Valencia ha cambiado mucho en estos últimos 25 años. Nada tiene que ver con la ciudad que yo conocí en mi infancia cuando iba dos o tres veces al año a visitar a la hermana de mi madre que entonces vivía en la ciudad del Turia. Hoy en día Valencia es una ciudad moderna, una ciudad para disfrutar.
Yo disfruté mucho esta maravillosa ciudad mediterránea con mi marido y mis hijas en nuestra última visita. Fue una pena que sólo estuvimos dos días. Hubiera necesitado una semana entera para sentirme contenta con mi visita. Me marché con ganas de enseñarles a mis hijas más cosas de Valencia.
Empezamos nuestro recorrido en la catedral, un edificio en el que se nota la evolución histórica de la arquitectura en Valencia. Es una catedral que fue construida a trocitos, a añadidos que dejaron en sus piedras los distintos estilos arquitectónicos. Nuestra siguiente parada fue el Palau de la Generalitat. Está donde la catedral. Mi marido le explicó a nuestras hijas con todo lujo de detalle que por allí hubo un foro romano. Es donde se celebra el Tribunal de las Aguas, donde se reúnen los regantes para celebrar el juicio en el que determinan si hay que pagar alguna multa por no hacer un buen uso del agua en las fincas.
Tras tanta explicación de mi santo, iniciamos un recorrido panorámico bordeando el cauce del antiguo río Turia. El cauce se ha desviado hace unos setenta años. El cauce viejo son los Jardines del Turia con 19 fuentes. Es una zona enorme, unos 9 kilómetros.
Tuvimos tiempo para acercarnos al Museo de Bellas Artes de Valencia. Mi hija mayor quería conocer las pinturas de la que está considerada la segunda pinacoteca del país por detrás del Museo del Prado de Madrid. También fuimos al Museo Fallero. No debes perdértelo sólo por los bonitos trajes que tiene expuestos. Había más turistas en el Museo Fallero que en el Museo de Bellas Artes. A los turistas les llama la atención lo típico, lo propio de cada tierra.
Nuestra visita a Valencia acabó con un paseo por la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Está en un lugar de fábricas cerradas. Hace unos 25 años empezaron a levantar los edificios que hoy podemos disfrutar llenos de cultura y arte. Es una obra del arquitecto Calatrava. No hace falta preguntar quien ha sido el arquitecto porque en aquellos edificios reconoces la firma de este polémico arquitecto. Lo pasamos muy bien en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe. Te enseñan ciencia de manera amena, cosa que agradece mucho una persona como yo tan poco amiga de la ciencia enseñada al estilo antiguo. Fue una pena no tener tiempo para ir a la ópera. Nos tuvimos que contentar con contemplar el maravilloso Palacio de la Ópera por fuera. Espero poder disfrutarlo por dentro en otra ocasión. Volveré a Valencia y os recomiendo a vosotros también ir.
Yo disfruté mucho esta maravillosa ciudad mediterránea con mi marido y mis hijas en nuestra última visita. Fue una pena que sólo estuvimos dos días. Hubiera necesitado una semana entera para sentirme contenta con mi visita. Me marché con ganas de enseñarles a mis hijas más cosas de Valencia.
Empezamos nuestro recorrido en la catedral, un edificio en el que se nota la evolución histórica de la arquitectura en Valencia. Es una catedral que fue construida a trocitos, a añadidos que dejaron en sus piedras los distintos estilos arquitectónicos. Nuestra siguiente parada fue el Palau de la Generalitat. Está donde la catedral. Mi marido le explicó a nuestras hijas con todo lujo de detalle que por allí hubo un foro romano. Es donde se celebra el Tribunal de las Aguas, donde se reúnen los regantes para celebrar el juicio en el que determinan si hay que pagar alguna multa por no hacer un buen uso del agua en las fincas.
Tras tanta explicación de mi santo, iniciamos un recorrido panorámico bordeando el cauce del antiguo río Turia. El cauce se ha desviado hace unos setenta años. El cauce viejo son los Jardines del Turia con 19 fuentes. Es una zona enorme, unos 9 kilómetros.
Tuvimos tiempo para acercarnos al Museo de Bellas Artes de Valencia. Mi hija mayor quería conocer las pinturas de la que está considerada la segunda pinacoteca del país por detrás del Museo del Prado de Madrid. También fuimos al Museo Fallero. No debes perdértelo sólo por los bonitos trajes que tiene expuestos. Había más turistas en el Museo Fallero que en el Museo de Bellas Artes. A los turistas les llama la atención lo típico, lo propio de cada tierra.
Nuestra visita a Valencia acabó con un paseo por la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Está en un lugar de fábricas cerradas. Hace unos 25 años empezaron a levantar los edificios que hoy podemos disfrutar llenos de cultura y arte. Es una obra del arquitecto Calatrava. No hace falta preguntar quien ha sido el arquitecto porque en aquellos edificios reconoces la firma de este polémico arquitecto. Lo pasamos muy bien en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe. Te enseñan ciencia de manera amena, cosa que agradece mucho una persona como yo tan poco amiga de la ciencia enseñada al estilo antiguo. Fue una pena no tener tiempo para ir a la ópera. Nos tuvimos que contentar con contemplar el maravilloso Palacio de la Ópera por fuera. Espero poder disfrutarlo por dentro en otra ocasión. Volveré a Valencia y os recomiendo a vosotros también ir.
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