He ido muchas veces a París, la ciudad del amor como la llama mi marido. De todos los viajes que hice hasta ahora a la capital de Francia me quedó con mi viaje al París bohemio, al París del Barrio Latino que tanto gusta a mi santo.
Mi marido vivió antes de conocerme a mí en el Barrio Latino de París y quería enseñarme ese París que yo desconocía. Fue una experiencia fascinante. Pasear por las calles del Barrio Latino te mete en un escenario de rues y plazas con encantos diurnos y nocturnos que no olvidas. Nuestros paseos nos llevaron hasta el Louvre hasta el menos conocido Museo de Orsay. En este museo pudimos disfrutar con la contemplación de la mejor muestra de pintura impresionista del mundo mundial. Yo me hubiera llevado un cuadro de aquellos para mi dulce hogar si estuviera a la venta y pudiera comprarlo.
Nuestra siguiente parada fue en la famosa Torre Eiffel. Subimos hasta lo alto de esta maravillosa torre metálica y tuve la osadía de mirar hacia abajo venciendo mis vértigos. Volvimos a contemplar la Torre Eiffel desde un barco en el que recorrimos el Sena. También vimos iluminada de noche, desde el barco, la catedral de Notre Dame. Os recomiendo hacer el viaje en barco por el Sena de noche. Es mucho más romántico que de día.
No marchamos de París sin acercarnos hasta la Santa Capilla para contemplar el maravilloso conjunto de vidrieras. Es impresionante. También tuvimos tiempo en nuestro fin de semana bohemio para acercarnos hasta el Centro de Arte Pompidou y hasta el Museo Picasso. Finalmente le di el gusto a mi marido y fuimos a ver el mausoleo de Napoleón. Mi santo es muy fan del famoso emperador de la Edad Moderna.
Os recomiendo visitar el París bohemio. Todo el mundo debería ir al Barrio Latino. Es el barrio de los pintores, de los artistas, de los intelectuales. Es un barrio muy chic y cultureta. Mi marido tuvo la oportunidad de residir en este barrio cuando finalizó sus estudios universitarios en Estados Unidos. Hizo en París un máster de investigación de mercados y encontró pisito en el Barrio latino.
Mi marido vivió antes de conocerme a mí en el Barrio Latino de París y quería enseñarme ese París que yo desconocía. Fue una experiencia fascinante. Pasear por las calles del Barrio Latino te mete en un escenario de rues y plazas con encantos diurnos y nocturnos que no olvidas. Nuestros paseos nos llevaron hasta el Louvre hasta el menos conocido Museo de Orsay. En este museo pudimos disfrutar con la contemplación de la mejor muestra de pintura impresionista del mundo mundial. Yo me hubiera llevado un cuadro de aquellos para mi dulce hogar si estuviera a la venta y pudiera comprarlo.
Nuestra siguiente parada fue en la famosa Torre Eiffel. Subimos hasta lo alto de esta maravillosa torre metálica y tuve la osadía de mirar hacia abajo venciendo mis vértigos. Volvimos a contemplar la Torre Eiffel desde un barco en el que recorrimos el Sena. También vimos iluminada de noche, desde el barco, la catedral de Notre Dame. Os recomiendo hacer el viaje en barco por el Sena de noche. Es mucho más romántico que de día.
No marchamos de París sin acercarnos hasta la Santa Capilla para contemplar el maravilloso conjunto de vidrieras. Es impresionante. También tuvimos tiempo en nuestro fin de semana bohemio para acercarnos hasta el Centro de Arte Pompidou y hasta el Museo Picasso. Finalmente le di el gusto a mi marido y fuimos a ver el mausoleo de Napoleón. Mi santo es muy fan del famoso emperador de la Edad Moderna.
Os recomiendo visitar el París bohemio. Todo el mundo debería ir al Barrio Latino. Es el barrio de los pintores, de los artistas, de los intelectuales. Es un barrio muy chic y cultureta. Mi marido tuvo la oportunidad de residir en este barrio cuando finalizó sus estudios universitarios en Estados Unidos. Hizo en París un máster de investigación de mercados y encontró pisito en el Barrio latino.
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