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Friday, October 02, 2015

Entre un castillo medieval y un día de compras en Miami

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El Parador De Turismo De Siguenza, Sigüenza, te permite disfrutar de un castillo medieval con las comodidades a las que estamos acostumbrados en el siglo XXI. No echas nada de menos. 

Nada más entrar quedamos impresionados con el Salón del Trono. Es una sala que usan como restaurante. 

Nuestra habitación estaba en la segunda planta, donde también había un par de salas comunes para todos los huéspedes. Nosotros no las frecuentamos. A mí no me gusta sentarme a leer con desconocidos. Sólo fui a coger unos libros para leer en nuestra habitación. 

Los suelos son de madera y las paredes de piedra. Los pasillos están encalados de blanco. Mi marido fue a ver la capilla. Yo no fui porque las iglesias siempre me dieron tristeza. Todas las religiones son tristes y yo estoy en este mundo para divertirme. Me dijo mi santo que la capilla databa del siglo XIII. 

Nuestra habitación no era muy grande. Tenía vistas al Patio del Parador. El patio estaba siempre lleno de turistas. Menos mal que de noche no había nadie porque, de haber gente como había de día, no hubiéramos podido dormir. 

La decoración era sencilla y funcional. Nuestra cama de matrimonio, una mesa de madera con un par de sillas, un armario. Estaba bien. 

Lo que no me gustó fue que me cobraran un suplemento por dormir en una cama de matrimonio. Había parejas que se contentaban con dos camas individuales, pero no es nuestro caso. A mi santo y a mí nos gusta una buena cama de matrimonio y no renunciamos a ella. 

Encima del cabecero teníamos un cuadro de una Virgen que yo quité para no tener pesadillas. Aquello era demasiado religioso. 

El televisor era lo mejor: un buen televisor de plasma con canales internacionales. 

Os recomiendo alojaros en este parador. Es cómodo, pese a primar la decoración medieval por todas partes. Yo me sentí como una princesa de la Edad Media en mitad del campo. Fue una bonita experiencia. 

El Parador de Sigüenza Sigüenza es muy recomendable. La única desventaja que le encontré importante fue que la bañera del cuarto de baño no era nada grande y tenía una mampara difícil de abrir y cerrar.

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El turismo que a mí me gusta es el turismo de compras. Por eso me lo pasé de cine en el Dolphin Mall, Miami, un gran centro comercial en el que encuentras de todo a las afueras de la ciudad. 

Yo ya había estado en el Dolphin Mall. Estuve por primera vez en el año 2001, que fue cuando lo inauguraron. Esta segunda vez me pareció igual de enorme. No es para menos teniendo en cuenta que tiene una superficie de 130.000 metros cuadrados. 

Mi marido andaba un poco perdido entre tanta tienda, pero yo y mis niñas estábamos en nuestra salsa. Aprovechamos hasta para ir al cine. Este centro comercial tiene 19 salas de cine. Es un centro comercial muy completo. Por ejemplo, para conectarte a Internet no tienes problema. En todo el centro comercial hay una conexión wi fi muy buena. 

Lo que más me llamó la atención fueron las salas de lactancia que hay repartidas por todo el centro comercial. Casi hay más salas de lactancia que servicios. Los cuatro servicios que tienen se quedan cortos para tanta gente. 

Mi marido cogió un plano para no perderse. Yo pasé del plano. Me gusta ir descubriendo tiendas y comprando lo que está bien de precio si lo necesito. 

Este centro comercial se divide en tres zonas: Rambla, Moda y Playa. Cada zona tiene una decoración y ambiente acorde con los productos que ofrece. 

En la zona Playa destaca el food court. En la zona Rambla hay tiendas de ropa y deportes. En la zona Moda, mi zona favorita, está todo lo de moda y las marcas más caras. 

No debes perderte una visita a las tiendas Ross, Old Navy, Saks Fifth Avenue y Marshalls. Son las tiendas más grandes del centro comercial. 

Os recomiendo visitar el Dolphin Mall de Miami. Es genial. Nosotros fuimos el invierno pasado con las niñas y nos lo pasamos pipa en el Palacio de Hielo que tenían para los críos. A mis niñas les dieron un bastón de caramelo que les encantó. 

No marchamos sin entrar en las tiendas de souvenirs, donde compramos unos recuerdos para los amigos. Cositas baratas como llaveros.

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