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AUDIBLE: libros leídos por famosos

Monday, December 31, 2018

Viajando con Paco Nadal



Para cada situación personal hay un viaje indicado en el libro El viaje perfecto para ti y tus circunstancias de Paco Nadal, un señor que trabaja en El Corte Inglés viaje y es habitual en los medios de comunicación. Es un libro de viajes que se sale de lo habitual dando recomendaciones que tienen en cuenta situaciones en las que un viaje puede ser una solución mucho mejor que unas sesiones de psicólogo. Incluso te sale más barato. 

África es un continente que recomienda mucho el autor de este libro de 336 páginas. para Paco Nadal África es el continente de la alegría, de la música, de la energía. Se nota que es muy africanista. Habla tales maravillas del continente africano que te vienen ganas de ir a visitarlo y a conocerlo para disfrutar de los paisajes idílicos que describe. 

Más que el continente africano me interesó lo que nos cuenta Paco Nadal de Japón, un país con una sociedad avanzada que ha dejado atrás costumbres tan japonesas como comer carne de ballena. Han descubierto que se gana más con el turismo de avistamiento de ballenas que comercializando la carne de estos animales de mar en platos que sólo comían ellos. 

Paco Nadal es un viajero feliz que cobra por viajar. Es tan feliz que se le ocurre en este libro que os recomiendo sugerirnos viajes para gente a la que la ha dejado la pareja y para todo tipo de circunstancias. Por ejemplo, para los abandonados y abandonadas por la pareja de sus sueños pueden viajar a Holanda en un barco o ir a un país como Cuba, donde enseguida encuentras compañía. La gente en Cuba es muy amigable. Los viajes para superar la crisis de los treinta tampoco tienen desperdicio. ¿Te imaginas olvidarte de tu crisis existencial dando una vuelta al mundo en plan mochilero? Ir de mochilero por la India es lo que nos propone Paco Nadal. Otra opción es hacer el Camino de Santiago. Es otra opción para Paco Nadal. Mi crisis de los treinta o de la edad que sea no se superaría sufriendo con una mochila a la espalda por los caminos del mundo apartado de la vorágine de las ciudades. 

El capítulo de viajes para mujeres solas fue el que me pareció más interesante. En este capítulo Paco Nadal deja su sentido del humor aparcado y se nos pone serio. Una mujer que viaja sola se enfrenta a muchos miedos y a muchos peligros. Tal vez por eso recomiende a las mujeres solas viajar a Irán. Allí te cubres con un velo islámico y no te molesta nadie. Eso sí, tendrás que hablar sólo con mujeres.

Thursday, December 27, 2018

Mis vacaciones en Láncara


Uno de los sitios más apartados del mundanal ruido que existen en la Península Ibérica es Láncara, un pequeño municipio de la comarca de Sarria en la provincia de Lugo. Nosotros casi compramos una casa en Puebla de San Julián, la capital del municipio. Mi marido quería meterse a hostelero de turismo rural. Le quité tal idea de la cabeza. Lo nuestro es invertir, no meternos a trabajar como esclavos. El dinero debe trabajar para ti, no tú para el dinero.

Láncara es un municipio de la Galicia profunda y no se diferencia de otros sitios. Sólo ves fincas cultivadas y sin cultivar, montes, pequeñas iglesias, casas solitarias, despoblación y algún grupo de casas que forman las casi treinta parroquias que tiene este municipio lucense. Nosotros nos dimos un recorrido por el coche por San Pedro de Láncara, Veiga de Outeiro, Outeiro, A Pedreira, A Piqueira, Os Baos, Armea, Escanlar, Carracedo, Balse, Trascastro, Fuxón,... Mi marido quería hacer una ruta rural, pero yo no estaba para caminatas y menos pensando que mi santo se me quería meter a hostelero en un medio rural que me alarmaba. Yo soy una urbanita. Vivir en una aldea no es lo mío.

En Láncara no encuentras otra cosa que Naturaleza y más Naturaleza. Mi marido decía que era un sito perfecto para mí porque no había tiendas para gastar dinero. Eso lo dijo hasta que comprobó lo bien que iba la conexión a Internet de la casa rural donde nos alojamos un par de días. Compraba más online que si fuera de paseo por las tiendas físicas de Nueva York.

Pese a que no es un municipio animado os lo recomiendo. Láncara es el sitio perfecto para una persona que huya del mundanal ruido. Vives apartada de la vorágine de las prisas. Mi marido regresó a Láncara con su padre para pescar en el río Neira. Es un río muy truchero. Fueron solos porque las mujeres de casa no estábamos para más Naturaleza. Eso sí, no descarto volver. Me encanta pescar.

Mis vacaciones más locas en Marruecos


Marruecos me enamoró desde el primer día. Mi primer viaje a Marruecos fue cuando era poco más que una adolescente. Fui con unas amigas en un viaje organizado, el viaje más seguro. He ido a Marruecos otras muchas veces, pero nunca olvidaré mi primer viaje. Para mí supuso conocer un país muy distinto a España, con unas costumbres a años luz y con un clima que me sorprendió. Yo tenía metido en mi joven cabecita que Marruecos era un país desértico al cien por cien. Me sorprendió encontrar un país de clima templado con lluvias irregulares en casi todo su territorio.

Este maravilloso país no cambió en todos estos años. Estuve el verano pasado con mi marido y con las niñas y me seguí encontrando gente que te vende de todo cuando te ve cara de turista. Eso también tiene su gracia. Y más gracia tiene cuando te encuentras con personas de distintas razas y culturas vendiendo a todo vender. Como dice mi marido, son fenicios al cien por cien. Parece que no saben hacer otra cosa que no sea vender.

La diversidad también está presente en la geografía. Encuentras ciudades grandes donde se concentra la población. ciudades como la famosa Marrakesh, una ciudad en la que el desierto se encuentra con las montañas y la costa. Marrakesh es una ciudad que ves desde lejos de color rojo. Fez, en cambio, es una ciudad donde el color gris se impone al blanco. Fez es un laberíntico centro intelectual. A mi marido, le gustan otras ciudades. Marrakesh y Fez son más de mi gusto. Mi santo se queda con la ciudad color esmeralda, con Mequínez. Rabat, la capital de Marruecos, también le gusta mucho.

Esta última vez fuimos en Ferry desde Algeciras. Yo quería mezclarme con la población local que cruza el estrecho en los ferrys y sentirme una musulmana. Incluso me llevé la ropa típica para pasar unos días sin que me ofrecieran muchas cosas para comprar. No lo conseguí. En Marruecos parece que huelen a los turistas como os dije.

Nosotros evitamos el sur. Es donde hace más calor. Te asas. Yo estuve en aquel primer viaje mío a Marruecos y no podíamos salir de la piscina en toda la tarde. En verano te asas en el sur de Marruecos. En esta ocasión pasamos más tiempo en las ciudades. Todas tienen la misma configuración: una parte nueva y una parte vieja. No faltan los barrios judíos al lado de la medina casi siempre. Es una pena que no dejen entrar en las mezquitas a los no musulmanes.

Lo que siempre hago en Marruecos es comprar en sus zocos. Suelo comprar artesanías y ropa. El regateo se me da muy bien. Nosotros estuvimos coincidiendo con el Ramadán y acabamos casi ayunando también porque casi todos los restaurantes estaban cerrados durante el día. Tenía su gracia comer de noche. El ayuno de los musulmanes no es como aquel ayuno que nos contaban nuestras abuelas. Mis hijas también lo pasaron de cine. Aprendieron palabras en árabe con una facilidad increíble. Lo peor fue la comida. Los platos de pollo, cordero, buey no eran para ellas. Ni siquiera les gustaba el pescado asado. La mayor sólo comía sopa de pollo en los restaurantes. La pequeña ni eso.

Me quedé con ganas de ir a alguna Moussem, esas fiestas locales islámicas equivalentes a las fiestas del patrón del pueblo aquí en España. Yo fui otras veces que estuve en Marruecos y me lo pasé genial. Suelen organizar coloridos bazares y fiestas agrícolas. También está muy bien el Festival Folklórico de Marrakesh con sus bailes regionales y con los coloridas trajes de los que bailan.

Os recomiendo visitar Marruecos. Es un país distinto, divertido, con personas muy agradables, sobre todo si respetas sus costumbres. Aunque sólo sea para aprender a regatear vale la pena ir. El regateo es todo un arte.

Wednesday, December 26, 2018

Mis vacaciones baratas en Marruecos



Mi marido quiso pasar unos días en El-Jadida en Marruecos porque es la ciudad en la que veranearon toda la vida los marroquíes pudientes. Viene a ser algo así como nuestra Marbella. Esta tranquila ciudad atlántica está a unos cien kilómetros de Casablanca. 

Pasamos una semana estupenda en esta ciudad poco conocida por el turismo masivo. Me encantó la medina con sus murallas almenadas construidas por los portugueses. Los portugueses colonizadores construían tan bien como los españoles de la época. Las murallas siguen en pie y seguirán en pie años y años. Nosotros paseamos bastante por la ciudad con un guía que mi marido se empeñó en contratar. Mi santo siempre tiene todos los temores desatados en los países árabes. No era para tanto en el caso de El-Jadida. No veías malos rollos por las calles. Como os decía, callajeamos mucho por los bulevares llenos de palmeras. Parecían de postal. También era de postal la maravillosa playa. No se veía nada sucia pese a estar muy concurrida. 

Os recomiendo visitar El-Jadida en Marruecos. Lo mejor de esta ciudad de veraneo de las familias marroquíes más afortunadas económicamente hablando es la medina. No debes perderte tampoco la plaza de Mohammed V donde están los restaurantes más frecuentados por los turistas. No te sale nada caro comer de restaurante en El-Jadida. Hay restaurantes que tienen platos internacionales, pero, en todo caso, la cocina marroquí es muy recomendable, sobre todo los dulces. En pasteles hay que darles un diez. 

El-Jadida en Marruecos es una ciudad fácil de andar. No hace falta que alquiles un coche. Hay autobuses urbanos e interurbanos. La estación de autobuses queda a unos quince minutos de caminata de la medina. Lo que no recomiendo es coger un taxi. Cobran lo que les da la gana y nunca tienes la seguridad de ir con un taxista. No es la primera vez que en alguna ciudad de Marruecos acabamos en el coche de uno que se hace pasar por taxista. Por eso siempre alquilamos un coche.

Saturday, December 15, 2018

Mis vacaciones medievales



Pasé con mi marido y las niñas unos días en el Palau Lo Mirador, en plena Costa Brava, y me sentí como una princesa medieval. Es un hotel muy medieval con su arte gótico y renacentista por todas partes. La piedra de sillería con arcos de medio punto que dan acceso a los dormitorios no te deja indiferente. No estás entre unas paredes habituales en tu día a día. 

Mis hijas decían que se sentían raras entre tanto mobiliario de época. Es un hotel muy medieval. Tampoco se sintieron a sus anchas en el restaurante del hotel. Los platos de cocina creativa ampurdanesa no eran de su gusto. Mis hijas son muy de pizzas y hamburguesas. No saben valorar la buena gastronomía. Aprovechando que estaban unos amigos nuestros pasando unos días, nos fuimos todos juntos a cenar al segundo restaurante del Palau Lo Mirador: un restaurante de cocina hindú, oriental y norteafricana. Tuvo su gracia. Comer platos no habituales en la zona de la Costa Brava nos animó la noche. 

También fuimos al Festival Internacional de Música en la iglesia Sant Genís a escasos metros del hotel. Ahí acabaron nuestras salidas del hotel. Bueno, también nos acercamos andando hasta el casco monumental de un pueblecito que hay cerca. No es un hotel que esté en una zona de marcha precisamente. El Palau Lo Mirador está bien para una escapada romántica, pero no está tan bien para unas vacaciones familiares porque los niños no aprecian mucho la idea de vivir en una casa vieja como decían mis niñas. Encima no les gustó nada la pequeña piscina del hotelito. 

La habitación que nos dieron en el Palau Lo Mirador no era lujosa. Era una habitación de palacio rural viejo, bien restaurada y con una decoración sencilla. Te llamaba más la atención los ornamentos en la piedra de las paredes que la decoración de las habitaciones.

Mi viaje a Casablanca



Casablanca es una ciudad marroquí que me decepcionó un poco. Yo tenía en mi cabeza la Casablanca de la famosa película y nada tiene que ver la Casablanca real. Mi marido se río mucho con mi decepción. Aquella ciudad fea, con malos olores y ruidosa no era la urbe que yo esperaba encontrar. 

Tanto me decepcionó que acabamos pasando menos día de los previstos. Poco había que ver. Preferí ir para Rabat y acabar allí nuestras vacaciones marroquís. Casablanca está a unos cien kilómetros de Rabat. 

Nosotros llegamos en un vuelo internacional al aeropuerto de MohamedV, a unos treinta kilómetros de Casablanca. Mi marido alquiló un coche para no tener que ir en taxi. No me gustan nada los taxis que hay en Marruecos. Y de los autobuses mejor ni os hablo. No son autobuses para mí. La última vez que me subí a un autobús en Marruecos tuve que compartir viaje con unas gallinas. 

Lo que sí hicimos en Casablanca fueron compras. Tuve que regatear como una musulmana para conseguir unos precios razonables en la nueva medina de Casablanca. al final me llevé babuchas para todas la mujeres de la familia y chilabas para todos los caballeros. Mi marido no quería una chilaba, pero a mí me encantan las chilabas. Veo un hombre con chilaba y me vienen ganas de enfundar a mi santo con una igual. 

Mi marido se empeñó en acercarse hasta el acuario. me dejé llevar y casi me arrepiento. Ver unos cocodrilos africanos de verdad delante de mis narices casi me mata de miedo. Por supuesto, estaban controlados. Un bicho de aquellos no escapaba. Tampoco escapaban las tortugas gigantes que pudimos tocar sin peligro. Los pingüinos se veían un poco enfermos. Quizá era una impresión mía, pero no los vi nada contentos. 

Lo más bonito de Casablanca es una ciudad marroquí que me decepcionó un poco. Yo tenía en mi cabeza la Casablanca de la famosa película y nada tiene que ver la Casablanca real. Mi marido se río mucho con mi decepción. Aquella ciudad fea, con malos olores y ruidosa no era la urbe que yo esperaba encontrar. 

Tanto me decepcionó que acabamos pasando menos día de los previstos. Poco había que ver. Preferí ir para Rabat y acabar allí nuestras vacaciones marroquís. Casablanca está a unos cien kilómetros de Rabat. 

Nosotros llegamos en un vuelo internacional al aeropuerto de MohamedV, a unos treinta kilómetros de Casablanca. Mi marido alquiló un coche para no tener que ir en taxi. No me gustan nada los taxis que hay en Marruecos. Y de los autobuses mejor ni os hablo. No son autobuses para mí. La última vez que me subí a un autobús en Marruecos tuve que compartir viaje con unas gallinas. 

Lo que sí hicimos en Casablanca fueron compras. Tuve que regatear como una musulmana para conseguir unos precios razonables en la nueva medina de Casablanca. al final me llevé babuchas para todas la mujeres de la familia y chilabas para todos los caballeros. Mi marido no quería una chilaba, pero a mí me encantan las chilabas. Veo un hombre con chilaba y me vienen ganas de enfundar a mi santo con una igual. 

Mi marido se empeñó en acercarse hasta el acuario. me dejé llevar y casi me arrepiento. Ver unos cocodrilos africanos de verdad delante de mis narices casi me mata de miedo. Por supuesto, estaban controlados. Un bicho de aquellos no escapaba. Tampoco escapaban las tortugas gigantes que pudimos tocar sin peligro. Los pingüinos se veían un poco enfermos. Quizá era una impresión mía, pero no los vi nada contentos. 

Lo más bonito de Casablanca es la place des Nations Unies. Es donde se concentran los turistas. Otro sitio muy concurrido es la playa municipal. Estaba hasta los topes. Eso también me llamó la atención. De volver a Casablanca iría directamente a la playa. Me quedé con ganas de meterme en el arenal rodeada de gente local y gente extranjera. Seguro que vuelvo. No me gusta quedarme con malas impresiones de la ciudad. Prefiero pensar que mejorar con una mejor gestión municipal. Por eso os recomiendo visitar Casablanca.
es la place des Nations Unies. Es donde se concentran los turistas. Otro sitio muy concurrido es la playa municipal. Estaba hasta los topes. Eso también me llamó la atención. De volver a Casablanca iría directamente a la playa. Me quedé con ganas de meterme en el arenal rodeada de gente local y gente extranjera. Seguro que vuelvo. No me gusta quedarme con malas impresiones de la ciudad. Prefiero pensar que mejorar con una mejor gestión municipal. Por eso os recomiendo visitar Casablanca.

Wednesday, December 05, 2018

Hotel del Barrio de las Letras



No me gustó nada la fachada del Hotel Vincci Soho en Madrid. Es un edificio viejo al que le han puesto una escultura plana de una gran lagartija en la fachada. Supongo que lo han hecho para llamar la atención de los turistas y tener más clientela. Hay que reconocer que no te deja indiferente. Es un hotel que reconoces enseguida por la dichosa lagartija. A mis hijas les hizo muchas gracia el animalito pétreo. Yo no puedo decir lo mismo. Entraba y salía del hotel mirando para el suelo para no traumatizarme con la tremenda representación del reptil. 

El Hotel Vincci Soho en Madrid está en el Barrio de las Letras. Es un barrio tranquilo, con gente maja. Yo esperaba encontrar más ruido, pero no, estuvimos muy tranquilos tanto dentro como fuera del hotel. 

Dentro del hotel teníamos una habitación que aparentaba amplitud gracias a unos muebles muy funcionales. A la gran cama de matrimonio había que sumar dos sillones cama que me encantaron. Se los hubiera comprado para llevar a mi casa si estuvieran en venta. La habitación estaba decorada en tonos marrones oscuros con algo de naranja en cubrecamas y escritorio. Me gustó. Era una habitación de invierno como decían mis hijas. Las niñas se apropiaron enseguida del escritorio. También me encantó el escritorio. Lo abrías y tenías una mesa redonda en la que cabíamos los cuatro dándonos codazos. 

Os recomiendo el Hotel Vincci Soho en Madrid, un hotel en el que encuentras un restaurante, el No Mad Food&Bar, donde comes unos canelones XL de rabo de toro deliciosos. Yo tomé nota para hacerlos en casa. No los haré de rabo de toro, pero sí los haré igual de grandes. Parece que los canelones son más ricos cuando son grandotes. Mis hijas disfrutaron más la tarta. Son unas golosas. Yo no probé la tarta porque los dulces engordan una barbaridad y estaba a dieta para no variar.

Ruinas Mayas en Guatemala



Las Ruinas mayas de Tikal en Guatemala fueron un gran descubrimiento para nosotros. Estábamos haciendo un viaje de negocios y nos llevaron a ver estas ruinas en las que se conservan restos de la escritura maya. Mi marido se divirtió mucho poniéndoles significado a aquellos caracteres esculpidos en las piedras de unas pirámides que poco tienen que ver con las famosas pirámides de Egipto. Me recordaron las pirámides que encuentras en las zonas rurales de México. 

Las pirámides tienen unas escaleras muy empinadas. No nos atrevimos a subir. A mí me llegó y me sobró verlas desde abajo. Me senté en una piedra un contemplé sus alturas. Los pobres trabajadores que las construyeron debieron pasarlo realmente mal. De la piedra me levanté cuando nuestros amigos de Guatemala me dijeron que me había sentado sobre una tumba. ¡Qué horror! Las pirámides están en una zona ajardinada llena de tumbas de los ancestros mayas. Se ve que a los jefazos los metían en las pirámides y a los menos jefes los enterraban en tumbas al estilo de los cementerios. El jardín donde están las pirámides está salpicado por árboles que no alcanzan la altura de las pirámides. 

Os recomiendo visitar las Ruinas mayas de Tikal en Guatemala. Tikal es el asentamiento maya más extenso que se conserva en Guatemala. Cuando fuimos nosotros había muchos turistas disfrutando una joya de la cultura precolombina. Los mayas eran un pueblo bastante desarrollado en construcciones para sus dioses. No creo que las construcciones civiles de los mayas fueran tan ostentosas. También os recomiendo ir a primera hora de la mañana. Las ruinas están en una especie de parque natural que se llena enseguida de turistas. Por la mañana hace menos calor. Según va avanzando el día suele bajar la niebla y la humedad es insoportable. Nosotros nos fuimos para Las Flores, una localidad que no queda tan cerca como nos dijeron, cuando empezaba a nublarse el día.

Tuesday, December 04, 2018

Hotel con biblioteca



Estuve en el Grand Hotel Central de Barcelona con unas compañeras de trabajo y nos lo pasamos genial. Es un hotel céntrico y tiene una bonita piscina en la azotea. Nadar con toda Barcelona a tus pies es toda una experiencia. El Grand Hotel Central de Barcelona es uno de los hoteles más lujosos de la Ciudad Condal. 

No es un hotel excesivamente grande. Tiene 147 habitaciones. Pueden parecerte muchas habitaciones si estás habituada a los hoteles estándar españoles, pero, si viajas a zonas turísticas del extranjero sabes que estás ante un hotel de tamaño medio. No es excesivo. Además, el Grand Hotel Central de Barcelona es muy tranquilo. Como sus precios son altos, no coincides con el turismo de chancla. las habitaciones vecinas de la mía no tenían ruidos que llegaran a mis oídos. 

Mis amigas y yo asistíamos a un evento que organizaba nuestra empresa en este hotel. El Grand Hotel Central de Barcelona cuenta con espacios perfectos para organizar una celebración digna del mejor anfitrión. Una de mis amigas quiere celebrar allí su boda. Está ahorrando para poder pagar tanto gasto. 

Yo pasé mucho tiempo en la biblioteca. El Grand Hotel Central de Barcelona tiene una biblioteca antigua que me recordó las viejas bibliotecas de las universidades británicas. Me sorprendió. Nunca había visto una biblioteca tan antigua en un hotel. No es que tuviera los libros más vendidos del momento, pero sí encobrabas ediciones interesantes de la literatura clásica. 

En el Grand Hotel Central de Barcelona también puedes degustar buena cocina mediterránea. Nosotras hicimos todas las comidas en el City&Bar Restaurant. había unas paellas que te chupabas los dedos. Eran arroces con innovación. Los platos perfectos para mujeres y hombres que están a dieta. Comes poquito y comes rico. Lo malo es que lo poquito es carito. 

Os recomiendo el Grand Hotel Central de Barcelona. Mi habitación no era grande, pero estaba limpia y daba sensación de espaciosidad con un gran espejo que cubría toda una pared. La cama me pareció dura. Eso sí, era una cama más que grande para mi sola. El cuarto de baño no me pareció nada lujoso. Decorado en tonos grises era más funcional que divino. Lo mejor de este hotel está en las estancias comunes. Es lo que te puede impresionar.

Monday, December 03, 2018

Alojamiento para mujeres que viajan solas




Las Cool Rooms Atocha son ideales para una mujer que viaja sola. Yo me alojé en una de las más pequeñas en uno de mis viajes de trabajo. Quería un hotel donde me sintiera mujer moderna y lo conseguí en las Cool Rooms Atocha que me había recomendado una clienta. Las chicas Mary Kay tienen muy buen gusto. 

Pues bien, me dieron una habitación decorada en tonos cremosos blancos y con toques mínimos negros. En mi habitación había una cristalera que le daba al cuarto un toque muy chic. La decoración está muy cuidada en este pequeño hotel de sólo 35 habitaciones, todas ellas cosmopolitas, elegantes y palaciegas. Me enseñaron una habitación enorme. Era la habitación más palaciega que tenían, pero yo quería un cuarto más pequeño porque viajaba sola y quería sentirme como en mi piso de soltera. 

A este hotel vuelvo fijo. Ya le dije a mi esposo que tenemos que coger la suite que tiene terraza y jacuzzi exterior para un fin de semana romántico. Hacemos muchos fines de semana románticos para que nuestro matrimonio siga funcionando. Los matrimonios que se quedan en las zapatillas y la televisión de todos los días acaban en divorcio más pronto que tarde. 

Las Cool Rooms Atocha están en un palacio del año 1852. Lo han restaurando para ofrecer a los clientes todas las comodidades y lujos que nos hacen felices. Cuenta con restaurante y coctelería. Otros servicios son los recorridos en Harley por la capital de España, las sesiones de yoga y mindfulness en el jardín. Yo me apunté al yoga en el jardín. No me gustó mucho el yoga, pero el jardín me encantó. Hice yoga porque una clienta mía iba a la sesión de yoga y sabía que iba a conseguir una buena venta si andaba por allí haciendo que disfrutaba del yoga. 

Os recomiendo, pues, las Cool Rooms Atocha, un hotel decorado con gusto para gente que sabe apreciar la diferencia. Mi marido ya está buscando fechas libres en su agenda para poder disfrutar de la Harley. Le encantan las motos.

Hotel Alexandra de Barcelona



Estuve en el Hotel Alexandra de Barcelona con mi marido y con mis hijas porque allí celebraban su boda unos amigos nuestros y nos pareció buena idea alojarnos en el mismo hotel para evitar desplazamientos al lugar del convite. Fue un acierto. Es un hotel señorial en el que te sientes como en un palacio. Nos gustaron mucho los techos artesonados modernistas que había en nuestra habitación y en otras estancias. El hotel está muy bien cuidado. Ves todo perfectamente pintado. Donde ves algún fallo es en la moqueta. 

La habitación que teníamos reservada tenia los suelos de moqueta. Les pedí cambiarla y nos dieron otra con suelos de tarima de madera en perfecto estado. A mí la moqueta nunca me da sensación de limpieza por limpia que la tengan. La habitación era grande, luminosa, con una gran cama de matrimonio y una cama auxiliar casi del mismo tamaño. Estaba decorada con piezas de diseño moderno que hacían un bonito contraste con los techos antiguos y con los muebles más de piso bien de Barcelona que de hotel rompedor. 

El Hotel Alexandra de Barcelona cuenta con 116 habitaciones bastantes distintas entre sí. Lo único en común que tienen son los techos artesonados modernistas. La habitación que habían reservado nuestros amigos, por ejemplo, tenía un suelo de baldosas hidraúlicas chulísimo. 

Os recomiendo este hotel que está entre la Rambla de Cataluña y el Paseo de Gracia. Queda muy a mano de todo lo que importa en la Ciudad Condal. Este hotel es muy cambiante. Me comentó la chica de recepción que lo están remodelando continuamente. Las piscinas las cambian mucho. Últimamente han incorporado pequeños jardines para darle un toque natural que es muy apreciado por sus clientes habituales. Nosotros teníamos una terraza ajardinada que no me gustó mucho. Mis gustos respecto a los jardines son que deben estar lejos de mi habitación. El polen y algunas plantas me atacan hasta desencadenarme todas las alergias.

Prueba primero, paga después