Dormimos bien y comimos bien. Es lo que puedo decir de nuestra estancia en el Hotel Porto Santo en Porto Santo, Portugal, un hotel en primera línea de playa que cuenta con un jardín muy cuidado en el que no echas en falta estar en el campo. Tampoco echas en falta los buenos desayunos de tu casa. En este hotel el buffet de desayuno es muy completo. No marchas con hambre. Del desayuno me gustaron hasta los zumos. Se notaba que eran zumos de naranjas recién exprimidas. La fruta no faltaba y el bacon, que tanto gusta a mi chico, era de muy buena calidad.
Nos dieron una habitación amplia, con vistas al jardín y una terracita muy mona. Mi chico quería una habitación con vistas al mar, pero yo preferí la que tenía las ventanas hacia el jardín. Así podía ver a mis dos princesitas jugando delante de nuestra ventana. A las niñas les encantó la piscina. No me extraña. Era una piscina espectacular, con borde infinito y vistas al océano Atlántico.
Os lo recomiendo. En el Hotel Porto Santo en Porto Santo, Portugal no te aburres. Mi chico pasó mucho tiempo jugando al golf en el minigolf. Yo me animé con el pin pong con las madres de unas amiguitas que hicieron mis hijas. Últimamente estoy practicando algo de deporte durante mis viajes. Mi marido quería que fuéramos con otros huéspedes del hotel a hacer piragüismo. Yo no doy para tanto. El piragüismo lo practiqué una vez y no me quedaron ganas de repetir: pasaba más tiempo en el agua que encima de la piragua.
Este hotel tiene una ubicación muy buena. El aeropuerto de Porto Santo te queda a unos tres kilómetros. Nosotros fuimos en el autobús que tiene el hotel. Te traen del aeropuerto y te llevan. Todo un detalle por su parte. Otro detallazo es el spa y el centro de bienestar del Hotel Porto Santo en Porto Santo, Portugal. A mí me dejaron nueva.
Nos dieron una habitación amplia, con vistas al jardín y una terracita muy mona. Mi chico quería una habitación con vistas al mar, pero yo preferí la que tenía las ventanas hacia el jardín. Así podía ver a mis dos princesitas jugando delante de nuestra ventana. A las niñas les encantó la piscina. No me extraña. Era una piscina espectacular, con borde infinito y vistas al océano Atlántico.
Os lo recomiendo. En el Hotel Porto Santo en Porto Santo, Portugal no te aburres. Mi chico pasó mucho tiempo jugando al golf en el minigolf. Yo me animé con el pin pong con las madres de unas amiguitas que hicieron mis hijas. Últimamente estoy practicando algo de deporte durante mis viajes. Mi marido quería que fuéramos con otros huéspedes del hotel a hacer piragüismo. Yo no doy para tanto. El piragüismo lo practiqué una vez y no me quedaron ganas de repetir: pasaba más tiempo en el agua que encima de la piragua.
Este hotel tiene una ubicación muy buena. El aeropuerto de Porto Santo te queda a unos tres kilómetros. Nosotros fuimos en el autobús que tiene el hotel. Te traen del aeropuerto y te llevan. Todo un detalle por su parte. Otro detallazo es el spa y el centro de bienestar del Hotel Porto Santo en Porto Santo, Portugal. A mí me dejaron nueva.
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