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A mi marido no le gustó mucho el Iberostar Albufera Playa porque conoció la Playa de Muro sin esta construcción hotelera cuando era niño e iba con sus padres a Mallorca. Cerca de donde está el hotel vivía una tía suya en una casita con su familia. La modernidad se ha abierto paso y hoy hay un complejo hotelero que, tiene razón mi esposo, queda como un pegote en mitad de una zona con bastante arboleda. De hecho hay una zona arbolada que pertenece al hotel antes de llegar al arenal de la playa.
Pese a los lamentos de mi esposo lo pasamos bien en este hotel pensado para unas vacaciones familiares de mucha agua y mucha playa. Piscinas encontrabas en todos los rincones. Tenías también un spa y un centro de bienestar que poco frecuenté. Sólo estábamos un fin de semana. Por eso nos quedamos a hacer todas las comidas en el hotel. Tuvimos la suerte de que la comida era muy variada. En gastronomía mi marido no tuvo queja.
El Iberostar Albufera Playa tiene cuatro restaurantes. Nosotros fuimos a uno que se llama La Cepa. Es el restaurante que ofrece platos de cocina mallorquina. Mi marido eligió comer un menú que le recordara los platos que le preparaba su tía.
Lo que no me gustó nada fue que nos cobraran las pelotas y las raquetas de tenis. Nos dijeron muy amablemente, eso sí, que el equipamiento de tenis era de pago. También tuvimos que pagar por usar la pista de tenis. Yo hubiera jugado al tenis en un camino rural por la zona. Mi marido se negó. Digo que estaba loca. Él jugaba al tenis donde había que jugar. Me informé de otros deportes y sólo cobraban si los practicabas con equipamiento del hotel fuera del recinto hotelero. No sé qué diferencia tiene el tenis. Tal vez que haya más gente que juega al tenis.
Pese a esta desventaja os recomiendo el hotel. El Iberostar Albufera Playa es un hotel moderno, limpio, con amplias habitaciones y que no admite mascotas. Puedes llevar a tus niños sin temor que que te los contagie un perro o un gato con una peste.
Pese a los lamentos de mi esposo lo pasamos bien en este hotel pensado para unas vacaciones familiares de mucha agua y mucha playa. Piscinas encontrabas en todos los rincones. Tenías también un spa y un centro de bienestar que poco frecuenté. Sólo estábamos un fin de semana. Por eso nos quedamos a hacer todas las comidas en el hotel. Tuvimos la suerte de que la comida era muy variada. En gastronomía mi marido no tuvo queja.
El Iberostar Albufera Playa tiene cuatro restaurantes. Nosotros fuimos a uno que se llama La Cepa. Es el restaurante que ofrece platos de cocina mallorquina. Mi marido eligió comer un menú que le recordara los platos que le preparaba su tía.
Lo que no me gustó nada fue que nos cobraran las pelotas y las raquetas de tenis. Nos dijeron muy amablemente, eso sí, que el equipamiento de tenis era de pago. También tuvimos que pagar por usar la pista de tenis. Yo hubiera jugado al tenis en un camino rural por la zona. Mi marido se negó. Digo que estaba loca. Él jugaba al tenis donde había que jugar. Me informé de otros deportes y sólo cobraban si los practicabas con equipamiento del hotel fuera del recinto hotelero. No sé qué diferencia tiene el tenis. Tal vez que haya más gente que juega al tenis.
Pese a esta desventaja os recomiendo el hotel. El Iberostar Albufera Playa es un hotel moderno, limpio, con amplias habitaciones y que no admite mascotas. Puedes llevar a tus niños sin temor que que te los contagie un perro o un gato con una peste.
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Estuve con mi marido, mi suegra y mis niñas en el Iberostar Club Cala Barca, un hotel perfecto para unas vacaciones de sol y playa con niños en Mallorca. El hotel está ubicado en una urbanización tranquila. Es un hotel que tiene muchas actividades para los más pequeños de la casa. También tiene pistas deportivas para los que quieran practicar deporte durante sus vacaciones. Mi marido y yo sólo nos apuntamos al tenis, un deporte fácil que nos gusta a los dos. Mi suegra, en cambio, opto por pasar sus horas libres de nietas en la piscina y en las playas que rodean el hotel.
El Iberostar Club Cala Barca te queda justo frente a la playa. Esto te ahorra traslados. Mis hijas iban solas a la playa. Es una playa muy segura. No tiene el oleaje que tienen las playas de Galicia, por ejemplo. Por eso dejaba ir a las niñas con las amiguitas y amiguitos que hicieron en el hotel.
Otra ventaja de este hotel es que el parking es gratuito. Mi marido quería dejar fuera el coche que alquilamos. Yo lo convencí para que lo metiera en el parking. Había que aprovechar que no nos lo cobraban. Tampoco nos cobraron la wi fi de nuestra habitación. Una conexión wi fi que funcionaba a las mil maravillas.
Las habitaciones son grandes. Son habitaciones familiares. Cogimos dos: una para nosotros y otra para mi suegra. La madre de mi marido estuvo como en un palacio. Tuvo la suerte de tener un cuarto de baño más grande que el nuestro y la terraza de su habitación también era más grande. No se pudo quejar del regalo vacacional que le hicimos. Yo sí me quejé de lo diminuto que me resultó el baño. Mi marido decía que era del tamaño del cuarto de baño de nuestra casa. Lo vi más pequeño. Tal vez era por el agobio que me da no tener un cuarto de baño para mí sola como tengo en mi dulce hogar.
Os recomiendo este maravilloso hotel. Es ideal para unas vacaciones en familia con niños. Yo me sentí como en un pueblo moderno. El hotel tiene de todo. Hasta tiene un acceso a una pequeña cala. Nosotros fuimos andando hasta otras calas. La que estaba más cerca del hotel estaba hasta los topes de gente. De las otras calas nos informaron los empleados del hotel. Son muy amables.
El Iberostar Club Cala Barca te queda justo frente a la playa. Esto te ahorra traslados. Mis hijas iban solas a la playa. Es una playa muy segura. No tiene el oleaje que tienen las playas de Galicia, por ejemplo. Por eso dejaba ir a las niñas con las amiguitas y amiguitos que hicieron en el hotel.
Otra ventaja de este hotel es que el parking es gratuito. Mi marido quería dejar fuera el coche que alquilamos. Yo lo convencí para que lo metiera en el parking. Había que aprovechar que no nos lo cobraban. Tampoco nos cobraron la wi fi de nuestra habitación. Una conexión wi fi que funcionaba a las mil maravillas.
Las habitaciones son grandes. Son habitaciones familiares. Cogimos dos: una para nosotros y otra para mi suegra. La madre de mi marido estuvo como en un palacio. Tuvo la suerte de tener un cuarto de baño más grande que el nuestro y la terraza de su habitación también era más grande. No se pudo quejar del regalo vacacional que le hicimos. Yo sí me quejé de lo diminuto que me resultó el baño. Mi marido decía que era del tamaño del cuarto de baño de nuestra casa. Lo vi más pequeño. Tal vez era por el agobio que me da no tener un cuarto de baño para mí sola como tengo en mi dulce hogar.
Os recomiendo este maravilloso hotel. Es ideal para unas vacaciones en familia con niños. Yo me sentí como en un pueblo moderno. El hotel tiene de todo. Hasta tiene un acceso a una pequeña cala. Nosotros fuimos andando hasta otras calas. La que estaba más cerca del hotel estaba hasta los topes de gente. De las otras calas nos informaron los empleados del hotel. Son muy amables.
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