Cuando llegaron los postres ya no veía la hora de retirarme a mi habitación en el Hotel Husa Real.
-¿No te gustan las rosquillas, amor?
-Prefiero tomar el café solo.
-Las mujeres no queréis engordar. Yo voy a comer sobaos, pantortillas, tupinamba, jarupas y estas riquísimas rosquillas de Reinosa.
-Amén.
-¿Eres católica?
-Creo que me han bautizado.
-Entonces eres católica no practicante. Yo soy neocatumenal.
-¿Eres un cura? -le pregunté horrorizada.
Nacho se río a carcajadas y me dijo que los neocatumenales eran los kikos. Tampoco me hizo mucha gracia. A mi me gustan los hombres normales porque en la mesura está la virtud.
-¡Desgraciado!
¿Qué pasaba allí? Una mujer sobrada en kilos zarandeaba a Nacho. Él le decía que no era lo que pensaba como dicen todos los maridos pillados in fraganti. Uno de los camareros se acerca corriendo y les dice que salgan a la calle a pelearse pero antes quiere la tarjeta para cobrar la cena. Nacho le dice que no va a haber pelea porque él es un caballero que no maltrata a su esposa.
-¿Tú esposa? Me dijiste que estabas soltero.
-Estoy divorciado pero aún no liquidamos los bienes gananciales.
La esposa gorda empieza a echarme la cuenta al vestuario. Dice que mi traje de Carolina Herrera cuesta cuatro mil euros.
-La cena son cien euros.
-Tenga -Nacho le da la tarjeta al camarero. Yo le digo que sume un diez por ciento para la propina.
La gorda dice que quiere pelea. Los comensales salen a ver si nos peleamos en la acera. Por mi parte pueden esperar sentados. Llamo un taxi y espero dentro del restaurante a que llegue.
Vestido camisero Lady Victoria
25 minutes ago
1 comment:
haces bien, siempre digo que si vas a pelear, que sea ahi... no creo en eso de "salir a la calle". Las escenas hay que armarlas dondo uno esta... y siempre, en una pelea hay que dar el primer golpe... salir a la calle te quita probabilidades
Post a Comment