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Monday, August 24, 2015

Vacaciones románticas en Segovia y Cáceres con mi marido

1

Los Arcos Hotel, Segovia, es un hotel que no sale caro y es acogedor para una pareja enamorada. Yo estuve con mi marido un par de días. Fue llegar y encontrarme como en mi casa. 

La habitación era grande, luminosa, con unas vistas preciosas y una gran cama de matrimonio. Mi marido echó en falta unas cortinas tipo cortinones. Decía que entraba demasiada luz por las cortinas tan sencillas que había en los grandes ventanales de la habitación. Para mí eran perfectas. 

Por gustarme hasta me gustó el gran espejo que cubría toda la pared donde estaba el cabecero de la cama. Le daba mucho romanticismo a la habitación. Era fascinarte verte en el espejo vestida y desnuda, de noche y de día. 

Había una cama supletoria que no necesitamos. La usamos de sofá. Este sofá-cama no era tan cómodo como la cama de matrimonio. 

El cuarto de baño era sencillo. Demasiado sencillo para mi gusto. La ducha no funcionaba demasiado bien y había un olor como a desinfectante de tuberías que no se iba ni abriendo las ventanas. Tuvimos que tener cerrada la puerta del cuarto de baño día y noche. 

El desayuno fue un buffet demasiado simplón para mi gusto. Mucha bollería industrial y muchos zumos de cartón. Mi marido tuvo suficiente con un desayuno. Al día siguiente fuimos a desayunar a una cafetería de los alrededores. 

La mayor ventaja que le encuentro a este hotel es su ubicación. En diez minutos de caminata te pones en el acueducto. Por eso os lo recomiendo. Los Arcos Hotel, Segovia, podría ser mejor si lo tuvieran más cuidado. Por ejemplo, el televisor de nuestra habitación funcionaba fatal. Lo que iba bien era la conexión wi fi.

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2

Cáceres es una ciudad con mucho encanto para pasar un día con la familia de manera tranquila, sobre todo en las calles del centro que son peatonales, lo cual es ideal cuando vas con los críos. 

Nosotros dejamos el coche en uno de los parkings que hay en el centro. Son aparcamientos de pago, pero no te arruinan. Mi marido quería dejarlo en la zona de la avenida de Hernán Cortés, por donde está la escultura a caballo que tanta gracia les hizo a mis hijas. 

Fuimos directos al centro histórico, considerado Patrimonio de la Humanidad. No me extraña que lo sea porque es de los cascos históricos medievales mejor conservados que he visto. 

Desde las afueras de Cáceres llegas al centro en unos diez minutos de caminata. La oficina de turismo está al lado de la catedral. Pasamos de información turística. Nosotros preferimos siempre ir a nuestro aire, descubrir los rincones de las ciudades sin guías que nos condicionen. 

Después de dar unas vueltas por Cáceres, llegamos a la ermita de la Paz, pasamos bajo el arco de la Estrella, un arco que data del siglo XV y por el que pasas para lo que es el recinto amurallado. 

Me gustó en la plaza de Santa María, el palacio de Carvajal, donde está la oficina de turismo. El palacio episcopal, es de estilo renacentista y tiene una fachada muy rarita. Mi marido le hizo un montón de fotos. Últimamente está muy interesado por la arquitectura. Quería entrar en la Santa María la Mayor, también llamada concatedral, pero le dije que ni hablar. Yo no subía a aquella torre con mis tacones y tirando de dos niñas que empezaban a epdir helados. 

Fuimos hasta la Plaza de los Golfines, miramos los palacios que hay allí. En uno de estos palacios se alojaban los Reyes Católicos cuando andaban por la zona de reconquista. Fue lo que nos dijo mi marido. Mi santo sabe un montón de historia. Por eso no necesitamos guías. 

Acabamos en la zona del convento de la Compañía de Jesús. Enfrente de la iglesia y el convento está el palacio de los Becerra. No quise ver más palacios y mucho menos la exposición que allí había. Dejé a mi marido dando vueltas y me fui con las crías a tomar algo. Después de tanta caminata, yo también tenía hambre.

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