En el Parque da Devesa en Castro Caldelas encuentras un bosque con árboles frutales, donde puedes echar la mano a una manzana e hincarle el diente. Es como el paraíso de Adán y Eva. Para nosotros fue una sorpresa. Mi suegra había organizado la excursión en plena Ribeira Sacra. Fue un viaje interesante. El Parque da Devesa está cerca del casco histórico del municipio y de su castillo medieval.
No seguimos las dos rutas de senderismo que cruzan el parque. Fuimos un poco a nuestro aire. Dejamos la autocaravana en el parking que hay para estos vehículos y nos echamos a andar. Mis hijas nos hicieron parar en el parque infantil. El parque biosaludable les interesó menos.
Se ven muchos robles y castaños. Una apuesta por la madera propia de Galicia que da cabida a los árboles frutales: avellanos, nogales, manzanos, cerezos se unen a las frambuesas, arándanos, grosellas y moras. No faltan el romero y el tomillo. También vimos tomateras con tomatitos en fase de crecimiento. Este tipo de bosques se ven en Centroeuropa. Aquí todavía están en pañales.
Mi suegra les enseñó a las niñas los árboles. No hacía falta su clase de jardinería. Casa árbol tenía un cartelito indicando si era un cerezo o un manzano. Los restos de las frutas que comes en el bosque deben depositarse en el correspondiente contenedor. Colocaron un compostero.
Os recomiendo el Parque da Devesa. Por el bosque comestible pasan dos rutas: la de As penas de Matacás y las de Os bosques máxicos. Puedes ir andando y comiendo fruta gratis. Falta hace meter comida en el cuerpo. La ruta de Os bosques máxicos es de más de veinte kilómetros. Nosotros sólo hicimos un trocito. Mi suegra quería hacer todo el recorrido que transcurre entre árboles y edificios singulares.
Dejamos esa primera ruta y nos fuimos a la de Matacás. Paramos en el mirador para disfrutar las increíbles vistas de los Cañones del Sil. Esperamos volver. El parque da Devesa es más para disfrutar que para mirar.
No seguimos las dos rutas de senderismo que cruzan el parque. Fuimos un poco a nuestro aire. Dejamos la autocaravana en el parking que hay para estos vehículos y nos echamos a andar. Mis hijas nos hicieron parar en el parque infantil. El parque biosaludable les interesó menos.
Se ven muchos robles y castaños. Una apuesta por la madera propia de Galicia que da cabida a los árboles frutales: avellanos, nogales, manzanos, cerezos se unen a las frambuesas, arándanos, grosellas y moras. No faltan el romero y el tomillo. También vimos tomateras con tomatitos en fase de crecimiento. Este tipo de bosques se ven en Centroeuropa. Aquí todavía están en pañales.
Mi suegra les enseñó a las niñas los árboles. No hacía falta su clase de jardinería. Casa árbol tenía un cartelito indicando si era un cerezo o un manzano. Los restos de las frutas que comes en el bosque deben depositarse en el correspondiente contenedor. Colocaron un compostero.
Os recomiendo el Parque da Devesa. Por el bosque comestible pasan dos rutas: la de As penas de Matacás y las de Os bosques máxicos. Puedes ir andando y comiendo fruta gratis. Falta hace meter comida en el cuerpo. La ruta de Os bosques máxicos es de más de veinte kilómetros. Nosotros sólo hicimos un trocito. Mi suegra quería hacer todo el recorrido que transcurre entre árboles y edificios singulares.
Dejamos esa primera ruta y nos fuimos a la de Matacás. Paramos en el mirador para disfrutar las increíbles vistas de los Cañones del Sil. Esperamos volver. El parque da Devesa es más para disfrutar que para mirar.
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