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Wednesday, July 15, 2015

Comiendo en restaurantes con mi familia feliz

1

Mamá Dolores, Madrid, es un restaurante que está en el Barrio de Salamanca, en concreto en la calle Príncipe de Vergara. 

Es lo que llama mi marido un restaurante para gente mayor. No le falta razón. Tanto su fachada como su interior es demasiado discreto. Lo único bueno de la sala donde sirven la comida es lo luminosa que es. Por lo demás las mesas y las sillas son de color negro y los manteles en negro y blanco recuerdan a un tablero de ajedrez. 

Lo que más me gusta de este restaurante madrileño es lo bien que presentan los platos. Son platos que comes con los ojos. De su amplia carta, me quedo con las milhojas de foie con manzana o el tartar de atún que están que te chupas los dedos. A mi suegra le gusta mucho la hamburguesa con queso Idiazábal y mi marido siempre pide las croquetas de rabo de toro. En postres, una buena carrot cake y la tarta de chocolate que piden mis hijas son los mejores. 

En lo que cojea este restaurante es en vinos. Tiene una carta de vinos bastante mejorable. 

No es un restaurante para ir a comer todos los días. Sus precios son un poco elevados para los tiempos de crisis que estamos viviendo. Nosotros vamos de cuando en cuando, sobre todo porque este restaurante le encanta a mi suegra. Ya os dije que es un restaurante que gusta a la gente mayor. 

Os lo recomiendo. Está muy bien para una comida o cena familiar tranquila. Los camareros sirven rápido y te traen la cuenta también rápido. No hace falta pedírsela dos veces.

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2

Mazzapan, Alicante es una cafetería que tiene unos pasteles que están muy buenos. Yo entré varias veces con mis hijas. Las tres somos muy dulceras y en esta cafetería te puedes poner hasta las cejas de pasteles a un precio razonable. 

El local tiene una decoración moderna, con predominio del blanco y el negro en mesas, sillas y paredes. También predomina el cristal. El mostrador, por ejemplo, es de cristal. 

Mis hijas y yo solemos sentarnos en unas mesas bajas que tienen, muy del tamaño de los niños. La última vez que estuvimos tomamos cola calo las niñas y café cortado servidora. De pasteles pedimos: coulant de chocolate para Patricia, un croissant de mantequilla para mí y un bretzel de chocolate para mi chiquitina Paula. Estaban deliciosos. 

También había tarta de zanahoria, torrijas y otros dulces que olían que enamoraban. 

Os recomiendo esta cafetería de Alicante. La bollería es casera y está calentita. Además, la sirven muy bien colocada. 

Esta cafetería se encuentra cerca de la estación del tren en Alicante. En concreto, está en la Avenida Aguilera número 21. Es muy fácil de encontrar. 

Debes tener cuidado con los precios. Oscilan mucho. Tanto te ponen una oferta que incluye café y un trozo de tarta casera como te cobran un bollo que no es mucha cosa a precio de lujo. Esta es la desventaja que le encuentro: la inestabilidad en sus precios. Te puede salir el desayuno o la merienda a un precio razonable si vas a las ofertas que suelen tener. No pidas lo que se te antoja porque te puedes llevar una gran sorpresa cuando te traen la cuenta.

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