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Si quieres ver la iglesia más antigua de las Islas Canarias, tienes que ir a Betancuria en Fuerteventura. Nosotros no sólo fuimos a ver su iglesia antigua sino que fuimos a hacer senderismo por el Parque rural de Betancuria. Nunca lo olvidaré porque nos dejamos una pasta en el servicio. Fuimos con mis cuñados y a mi cuñada le dio por ir al servicio varias veces. Le había hecho daño una comida. Pudo haber vomitado en uno de los caminos del parque. Se hubiera ahorrado 1 euro por cada entrada en los baños públicos. Me parece una tontería tener que pagar y más cuando los baños estaban lo sucios que estaban. Yo creo que la gente los dejaba tan sucios porque les cobraban 1 euro.
Mis hijas quisieron hacerse fotos con unas estatuas de unos reyes que encontramos en nuestro camino. Se llamaban Guise y Ayose. me recordaron un poco al Quijote de Cervantes. Llevaban escudo y lanza. Eran unos reyes caballeros que no sé ni si existieron. Casi quiero creer que los inventaron para que los turistas se sacaran fotos con sus estatuas.
Seguimos paseando por el pueblo y acabamos en el Museo de Arte Sacro de Betancuria. Mi cuñada no salía de dentro mirando aquellos santos, aquellas vírgenes y aquellos objetos religiosos. Casi le pido al personal del museo que le vendieran algo para poder sacarla de dentro. A mí me ponía nerviosa tanta religiosidad en objetos icónicos.
Os recomiendo visitar Betancuria. En verano hay muchos turistas, sobre todo en el Mirador Corrales de Guize. Las vistas son maravillosas. Es donde están las estatuas de los reyes con sus cuatro metros y medio de altura. Eso sí, no vayas muy peinada porque hace un viento de los demonios. Yo estaba horrorizada con los vientos. Me agarré a mi chico desesperada porque pensaba que los vientos me llevaban volando para América. No ocurrió tal cosa. Pude regresar a mi casa para decir a mis conocidos que Betancuria es uno de los pueblos más bonitos de las Islas Canarias. La gente también es de lo mejor.
Mis hijas quisieron hacerse fotos con unas estatuas de unos reyes que encontramos en nuestro camino. Se llamaban Guise y Ayose. me recordaron un poco al Quijote de Cervantes. Llevaban escudo y lanza. Eran unos reyes caballeros que no sé ni si existieron. Casi quiero creer que los inventaron para que los turistas se sacaran fotos con sus estatuas.
Seguimos paseando por el pueblo y acabamos en el Museo de Arte Sacro de Betancuria. Mi cuñada no salía de dentro mirando aquellos santos, aquellas vírgenes y aquellos objetos religiosos. Casi le pido al personal del museo que le vendieran algo para poder sacarla de dentro. A mí me ponía nerviosa tanta religiosidad en objetos icónicos.
Os recomiendo visitar Betancuria. En verano hay muchos turistas, sobre todo en el Mirador Corrales de Guize. Las vistas son maravillosas. Es donde están las estatuas de los reyes con sus cuatro metros y medio de altura. Eso sí, no vayas muy peinada porque hace un viento de los demonios. Yo estaba horrorizada con los vientos. Me agarré a mi chico desesperada porque pensaba que los vientos me llevaban volando para América. No ocurrió tal cosa. Pude regresar a mi casa para decir a mis conocidos que Betancuria es uno de los pueblos más bonitos de las Islas Canarias. La gente también es de lo mejor.
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Mallorca no es sólo sol y playa. Lo comprendes cuando visitas pueblos interiores como Montuiri, un pueblecito precioso que hace años era un productor de cereales y harinas. Hoy es un pueblo que todavía conserva una naturaleza en todo su esplendor pese a los muchos turistas españoles y extranjeros que lo visitan, sobre todo en verano.
Yo estuve con mi marido y con mis hijas coincidiendo con unas fiestas de su patrón, San Bartolomeu. Hacían unos bailes folklóricos que llamaron mucho la atención a mis hijas. Mis niñas son como su abuela: ven un baile regional y no las apartas. Lo pasamos bien en este pueblo, recorriendo sus calles, sus alrededores, conociendo gente local. La gente de Montuiri es gente cálida, acogedora con el visitante. Saben que el turismo es su gallina de los huevos de oro.
Montuiri tiene un clima perfecto para hacer senderismo. Mi marido quería ponerse a andar. Yo no estaba para andar. No llevaba calzado apropiado. Por eso el senderismo que hicimos fue en coche.
Lo mejor de Montuiri, según mi chico, son sus fiestas. No debes perderte los cossiers de Montuïri. Sólo bailan en tres únicas ocasiones al año. Una es en verano. Tuvimos la suerte de que coincidió con su fiesta nuestra visita. Mi marido ya los había visto cuando era niño. Sus padres veraneaban en la zona cuando mi chico y sus hermanos eran niños. Regresar a Montuiri fue revivir sus recuerdos. Se sentía feliz.
Yo también me sentí feliz descubriendo el pasado medieval de este pueblo. Conservan muchas construcciones de tiempos antiguos, por ejemplo los molinos. Con sólo ver el molinar de su casco histórico ya te das cuenta cómo se ganaban la vida los lugareños. Cultivaban cereales, los molían, conseguían harina y con la harina hacían panes y dulces. Es un acierto que conserven los molinos en pie, un gran reclamo para los turistas.
Os recomiendo visitar Montuiri. Descubrirás una Mallorca distinta a la que nos venden en las agencias de viajes.
Yo estuve con mi marido y con mis hijas coincidiendo con unas fiestas de su patrón, San Bartolomeu. Hacían unos bailes folklóricos que llamaron mucho la atención a mis hijas. Mis niñas son como su abuela: ven un baile regional y no las apartas. Lo pasamos bien en este pueblo, recorriendo sus calles, sus alrededores, conociendo gente local. La gente de Montuiri es gente cálida, acogedora con el visitante. Saben que el turismo es su gallina de los huevos de oro.
Montuiri tiene un clima perfecto para hacer senderismo. Mi marido quería ponerse a andar. Yo no estaba para andar. No llevaba calzado apropiado. Por eso el senderismo que hicimos fue en coche.
Lo mejor de Montuiri, según mi chico, son sus fiestas. No debes perderte los cossiers de Montuïri. Sólo bailan en tres únicas ocasiones al año. Una es en verano. Tuvimos la suerte de que coincidió con su fiesta nuestra visita. Mi marido ya los había visto cuando era niño. Sus padres veraneaban en la zona cuando mi chico y sus hermanos eran niños. Regresar a Montuiri fue revivir sus recuerdos. Se sentía feliz.
Yo también me sentí feliz descubriendo el pasado medieval de este pueblo. Conservan muchas construcciones de tiempos antiguos, por ejemplo los molinos. Con sólo ver el molinar de su casco histórico ya te das cuenta cómo se ganaban la vida los lugareños. Cultivaban cereales, los molían, conseguían harina y con la harina hacían panes y dulces. Es un acierto que conserven los molinos en pie, un gran reclamo para los turistas.
Os recomiendo visitar Montuiri. Descubrirás una Mallorca distinta a la que nos venden en las agencias de viajes.
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