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Monday, September 13, 2021

Mis vacaciones amuralladas

1
Andalucía tiene pueblos muy bonitos. Uno de estos pueblos de postal es Vejer de la Frontera, en Cádiz, a escasos metros de la playa de El Palmar. Todavía conserva todo su encanto gracias a que el ladrillo invasivo lo está respetando bastante. Cuenta con apenas 13.000 habitantes y sus calles encierran una combinación de las numerosas culturas que pasaron por ella, desde fenicios hasta romanos o musulmanes.

Nosotros fuimos a Vejer de la Frontera con nuestras hijas. Queríamos ver un pueblo del que nos habían hablado mil maravillas amigos nuestros. Quedaron cortos. Vejer es un pueblo muy completo. Pudimos hacer turismo de playa y turismo cultural.

También tuvimos tiempo para visitar los alrededores. Mi marido tenía ganas de conducir. Aprovechamos que había chófer gratis. Vejer está situado en la comarca de la Janda, antigua laguna desecada para usos agrí­colas. Eran tiempos pasados cuando quitaron el agua de la laguna. Hoy creo que le pondrían más agua. Los turistas lo que quieren es agua para nadar y relajarse. Los campos están bien, pero pronto te cansas de mirar las cosechas. Más te cansarías si fueras tú la jornalera, por supuesto. Este municipio presenta dos zonas diferenciadas: la costa y el interior. Yo me quedo con la costa.

No falta un río. Casi todos los pueblos están a las orillas de un río. Vejer está atravesado por el rí­o Barbate, que forma una zona de marismas, declarada Parque Natural y que son un reducto de lo que fue una de las zonas húmedas más importantes de Europa. Vimos el humedal bastante bien cuidado. Hay que felicitar a los vejeranos.

Muchas fueron las culturas que pasaron por allí. El pueblo fue parte de la frontera cristiana en la época nazarí­. De ahí su nombre. Tiene una ubicación muy propia de su época: está situado en una colina, desde la que se domina una magní­fica panorámica, y se edificó alrededor del Castillo. Nos encantó el castillo. Lo miras desde fuera y te sientes una princesa.

El conjunto urbano resulta de gran belleza y atractivo con sus calles estrechas y sinuosas. Crees perderte por momentos. Son calles de casas blancas y cuidadas. Sus habitantes saben que viven del turismo. Por eso nos ofrecen a los turistas lo mejor. Nosotros pasamos muchas horas en las playas, pero tuvimos tiempo para ir a ver las Murallas, la Iglesia del Divino Salvador y el Arco de la Juderí­a.

Os recomiendo Vejer de la Frontera en Cádiz. En otras épocas lo recorrieron fenicios, cartagineses y romanos. Se defendieron de los iberos como pudieron. De aquel pasado esplendoroso nos queda un pueblo con una arquitectura con muchos vestigios árabes.
2
Buscábamos pueblos con playa en Valencia. Unos amigos nos recomendaron Villajoyosa. Tenían unos tíos en este bonito pueblo valenciano y sabían de lo que hablaban. Son turistas en Villajoyosa todos los veranos.

Fue un acierto elegir este pueblo costero, que ha dejado de lado la pesca de toda la vida para centrarse en el turismo. Villajoyosa tiene tres kilómetros de amplias playas que forman parte de la costa local. Las recorrimos todas. Mi hija mayor decía que estábamos haciendo turismo de playas. La playa La Caleta es un sin fin de colores en piedrecitas que no son molestas si estás calzado, pero que te hacen los pies polvo si vas descalza. Yo me puse las chanclas al dar un par de pasos.

En nuestra segunda playa volví a necesitar mis chancas. La Playa L´Esparrelló es una playita escondida de piedra blanca y agua azul turquesa bastante limpia. Encontramos privacidad y un lindo ambiente. Pasamos una tarde nadando, tomando el sol y comiendo la merienda que había preparado mi suegra con todo su cariño.

Antes de acabar nuestras vacaciones recorrimos otras playas que debes visitar: Playa Villajoyosa, Playa de los Estudiantes y la playa del Torres. Conseguimos un bronceado natural maravilloso. Hasta mi suegra acabó morenita. La madre de mi marido tiene la piel muy blanca.

Villajoyosa multiplica su población en verano. En temporada baja anda sobre los 35.200 habitantes. Os recomiendo visitar este pueblo. Me quedo con la Playa Paraíso, una playa con calas preciosas. En Villajoyosa ves muchas torres. Son una herencia de su pasado de piratas asaltando la costa. Las torres se situaban en masías fortificadas. En el centro de la población hay más piedras protectoras: murallas, torres. Tenían todo preparado para disparar a los atacantes.

La Torre de Hércules, de origen romano, me hizo recordar otra Torre de Hércules, la de La Coruña. Hércules inspiró a nuestros antepasados en distintas partes de España. No tuvimos tiempo para pararnos en los museos. Hubiera sido interesante. Tienen museos con restos iberos y romanos. Será en otra ocasión. Esta vez estuvimos centrados en una ruta de playas. Mis hijas no nos perdonaron una visita al Museo del Chocolate.

A las afueras de Villajoyosa, hay un embalse. Mi marido quería pescar. Decía que había carpas. Pero no llevaba útiles de pesca. Nos quedaron muchas cosas pendientes para una siguiente visita a Villajoyosa, una localidad con un importante puerto pesquero y una lonja interesante.

Os recomiendo visitar Villajoyosa. Es un pueblo que se ha hecho grande con el ladrillo que todo lo ocupa. Afortunadamente, no ha perdido su encanto de pueblo mediterráneo con antiguos orígenes romanos.

3
Me encanta Marruecos. En el país vecino encuentras una cultura completamente distinta que te traslada a la Edad Media. Es un mundo sin prisas, con mucha oración y muchísima sencillez. Una de las ciudades que más me gusta de Marruecos es Chefchaouen. Estuve con mi marido por un viaje de negocios que prolongamos en una estancia de placer.

Nos alojamos en el Hotel Salam de Chefchaouen. Te puede parecer un hotel cutre cuando entras, pero la falta de comodidades habituales en nuestras casas se palian con una atención estupenda por parte de sus dueños. No cabe duda de que estás en un hotel familiar. Nosotros nos sentimos como en la casa humilde de unos amigos de Marruecos.

Situado en el barrio judío, detrás de la Gran Mezquita, a unos 50 metros de la Plaza Uta el-Hammam en pleno centro de Chaouen, el Hotel Salam cuanta con una ubicación excelente para hacer turismo. Puedes desplazarte andando a los puntos de mayor interés de la ciudad.

El hotel tiene varias plantas y una terraza con vistas panorámicas sobre la Kasbah y las montañas. Yo iba a la terraza a leer. Me relajaba mucho el silencio, las vistas, el mundo distinto que tenía a mis pies. Las habitaciones son sencillas, con el toque chic que le da una decoración árabe subrayada por los arcos que se multiplican en los interiores. Nos comentaron los dueños que habían hecho mejoras. Por ejemplo, las habitaciones tienen cuarto de baño privado. Se agradece. Compartir el cuarto de baño con desconocidos no es un plato de gusto.

Dispone de cocina colectiva donde podemos preparar nuestra propia comida, detalle muy de agradecer por la comodidad y ahorro económico. También lo agradecí porque suelo tener problemas a la hora de comer en Marruecos. Me dan ataques de asco. En el Hotel Salam tuvimos la gran suerte de coincidir con unos huéspedes que apenas utilizaban la cocina colectiva. La cocina estaba de mi mano.

Os recomiendo el Hotel Salam en Chefchaouen. Está construido sobre un antiguo Hammam. Desde el "Pozo de la Princesa Anka" se pueden ver sus cristalinas aguas y, según dice una antigua leyenda, quien mira sus aguas encontrará amor y riquezas. Yo el amor ya lo había encontrado. Las riquezas siguen resistiéndoseme. Voy a tener que regresar al Hotel Salam para volver a mirar las aguas cristalinas del pozo.
4
Mi marido tuvo un esguince que pensé que nos iba a fastidiar un viaje que teníamos pendiente a la Ciudad Condal. Afortunadamente, encontramos un hotel con habitaciones para personas con movilidad reducida: el Hotel del Mar en Barcelona. Es un hotel que tiene una ubicación fantástica, muy céntrica. Más fantásticos aún son sus empleados. El chico de recepción era un encanto. Cuando te reciben con una sonrisa, te sientes con ganas de prolongar tu estancia en el establecimiento hotelero.

El Hotel del Mar está situado en un edificio protegido. Lo han rehabilitado para que te sientas como en casa. Vives mejor que sus antiguos dueños. A unos 800 metros están el paseo marítimo y la estación de metro de Barceloneta. Yo me fui directa de tiendas. Dejé a mi marido teletrabajando en la habitación y sufriendo con sus dolores en el pie.

Poco tuve que andar para empezar a comprar regalitos para la familia más próxima. A los menos próximos no les regalo nada. En 5 minutos de caminata estaba en
el barrio de moda del Born. Llegué al parque de la Ciutadella y di vuelta. Estaba preocupada por mi santo.

No tenía por qué preocuparme. Mi marido tenía todas las comodidades. Las habitaciones del Hotel del Mar tienen aire acondicionado para estar fresquitos, TV de pantalla plana vía satélite y un escritorio junto con el mini bar bien surtido. En el baño privado encuentras secador de pelo y artículos de aseo. Reponen lo que ven que vas gastando. Algunas habitaciones gozan de balcón privado. Era el caso de la nuestra. Yo la había pedido con balcón para estar más cómoda. Las terracitas dan mucha vidilla. La caja fuerte está disponible por un suplemento. Nosotros pasamos de caja fuerte. Mi marido decidió no salir de la habitación. Quería cumplir su promesa al médico de estar siete días con la pierna subida a una banqueta. Yo creo que puso tanto empeño porque aquella habitación de paredes azules, colchas azules cortinas azules le recordaba la casa de su madre. Estaba inspirado. Así se portó tan bien.

Os recomiendo este hotel. El Hotel del Mar cuenta con recepción las 24 horas. Puedes llegar a la hora que quieras. La estación de tren de França de Barcelona se halla a 5 minutos a pie. Nosotros no necesitamos tren. Llevamos el coche. Lamenté no poder salir más. Mi marido no podía acompañarme y a mí no me apetecía hacer turismo cultural sola. Aún así me acerque hasta la catedral de Barcelona y el centro comercial Maremagnum. Están a 10 minutos a pie.




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