La Siberia extremeña ha sido reconocida como una reserva de la Biosfera, un reconocimiento merecido por las peculiaridades de la zona. Esta Siberia extremeña está en el noroeste de la provincia de Badajoz. Es una comarca poco conocida por los turistas masivos.
La primera vez que fui a esta comarca de la provincia de Badajoz fue a una cacería. Ni salí del coche. Estaba horrorizada con la caza, pero los negocios son negocios y mi chico iba a hacer negocios con los cazadores ricos y yo tenía que hacer negocios con las mujeres de los cazadores. Lo mejor fue que hacía buen tiempo y pudimos ir a darnos un chapuzón al embalse de Cijara, un sitio apartado del mundanal ruido. También está apartado del mundanal ruido el Embalse de García de Sola. La Siberia extremeña es zona de embalses, de esos embalses que se construyeron durante la dictadura franquista para que la gente no muriera de sed en la España seca.
Por la Siberia extremeña pasa el río Guadiana. Hay mucha costa dulce, como dice mi chico. Ríos por todas partes. Grandes campos. Muchos terrenos sin casas ni vida aparente. Es una Siberia española olvidada. En eso radica su encanto: sabes que vas a estar apartada del mundanal ruido. Allí no te busca nadie. En el sur tienes grandes llanuras. En el norte toman protagonismo las montañas.
Os recomiendo visitarla. Ahora que es reserva de la biosfera tienes un motivo más para hacer un viaje por aquellas tierras caracterizadas por los embalses y los kilómetros de ríos. Nosotros paramos en Navalvillar de Pela, una localidad conocida por su famosa Carrera de San Antón, que se celebra cada 16 de enero de cada año. Fue una pena que no coincidiéramos con la fiesta.
Al norte de Navalvillar de Pela está el Parque Periurbano Moheda Alta, representativo de la dehesa extremeña. Fuimos a verlo, pero no paramos mucho porque a mí me agobiaba tanto silencio roto por los cantos de los pajaritos. Las aves siempre me ponen nerviosa. Durante los meses de invierno es un sitio perfecto para la observación de las grullas. Mi chico las miraba embelesado. A mí me parecían feísimas. El parque cuenta con un centro de interpretación y varias torres de observación donde puedes ver las aves, si ese es tu pasatiempo favorito en el campo.
Nosotros acabamos nuestra visita a la Siberia extremeña en las Casas de Don Pedro, un bonito pueblo donde vale la pena acercarse hasta la iglesia parroquial San Pedro Apóstol, de finales del siglo XIV y reformada posteriormente en el siglo XVI-XVII, o recorrer las diferentes ermitas de la localidad. Es un pueblo de iglesias.
Espero volver pronto. Mi madre vio las fotos y quiere que la llevemos a ver aquellas tierras. Ya veremos. Tenemos otras excursiones pendientes con amigos. Tal vez en invierno regresemos.
La primera vez que fui a esta comarca de la provincia de Badajoz fue a una cacería. Ni salí del coche. Estaba horrorizada con la caza, pero los negocios son negocios y mi chico iba a hacer negocios con los cazadores ricos y yo tenía que hacer negocios con las mujeres de los cazadores. Lo mejor fue que hacía buen tiempo y pudimos ir a darnos un chapuzón al embalse de Cijara, un sitio apartado del mundanal ruido. También está apartado del mundanal ruido el Embalse de García de Sola. La Siberia extremeña es zona de embalses, de esos embalses que se construyeron durante la dictadura franquista para que la gente no muriera de sed en la España seca.
Por la Siberia extremeña pasa el río Guadiana. Hay mucha costa dulce, como dice mi chico. Ríos por todas partes. Grandes campos. Muchos terrenos sin casas ni vida aparente. Es una Siberia española olvidada. En eso radica su encanto: sabes que vas a estar apartada del mundanal ruido. Allí no te busca nadie. En el sur tienes grandes llanuras. En el norte toman protagonismo las montañas.
Os recomiendo visitarla. Ahora que es reserva de la biosfera tienes un motivo más para hacer un viaje por aquellas tierras caracterizadas por los embalses y los kilómetros de ríos. Nosotros paramos en Navalvillar de Pela, una localidad conocida por su famosa Carrera de San Antón, que se celebra cada 16 de enero de cada año. Fue una pena que no coincidiéramos con la fiesta.
Al norte de Navalvillar de Pela está el Parque Periurbano Moheda Alta, representativo de la dehesa extremeña. Fuimos a verlo, pero no paramos mucho porque a mí me agobiaba tanto silencio roto por los cantos de los pajaritos. Las aves siempre me ponen nerviosa. Durante los meses de invierno es un sitio perfecto para la observación de las grullas. Mi chico las miraba embelesado. A mí me parecían feísimas. El parque cuenta con un centro de interpretación y varias torres de observación donde puedes ver las aves, si ese es tu pasatiempo favorito en el campo.
Nosotros acabamos nuestra visita a la Siberia extremeña en las Casas de Don Pedro, un bonito pueblo donde vale la pena acercarse hasta la iglesia parroquial San Pedro Apóstol, de finales del siglo XIV y reformada posteriormente en el siglo XVI-XVII, o recorrer las diferentes ermitas de la localidad. Es un pueblo de iglesias.
Espero volver pronto. Mi madre vio las fotos y quiere que la llevemos a ver aquellas tierras. Ya veremos. Tenemos otras excursiones pendientes con amigos. Tal vez en invierno regresemos.
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