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Monday, April 30, 2018

Vacaciones de Miss Culta




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Mi marido me prometió unos días de vacaciones tranquilas en Mallorca y a mí me parecía imposible que consiguiera encontrar una localidad en esta bella isla de las Baleares donde no hubiera mucho agobio de turistas desatados. Lo consiguió: eligió Porto Cristo en Mallorca y fue todo un acierto.

En este pueblo tienes sitios tan interesantes para ver como cuevas, calas preciosas, restaurantes acogedores, buenos hoteles sin huéspedes dedicados a la borrachera continua y tiendas donde puedes vaciarle la cartera al marido.

Porto Cristo en Mallorca vive del turismo igual que otros pueblos de la isla, pero las autoridades locales han hecho una política mucho más acertada. No encuentras playas descuidadas y todos los equipamientos públicos están en perfectas condiciones. A mí me sorprendió. Estaba muy cansada de ir a Mallorca y encontrarme con turistas desatados. En esta localidad mallorquina, en cambio, encuentras playas muy cuidadas y calas salvajes.

Yo aproveché para acercarme a Manacor. Te queda a sólo 12 kilómetros de Porto Cristo. En Manacor estaba alojada mi hermana con su familia. Era a donde quería ir yo, pero mi santo se empeñó en unas vacaciones más de pueblo en Mallorca. Afortunadamente, en Porto Cristo, no echas de menos las comodidades de una ciudad más grande porque es una localidad que cuenta con todo lo que necesitas para ser feliz.

No sólo hicimos turismo de sol y playa en Porto Cristo. También hicimos turismo cultural. fuimos con las niñas a ver la estatua de una sirena, en la calle de San Jorge y seguimos paseando hasta la antigua Torre des Falcons, una atalaya de 1577, que se alza sobre una cueva escondida que no me gustó mucho. En la Plaza del Carmen se encuentra la iglesia de la Mare de Déu del Carme, en honor de la patrona de los marineros. Hay que recordar que Porto Cristo fue un pueblo de pescadores en sus orígenes.
Cerca de Porto Cristo hay también muchas cosas que ver, como el famoso sistema de cuevas de las Coves dels Drach,es decir, cuevas de dragones, y las Coves dels Hams, o cuevas del garfio, por las figuras de las formaciones rocosas naturales que tanta gracia hicieron a mis hijas. En el cercano Sa Coma hay un safari zoo muy recomendable para los más pequeños de la casa. A mis hijas les encantó.




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Mi marido quería conocer in situ la estación de esquí más mítica del Tirol, es decir, Kitzbühel. Esta estación de esquí alberga la Hahnenkamp, la carrera del circuito mundial de la que seguramente habrás oído hablar en los programas de deportes.

A mí no me gusta esquiar. Acompañé a mi marido a la Kitzbuhel por el casino que abre al ponerse el sol. No pierdo ocasión para tentar a la suerte en los casinos cuando viajo. Soy de esas jugadoras afortunadas que siempre salen de los casinos con el bolso lleno de pasta. Es cuestión de jugar con cabeza.

No me atreví a esquiar en Kitzbühel. No sé esquiar bien y por allí había muchos esquiadores expertos. Mi marido, en cambio, se atrevió a deslizarse por las pistas más difíciles. Supongo que lo haría para impresionarme. No era necesario. Ya me tiene enamorada desde hace años.

Lo que no debes perderte son las tiendas de marca que hay en el pueblo del mismo nombre. Son lo mejor de lo mejor. Por las calles del pueblo ves coches deportivos de gente que tiene mucha pasta. Eso explica que haya tiendas de las marcas más famosas. Sólo por este ambiente de dinero y felicidad vale la pena ir a Kitzbühel en Austria. A mí me gustaron mucho las tiendas, el casino y hasta me sentí cómoda por las calles adoquinadas y tortuosas del pueblo. Las pistas de esquí las tienen muy cuidadas también. Por algo estamos hablando de una de las estaciones de esquí más importantes del mundo mundial.

La estación es bastante amplia y variada en lo que se refiere a pistas. Las hay para esquiadores expertos y las hay para esquiadores menos expertos. Yo fui hasta una de casi principiantes y me asusté al verlos esquiar. si aquellos eran los que no sabían, no quería ver las maravillas que hacían sobre la nieve los esquiadores expertos. Por eso no me atrevía a esquiar. No quería hacer el ridículo.




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Unos mosaicos que vi bastante bien conservados estaban en el Museo de San Salvador de Chora en Estambul, un museo ubicado en un edificio que fue en su día iglesia y, posteriormente, mezquita. Nosotros fuimos con un guía que nos fue explicando con calma todas las representaciones que recogían los mosaicos.

Son frescos y mosaicos bizantinos. Nos contó el guía que fueron tapados con yeso. Cuando retiraron el yeso los encontraron casi tan bien como cuando estaban inicialmente al descubierto decorando las paredes de la primitiva iglesia cristiana. Era una iglesia que estaba fuera de la ciudad. De hecho, chora significa fuera de las murallas.

Este museo se lo recomiendo a los fans del arte bizantino. Los frescos son los mejores conservados del mundo. Es toda una lección de Historia del Arte in situ pasarte por las salas del museo. La pena es que cobren la entrada un poco cara. Había turistas que no entraban por el precio. En Estambul hay veces que tienes la sensación de que los lugareños, sean autoridades o ciudadanos de a pi, piensan que los turistas extranjeros somos millonarios.

El mosaico que más gustó a mis hijas fue el de San Salvador. Mi hija mayor copió el dibujo a partir de una foto que sacó su padre. Es un mosaico muy logrado tanto en color como en trazos. San Salvador tenía un traje de color azul precioso. Me refiero al color. Mi marido decía que no eran colores primitivos. Si no lo eran, había que felicitar a los restauradores del mosaico. Lo habían dejado muy bonito para los visitantes. Yo prefiero ver pinturas restauradas a ver pinturas en ruinas.

El edificio del museo procede del lejano siglo XIV. Fue muy bien restaurado tanto por fuera como por dentro. Es uno de esos edificios que tiene Historia en sus piedras porque por allí pasaron creyentes de dos religiones muy distintas.




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En Villanueva de la Sierra en Cáceres se celebra una Fiesta del Árbol. Yo fui con mi marido y con mis hijas a plantar árboles como el resto de asistentes al evento. Me pareció una iniciativa interesante para concienciar a los niños y a los mayores de lo necesario que es seguir plantando árboles tal como hacían nuestros antepasados. Los árboles son muy importantes para asentar el terreno y evitar riadas cuando empieza a llover de manera copiosa. También son necesarios para que el campo sea más sano. Un campo sin árboles es un campo de golf sin interés alguno porque no tienes ni una sombra que te cobije de las altas temperaturas.

No sólo hacen falta en Villanueva de la Sierra. También haría falta más población. En este municipio han hecho desde su alcaldía alguna iniciativa para atraer nuevos vecinos a un municipio que tiene sólo unos 600 habitantes. Están como en familia.

El centro de salud más próximo no está en el municipio sino a unos 30 kilómetros. Me contaba un vecino que les va un médico todas las semanas, pero eso no es tener un centro de salud como Dios manda, con sus urgencias, sus médicos de familia, sus pediatras, sus enfermeros y enfermeras todos los días.

Nos llamó la atención que los pocos agricultores que quedan tengan tantísimas ovejas. Me decían los vecinos que hace años había muchos pequeños agricultores y pequeños ganaderos. Con 30 ovejas se vivía. Hoy día para tener subvenciones hay que tener miles de ovejas. Más que rebaños son fábricas de ganado ovino lo que tienen en este pequeño municipio extremeño.

Os recomiendo visitarlo. No es un pueblo que esté muy recordado por las autoridades. Deberían restaurar edificios como el Monasterio de Los Ángeles. Son unas ruinas que se arruinan cada día más en medio de una naturaleza plagada de arroyos y verdor silvestre. El lugar que tiene más vidilla en Villanueva de la Sierra es su Plaza Mayor. Es donde se concentra la gente del pueblo, sobre todo cuando hace buen tiempo.

Monday, April 09, 2018

Mis vacaciones familiares felices



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Nos alojamos en el Mercure Algeciras porque nos dijeron que tenían habitaciones grandes unos amigos nuestros que habían estado previamente alojados en este hotel de Algeciras y quedaron muy contentos. Nosotros también quedamos contentos y satisfechos.

El Mercure Algeciras es un alojamiento hotelero en el que no te aburres. Cuenta con casino y centro de fitness para divertirte y entretenerte. Yo soy muy jugona. Una jugona responsable, pero una jugona a fin de cuentas. Mi chico se siente feliz de esta característica mía porque soy una ganadora. Cuando me cambia la racha dejo las tragaperras.

Este hotel situado en Algeciras es eprfecto para alojarte si estás en esta bonita ciudad andaluza de paso, como era nuestro caso. Es un hotel de 3 estrellas que te ofrece recepción 24 horas, mostrador de información turística con todos los folletos habidos y por haber y Wi Fi gratuita en todas sus estancias. Además, hay terraza para tomar un zumo fresquito al aire libre.

Las habitaciones del hotel disponen de armario, TV de pantalla plana y baño privado con todo lo que necesitas para sentirte limpia. Algunas habitaciones del Mercure Algeciras tienen terraza, como la nuestra. Te las cobran más cara, pero vale la pena. Una terraza es muy necesaria cuando estás en un sitio tan caluroso como Algeciras y alrededores. Yo me tomaba el sol allí mismo sin ir a la playa.

Cada mañana se sirve un desayuno buffet sobrado de bollería industrial y de zumos fresquitos, eso sí, de cartón todos. Mis hijas quedaron contentas: les encantan los zumos de cartón, cuanto más azucarados mejor para sus paladares infantiles.

El Mercure Algeciras se encuentra a 20 kilómetros de Tarifa y a 9 kilómetros de Gibraltar, nuestro destino final. Mi chico iba por negocios al peñón. El aeropuerto de Jerez está a 86 kilómetros. Un poco lejos.

Os lo recomiendo. Es un hotel en el que te sientes cómoda. Está limpio y no es nada ruidoso. Se alojan muchos hombres y mujeres de negocios.




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No hay nada mejor para unas vacaciones en familia extensa que un apartamento. Nosotros fuimos con mi madre y las niñas al Aparthotel Novo Sancti Petri, un complejo hotelero que sólo tiene tres estrellas, pero que merecería cuatro estrellas tanto por lo bien que te tratan como por sus prestaciones en comodidades.

La playa te quedaba a tres minutos. La tenías allí mismo. la piscina estaba limpia. Los apartamentos te los limpiaban a fondo. No había problemas para conseguir toallas y sábanas limpias.

Nuestro apartamento no era lujoso, pero estaba muy bien. Me recordó un poco a nuestra casa. Tenía una una decoración elegante en tonos crema muy tranquilizadores y disponía de zona de cocina moderna con microondas, nevera y vitrocerámica. Mi madre pudo cocinar todas sus exquisiteces para sus nietas. La cocina fue para ella sola. Así nos ahorramos el dinero de comer y cenar fuera del apartamento.

No nos aburrimos. Los apartamentos se hallan a cinco minutos a pie de los comercios y restaurantes de La Barrosa, a menos de 30 kilómetros de Cádiz y a 2 kilómetros de cuatro campos de golf. Mi chico fue a jugar al golf mientras las mujeres de la casa íbamos a la playa. Estuvimos todos contentos. Yo también aproveche para ir de compras a Cádiz.

Cogimos un coche alquilado. No hubiera hecho falta porque este Aparthotel Novo Sancti Petri en Cádiz tienen un servicio de transporte al aeropuerto. También tienen parking, pero te lo cobran. Nosotros dejamos el coche fuera. Es bastante seguro. A nuestro coche alquilado no le pasó nada. Lo que sí es gratis es la conexión wi fi. Falta hace que sea gratuita. Yo no puedo estar sin conexión a Internet.

Os recomiendo el Aparthotel Novo Sancti Petri en Cádiz. La piscina al aire libre es pequeña y los apartamentos no tienen estancias grandes, pero, como está todo bien organizado, no te sientes con falta de espacio. La decoración en tonos cremas le da un aire familiar. Te sientes como en tu casa.




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Nunca había visto un jardín más bonito que el que vimos en el Castillo de Villandry del Valle del Loira, en Francia. Son unas seis hectáreas de jardines maravillosamente bien cuidados y de huerto. Da gusto pasear entre unos setos y flores tan bien colocados. Mis hijas quedaron a cuadros. No es para menos. Lo que llama la atención es que este castillo sea de propiedad privada. Tuvo unos dueños a principios del siglo pasado que invirtieron toda su fortuna en ponerlo tan bonito como está hoy en día. El castillo es de la época renacentista.

En total hay seis jardines en el extenso terreno que rodea al castillo. Cada uno de estos seis jardines es una especie de lienzo vegetal enmarcado por terrazas sucesivas que te atrapan con su belleza. Los seis jardines en los que se divide el gran jardín tienen un tema y un diseño diferentes. Esto les da mucho encanto. En la diferencia está el gusto. Si fuera todo igual sería menos atractivo para el visitante que los descubre in situ.

Nos gustó mucho el Huerto Decorativo: sus 9 parcelas forman un tablero de ajedrez multicolor que parece haber sido bordado por las manos perfectas de una modista. Mi marido admiró mucho el Jardín Ornamental, un jardín que se divide en dos salones en torno a los temas de la música, con sus bojes en forma de harpa tal cual el instrumento de música, y del amor a través de diferentes alegorías vegetales cortadas dando formas de: corazón, mariposas, abanicos…

¿Y qué decir del Jardín de Agua? Rodeando un estanque en forma de espejo Luis XV, el Jardín de Agua invita a meditar mientras que el Jardín del Sol se presta a la ensoñación de los enamorados todavía felices. Mis hijas se quedaron con el laberinto, un lugar lleno de niños. Lo que no les gustó nada fue el Huerto de Simples, donde se cultivan plantas aromáticas y medicinales. Mis niñas huelen las medicinas, aunque sea en planta, y huyen como de la peste.

Os recomiendo visitar el Castillo de Villandry, un castillo en cuyo huerto hay un cultivo ecológico y sostenible. Tanto los jardines en sí como el huerto me parecen muy interesantes.

Wednesday, April 04, 2018

Mis vacaciones en el pueblo de las casas amarillas


Me gustó mucho Dragor, un pequeño pueblo de pescadores que está a sólo 12 kilómetros de Copenhague. Yo no tenía previsto salir de la capital de Dinamarca a la que había llegado con mi esposo en un viaje de negocios. Me convenció la esposa del socio de mi marido. Nos fuimos solas hasta Dragor y pasamos una tarde sensacional.

Yo quedé a cuadros cuando vi las casas con tejados de paja. Parecía que no les entraba el agua de la lluvia y de la nieve. Y, si tenían filtraciones, no les importaba. Yo le pregunté a mi acompañante si eran casas de gente pobre, pero no, decía la esposa del socio de mi santo que la gente que vivía en aquellas casas con techumbres de paja era gente con sueldos y dinero. Viven de los arenques o, mejor dicho, vivía. Hoy en día los bancos de arenques no son los mismos que fueron cuando descubrieron esta mina de oro para ellos en el lejano siglo XIV, siglo en el que se fundó el pueblo.

Lo que más me gustó fue el centro de Dragor. Es donde está la vidilla. El centro del pueblo es el puerto, con sus barcos pesqueros, yates lujosos y la torre de vigilancia que ves y no olvidas. Según me contó mi amiga, en verano, a la hora de comer, se llenan de gente las terrazas de los cafés y de los restaurantes junto a los muelles; sobre todo de turistas. Nosotras no pudimos tomar nada en las terrazas porque yo me moría de frío. Tuvimos que entrar y ponernos pegadas a un radiador. Yo con uno de mis ataques de frío son imposible.

Os recomiendo visitar Dragor. Es un pueblo de casas amarillas con tejados de paja muy pintoresco. Sólo para ver las casas, bien merece acercarse hasta Dragor. Puedes ir en autobús, como fuimos nosotras. Así te ahorras el trabajo de conducir en un país extranjero.


Sunday, April 01, 2018

Mis vacaciones de turista rica

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Es una pena que no haya más turismo en la Isla de la Tortuga en Haití porque realmente lo necesitan para salir de la pobreza, sobre todo las zonas más rurales de la isla, donde ves a las mujeres desde niñas acarrando agua sobre la cabeza. Yo no esperaba ver tanta pobreza. Fui con mi marido en un viaje casi de negocios porque se trataba de un rollo de ONGs y todos sabemos que las ONGs son las empresas de la pobreza. Se ganan su dinero con los pobres y para ayudar a los pobres. 

Pues bien, nos encontramos con una isla pequeña en la que los servicios básicos no llegan fuera de la ciudad. La agricultura es muy arcaica. Cultivan de pena y la ganadería se reduce a algún becerro y a algún cabrito. 

Lo que sí tiene esta isla son buenas playas. me comentaba uno de los trabajadores del hotel en el que nos alojamos que el turismo huyó de la Isla de la Tortuga a partir de los años 90 cuando los lugareños empezaron unas revueltas que sólo entendían ellos. Así les fue. La guerra sólo trae miseria. 

No os recomiendo ni os dejo de recomendar la Isla de la Tortuga en Haití. Espero que vayan avanzando porque vivir en tanta miseria debe ser horrible. Al menos que les pongan agua, con desaladoras, pozos o lo que sea. Da pena ver a las niñas y niños acarreando agua. Los niños se libran de este duro trabajo cuando se hacen adolescentes, pero las niñas no. Siguen acarreando agua toda la vida. Es duro ser mujer en Haití. 

Mi marido quería subirse a un barco con unas velas que no era más que una lancha. Le dije que ni hablar. Eso de viajar impulsados por el viento no es muy seguro. Puedes ir a parara a cualquier sitio. Mucha gente de por allí va desde allí hasta Cuba. Queda cerca. La gente vive básicamente la pesca. Estamos hablando de unas 26.000 personas que habitan unos 180 kilómetros cuadrados.



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Mi marido me convenció para ir a la Isla de Roatán aprovechando que andábamos por Honduras. Le habían contado maravillas de sus mares. No lo engañaron: pudo bucear todo lo que quiso sin riesgos para su persona. Los mares que rodean la isla son óptimos para bucear. También son perfectas las playas de la Isla de Roatán para tomar el sol. Mientras mi santo buceaba por el fondo del mar, servidora tomaba el sol en los arenales del paraíso porque paraíso es esta isla llena de vegetación verde. Parece un oasis en medio del mar. 

El puerto de la Isla de Roatán me pareció bonito, con muchos yates y barquitos chulos. Tan bonita como el puerto y la isla en su conjunto es la gente. La población de la Isla de Roatán es muy amable con el visitante. Hablé con mucha gente. Muchos de ellos me contaron que nunca habían salido de la isla. Tal vez por eso hablaban tanto con los extranjeros. Yo también lo haría si nunca hubiera salido de mi ciudad. A todos nos gusta conocer, aunque sólo sea de oídas, de otros mundos. 

Fuimos al Gumbalimba Park, un parque con animales que te dejan tocar si te atreves. Yo no me atreví. Había actividades con animales a las que se apuntaban muchos turistas atrevidos y valientes. Servidora no es nada valiente. No me atrevo ni a tocar un perro de una abuelita. Lo único que hice en el Gumbalimba Park fue comprar recuerdos en su tienda. Todos los regalos que venden son de temática pirata. Tiene su gracia como recuerdo de tu estancia en esta bonita isla de Honduras. 

Os recomiendo esta isla. Tiene bonitas playas, bonitos parajes verdosos y sitios tan peculiares como el Arch's Iguana Farm. Me dieron asquito las iguanas, pero a mi marido le gustaron. Es interesante verlas, aunque no te gusten. Por lo menos podrás decir que viste un montón de iguanas de verdad.

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