Los deportes de invierno no son lo mío, pero, gracias a esta afición de mi chico que no comparto he podido disfrutar de hoteles tan fabulosos como el Hotel Condes del Pallars en Rialp, Lleida, un hotel de sólo tres estrellas del que sólo puedo decir cosas buenas.
Para empezar destacaría la amabilidad del personal. No parece que estás en la Cataluña profunda. La pela es la pela. El personal es tan amable que te sientes como en tu casa. También son muy profesionales. Tienen el hotel limpio como una patena.
El entorno del hotel es tan bonito que no te vienen ganas de ir a esquiar. Menos te vienen cuando esquiar no es lo tuyo. Yo me entretuve paseando por los espaciosos jardines que rodean el edificio hotelero mientras mi marido iba a practicar el deporte de la nieve. En los alrededores del hotel sólo respiras el aire puro y libre de contaminaciones del Pirineo de Lleida. Este hotel tiene piscinas al aire libre. No estaba el tiempo para nadar precisamente. Creo que alguna de las piscinas estaba climatizada, pero, ni aún así apetecía zambullirse en las aguas estancadas para dar unas brazadas.
Eché en falta la wi fi gratis en mi habitación. La Red de Redes sólo era gratuita en las zonas comunes. Un gran fallo. Comprendo que quieran hacer caja, pero no se arruinarían pro tener el detalle de extender la gratuidad de las conexión wi fi a las habitaciones de los huéspedes.
Nuestra habitación no era lujosa. En este hotel las habitaciones son sencillas. Prima la comodidad y el pragmatismo en una decoración que recuerda un poco la de tu casa. No te falta un escritorio, unos sillones, una cama cómoda y unas paredes que parecen recién pintadas. La habitación era luminosa.
Os recomiendo este hotel. El Hotel Condes del Pallars en Rialp, Lleida, es un hotel muy demandado, sobre todo en temporada de nieve porque tienes cerca la estación de esquí de Port Ainé. A esta estación fue a esquiar mi chico. Me dijo que la nieve estaba en su punto para deslizarte a toda velocidad. Por suerte no rompió una pierna. Yo casi prefiero que la nieve no esté muy esquiable para que deje los palos y venga para el hotel pronto.
Para empezar destacaría la amabilidad del personal. No parece que estás en la Cataluña profunda. La pela es la pela. El personal es tan amable que te sientes como en tu casa. También son muy profesionales. Tienen el hotel limpio como una patena.
El entorno del hotel es tan bonito que no te vienen ganas de ir a esquiar. Menos te vienen cuando esquiar no es lo tuyo. Yo me entretuve paseando por los espaciosos jardines que rodean el edificio hotelero mientras mi marido iba a practicar el deporte de la nieve. En los alrededores del hotel sólo respiras el aire puro y libre de contaminaciones del Pirineo de Lleida. Este hotel tiene piscinas al aire libre. No estaba el tiempo para nadar precisamente. Creo que alguna de las piscinas estaba climatizada, pero, ni aún así apetecía zambullirse en las aguas estancadas para dar unas brazadas.
Eché en falta la wi fi gratis en mi habitación. La Red de Redes sólo era gratuita en las zonas comunes. Un gran fallo. Comprendo que quieran hacer caja, pero no se arruinarían pro tener el detalle de extender la gratuidad de las conexión wi fi a las habitaciones de los huéspedes.
Nuestra habitación no era lujosa. En este hotel las habitaciones son sencillas. Prima la comodidad y el pragmatismo en una decoración que recuerda un poco la de tu casa. No te falta un escritorio, unos sillones, una cama cómoda y unas paredes que parecen recién pintadas. La habitación era luminosa.
Os recomiendo este hotel. El Hotel Condes del Pallars en Rialp, Lleida, es un hotel muy demandado, sobre todo en temporada de nieve porque tienes cerca la estación de esquí de Port Ainé. A esta estación fue a esquiar mi chico. Me dijo que la nieve estaba en su punto para deslizarte a toda velocidad. Por suerte no rompió una pierna. Yo casi prefiero que la nieve no esté muy esquiable para que deje los palos y venga para el hotel pronto.
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