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Monday, June 08, 2015

Mi turismo de discotecas y playas

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En mis años de adolescente fui varias veces a la Discoteca Quattro Dance, Avilés, cuando iba a la casa de mi tía. Todavía recuerdo sus sábados inolvidables, sobre todo después de la sesión de la tarde que terminaba a eso de las once y media de la noche. 

No sólo hay música en esta discoteca. También hacen desfiles de moda, concursos y fiestas organizadas. Está en las afueras de la ciudad de Avilés, en la calle Demetía Suárez, cerca del paseo marítimo. 

Mis primas y yo solíamos comer en su Burger. Nos parecía lo más. Lo que no usábamos era el parking de la discoteca porque no teníamos coche ni edad para tenerlo. 

La entrada en esta discoteca no era nada cara y menos teniendo en cuenta que te daba derecho a una consumición. Bueno, lo de la consumición gratis con la entrada hay que matizarlo. Te daban una bebida del país gratis. Si pedías una bebida de importación, te cobraban algo así como la mitad de su precio. 

La discoteca es bastante grande. Dentro tiene cuatro barras que no siempre están hasta los topes. Hace poco estuve con mi marido y había venido bastante a menos esta discoteca. Es una pena. Los baños los seguían teniendo al fondo y la terraza siguió pareciéndome lo mejor. 

Los baños de esta discoteca son enormes. No hay que hacer cola. Enseguida encuentras baño libre. Esta es una ventaja a tener en cuenta. 

La pista está en el centro de la discoteca. Cuando yo era adolescente solía estar más animada que ahora. Tiene dj bastante buenos, pero el negocio, como os decía, se le ha venido un poco a menos. Debe ser por la crisis económica.

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La Playa de las Catedrales, Lugo, es una playa que está muy bien para ir con los niños a pasar una tarde de mar y sol porque está perfectamente equipada. Tiene parking, tiene merendero, tiene servicio de socorristas,... Su única desventaja es que está siempre hasta los topes. 

Está unos 13 kilómetros de Ribadeo, en la provincia de Lugo y es bastante grande. Debe tener casi dos kilómetros. Me llamó la atención la última vez que estuvimos que tuviera el agua tan limpia teniendo tanta gente en sus arenales, que también estaban limpios. La arena es muy finita en esta playa. Da gusto andar descalza. 

Nosotros llevamos la comida y comimos en una de las mesas de piedra del merendero. En esta playa tienes de todo: desde aseos, hasta rampas de acceso o un paseo de madera que le encanta a mi suegra. Como decía mi marido, su madre tomaba el sol en el paseo, no en la arena de la playa. 

Lo que más me gusta de esta playa es que tienen prohibida la presencia de mascotas. Esto la hace más limpia y más segura. A mí no me gustan los perros correteando por mi alrededor y menos cuando estoy casi desnuda. Nunca sabes si al perrito en cuestión se le dará por morderte. 

El último día que fuimos estaba prohibido el baño. Tuve que contentarme con un paseo entre las rocas con las niñas y mi santo esposo. Las niñas querían bañarse. Les tuve que explicar que la bandera amarilla prohibía el baño. Acabamos tomando el sol subidos a unas rocas entre las cuales había una especie de pasillo de arena. Las rocas abundan en esta playa que os recomiendo muy mucho.


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