando que servidora asistía a un seminario en esta famosa universidad francesa. La canguro del hotel se ofreció a venir con nosotras a cambio de un pago extra. Era una chica maravillosa.

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La selva de Doramas hace siglos debió de ser grandiosa. Lo pensé haciendo la Ruta de los Tilos de Moya en Gran Canaria con mi chico y unos amigos. Es una ruta que tiene poco que andar. Son dos kilómetros para andar. Nosotros los hicimos en una hora sin apurarnos. 

La selva de Doramas tuvo hace siglos un habitante muy peculiar: el tal Doramas, un hombre que quería una Gran Canaria independiente. No fue posible su sueño. Este hombre que vivió al Norte de Gran Canaria, en la selva, quedó en el recuerdo histórico de la isla y nada más. 

Nosotros partimos del centro de interpretación. Allí nos empapamos de datos históricos, de informaciones sobre la fauna, la flora, el camino en sí. Una vez informados, salimos a andar por medio de un bosque frondoso que recuerda la selva. Casi parece más que estás en un trozo del Amazonas que en Canarias. 

Mi marido fue todo el camino quejándose de lo pequeña que era el parking. Estaba en plan quejica. Yo creo que tenía miedo de que rayaran su coche alquilado. Se preocupa hasta por los coches alquilados. Yo me centré en andar por un camino perfectamente señalizado. No te perdías. Además, tuvimos la suerte de hacer la ruta un día que hacía buen tiempo y que había muchos turistas. Prefiero andar rodeada de gente. la soledad del campo me pone nerviosa. 

La ruta es apta para todos los públicos. Pueden hacerla los niños. Hay barandillas para que no caigan por el barranco del Luarel. Lo que sí te recomiendan es no hacerla cuando llueve. Puede haber desprendimientos y darte un susto. 

El bosque es una repoblación reciente. Lo tuvieron cerrado hasta que crecieron los árboles. Nos contaron en el centro de interpretación que la ruta fue abierta el año 2005. No descarto volver a hacer esta ruta con mis hijas. Hay zonas de sombra donde nos podríamos parar a merendar con las niñas.

Mis vacaciones más animadas

Cuando llevo a las niñas de vacaciones siempre busco un hotel con una buena animación para los más pequeños de la casa. No aguanto a mis hijas aburridas. Quiero verlas felices. En el Puerto Antilla Grand Hotel las vi dichosas. Se lo pasaron pipa con la animación que organizaba el hotel para los niños y para las niñas. También nosotros nos lo pasamos bien con las actividades de animación para adultos. Yo andaba algo baja de moral y me vine arriba. La animación del Puerto Antilla Grand Hotel consiguió lo que no consigue mi psicólogo: darme alegría. 

El Puerto Antilla Grand Hotel es un hotel con salida directa a la playa. Esto es perfecto para ahorrarte viajes en coche. Valoro mucho los hoteles a pie de playa cuando llevo a las niñas. A mi chico le da igual porque le gusta conducir, pero a mí no. Donde haya un hotel a pie de playa tan limpio como el Puerto Antilla Grand Hotel que me quiten los hoteles tranquilos del interior. 

Tranquilidad en este hotel no hay mucha. Todo es bullicio. Es un hotel que se llena hasta los topes de familias con niños. Pese a tener tanto niño, te encuentras las habitaciones sin destrozos. La nuestra era grande, con una terracita y vistas al mar. Me gustó su decoración en tonos pastel. 

No descarto volver este año. Seguro que cogemos una Junior suite con vistas al mar como la del pasado verano. Tienes mucho espacio para una familia de cuatro miembros, es decir, dos adultos y dos niñas de corta edad. Otro motivo para volver es la amabilidad del personal. Son muy atentos, sobre todo con los niños. Sólo por eso ya os recomiendo este hotel. 

El desayuno me pareció muy inglés. había de todo, pero sobre todo no faltaban el bacon y los huevos. Mi chico se apuntó al desayuno fuerte. Yo me apunté al desayuno de bollería mientras mis hijas se animaban con un desayuno sano a base de frutas y zumos. Desde que en el colegio le inculcaron en sus cabecitas los desayunos sanos frutales no quieren otra cosa.

Mis vacaciones de princesita

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Madridejos es el municipio de Toledo en el que se celebran las jornadas del azafrán a finales de octubre. Mi suegra está convencida de los beneficios de este condimento de muchas comidas y nos llevó a estas jornadas. Fue mi marido quien la acompañó. Yo me dediqué a hacer turismo con mis niñas por Madridejos y los alrededores. 

Es un pueblo tranquilo. Sus alrededores todavía son más tranquilos. Se nota que está en plena Sierra de Valdehierro, una zona de caza y de poco más. Nosotras fuimos hasta el parque de la Caridad y entramos en su ermita, un templo muy sencillo. Después seguimos hasta el edificio Garcilaso de la Vega. Les expliqué a las niñas quien era el famoso poeta y continuamos hasta la Iglesia del Divino Salvador. 

Eso fue por la mañana. Por la tarde mi suegra quería llevarnos a la iglesia de San Francisco. Le habían dicho que rezaban el rosario y quería sumarse a los rezos y sumarnos. Me negué rotunda. A lo que me negué fue a cenar en el Restaurante Florida. No me apetecía regresar si una buena cena. El local estaba a tope de gente. Encontramos una mesa de puro milagro. Con lo de las jornadas del azafrán Madridejos se había llenado hasta los topes. Me comentó un señor que ni por las fiestas patronales había tanta gente. No me extraña que las fiestas de San Sebastián anden un poco faltas de concurrencia porque se celebran el 20 de enero. En el mes de enero una no anda para muchas fiestas con el frío que hace. 

Os recomiendo visitar Madridejos, un pueblo que podría tener más visitantes si hubiera conservado sus molinos. El único molino de viento que tienen en pie es el Molino del tío Genaro. Hay que ir a verlo. A mis hijas les hizo mucha gracia. Pensaba que los molinos de viento eran un invento de Cervantes en El Quijote.

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Conocí Guarromán antes de ir a visitar este municipio de la provincia de Jaén famoso por su nombre. Así fue como yo conocí de la existencia de este bonito pueblo andaluz: una amiga, obsesionada, con los pueblos de nombres peculiares, me habló de Guarromán. Lo que no me digo mi amiga es que Guarromán es un pueblo tan bonito. 

Es fácil de encontrar Guarromán. Se encuentra en la autovía de Andalucía, cerca de Sierra Morena. Es un pueblo que data del reinado de Carlos III. En aquellos años fue una zona repoblada con población que llegó del centro de Europa. Hoy Guarromán no se diferencia mucho de otros pueblos andaluces. Calles blancas, tranquilidad y los riquísimos hojaldres que hicieron las delicias de mis hijas. Para mi gusto los hojaldres de Guarromán están sobrados de azúcar. No le perdonan ni una capa generosa de azúcar sobre lo que es el pastel. 

La comarca de Guarromán es bonita, con muchos olivos y muchas costumbres rurales. Se nota que es un pueblo de Sierra Morena. Es un pueblo con lugares sorprendentes, restaurantes donde se come bien y pastelerías que ofrecen en sus escaparates los famosos hojaldres de Guarromán. 

No tienen complejo sus habitantes por el nombre que algunos consideran feo. Las autoridades intentan sacarle partido al nombre con una Asociación de Pueblos de Nombres Feos. Yo no lo hubiera hecho. Gurromán no suena tan mal. Si lo piensas un poco te recuerda a superman. Peor hubiera sido si el pueblo se llamara Guarro. 

Os recomiendo visitarlo. Si vas no debes perderte sus hojaldres. Olvídate de la dieta y de lo malo que es el azúcar para la salud, y date el placer de morder un hojaldre blandito que sabe a gloria bendita. Yo no pude negarme a repetir. Comí un pastelito y tuve que devorar el siguiente. Un hojaldre sólo no llega. Hay que comer como mínimo dos. A mis hijas les dejé que comieran tres cada una, igual que su padre.