Regalos personalizados

AUDIBLE: libros leídos por famosos

Sunday, May 06, 2018

Mis vacaciones más ardientes



1

Lo que más le gustó a mis hijas de Praga es la estatua ecuestre de Venceslao. Es el símbolo de la patria checa. No entendí qué le vieron. Las llevamos a ver una estatua que la parodia en las galerías art Mouveau del palacio de Lucerna y siguieron diciendo que les gustaba la estatua original. La parodia tiene el caballo muerto. Se lo colgaron del techo con las patas hacia arriba. Esto hacía reír a los turistas. Mis hijas lo encontraron de mal gusto. Ellas querían a Venceslao con su caballo vivo. 

La parodia de la estatua ecuestre de Vendeslao es de un tal David CernÝ. Un hombre que se ha hecho famoso en su país con una parodia de mal gusto. tienen razón mis hijas: un caballo representado muerto no es nada bonito. 

Nuestro viaje a Praga fue bastante cultural. Llevamos a las niñas al Museo Dox, dimos un paseo por el animado barrio de Zizkov y paseamos por otras calles de la ciudad llenas de edificios de agujas góticas. 

Praga es una ciudad bonita a su manera. El Castillo de Praga es el castillo más grande del mundo. Hay que verlo. Mirando su fachada, te das cuenta de la grandeza que se dieron siempre los dirigentes de los países, fueran reyes o no fueran reyes. En este castillo vivieron reyes y todo tipo de gobernantes. Cuando empezaron a ser republicanos no renunciaron a los lujos. 

Mi marido se quedó con ganas de hacer la ruta de la cerveza en la parte vieja de Praga. No se lo permití porque es padre de familia. Uno empieza con una cerveza y acaba con veinte cantando el Asturias Patria querida. Sería horrible. 

Tampoco quise entrar en la Catedral de San Vito. Tenía suficiente con verla por fuera. La fachada era muy de catedral. Praga tiene una parte moderna más desconocida e interesante. No es una ciudad sólo de iglesias, catedrales y castillos. Lo que sí parece por todos sus lados es una ciudad de un cuento de hadas en el que infinitas y mágicas torres acogen a guapas princesas muy deseadas por sus príncipes. Las calles parecen creadas para el simple disfrute de los turistas y las tiendas están decoradas con el mayor detalle para que te sientas cómoda comprando. El marcado ambiente medieval que envuelve la ciudad la hace única. Por eso os recomiendo visitarla.



2

Dos días fueron los que pasamos la semana pasada en Lisboa con las niñas. Lisboa es una ciudad que nos gusta a todos y solemos ir con cierta frecuencia aunque sólo sea para hacer unos viajes por la capital del país vecino en sus famosos tranvías. Prefiero un viaje en el tranvía nº 38 que una cena romántica en un restaurante lisboeta, pero, si pueden ser las dos cosas, mejor que mejor. 

Poco puedes hacer en dos días. Nosotros fuimos los cuatro hasta el Castillo de San Jorge, dimos un paseo por la Lisboa más pueblerina. Subimos al mirador de Santa Justa. Mi marido se empeñó en ir a tomar unas cervezas a la cervecería Trinidade, una cervecería con una cerveza exquisita. Aunque no te guste la cerveza, la de la cervecería Trinidade seguro que te parece deliciosa. Es lo que me pasa a mí. También me gusta mucho el local de la cervecería, un local lleno de azulejos que no te deja indiferente. 

En Lisboa no debes perderte la Praza do comercio. Hay unos restaurantes con mucho ambiente. Tampoco debes perderte el Monumento a los Descubridores. Pero lo mejor, como os he dicho, son los tranvías. 

Os recomiendo visitar Lisboa. Los tranvías son Lisboa, son uno de los mejores medios de transporte para conocer Lisboa. Tienes que visitar los barrios humildes, el puerto, la zona alta. Quedan cinco líneas de tranvía en Lisboa. Hubo unas treinta a principios del siglo XX, cuando el tranvía estaba de moda en muchas ciudades. En Lisboa el tranvía tiene su razón de ser porque es una ciudad con muchas cuestas. El metro no llega a todas partes de la ciudad. Lisboa es una ciudad medieval, con calles enrevesadas. La gente se ha cansado de conducir en una ciudad con poso sitio para dejar el coche y vuelven a fijarse en el tranvía como medio de transporte.



3

Me llamó la atención que Alzira conserve parte de su muralla antigua. De hecho, hasta no hace tantos años, en la Villa de Alzira, el barrio antiguo de la ciudad había una muralla. No sé como la gente no tenía claustrofobia con tanta muralla. Yo prefiero aguantar a los piratas a tener que vivir en un sitio con dificultades para salir y para entrar. 

En todo caso, hoy no hay piratas en Alzira sino muchos turistas, demasiados para mi gusto. En temporada alta parece que estás en una ciudad en fiesta continua. El verano pasado mi marido nos llevó al Parque Natural de la Murta para escapar un poco del mundanal ruido que había en las playas de los alrededores. Pudimos respirar un poco de aire puro en una tarde en la que las niñas lo pasaron mejor que yo. Acabamos la visita al parque con una visita al Monasterio de la Murta. Un sitio tan triste como una monja. Casi me vino la depresión mirando la fachada del monasterio. 

Hay muchos edificios antiguos en Alzira. El mismo ayuntamiento de la ciudad, es un edificio que data del lejano siglo XVI. Se nota que es una ciudad con mucha presencia eclesial en el pasado. Fuimos paseando hasta las Escuelas Pías. Ahora es la Casa de la Cultura, pero se nota que anduvieron por allí los curas. El edificio tiene un aire muy eclesial. 

Os recomiendo visitar Alzira. Si te apartas del monasterio, de las escuelas Pías y de las iglesias lo pasas bien. Eso es lo que no me gusta de Alzira: su pasado clerical reflejado en muchos monumentos. Tiene otros sitios para visitar. Por ejemplo La Casa Museo de la Magia. Mis hijas lo pasaron de cine allí dentro. Si vas a Alzira, puedes dedicar la mañana a caminar por las calles del casco antiguo, finalizando la visita en la Plaza de la Constitución o en la Plaza Cassasús; y por la tarde, continuas andando hasta las Murallas del Viejo Mercado en el Parque de Arabia Saudita y seguir la caminata hasta la Plaza Mayor. También es recomendable visitar el Museo Municipal de Alzira. Nosotros no nos fuimos de Alzira sin acercarnos a la costa en Cullera. La playa es un placer que no me prohivo.

No comments:

Prueba primero, paga después